viernes, 30 de noviembre de 2012

Vender la piel del oso antes de haberlo cazado



   
¿Cuántos momentos de alegría real, genuina, disfrutable, pueden lograrse «vendiendo la piel del oso antes de haberlo cazado»?

Una escena clásica del arte cinematográfico muestra al protagonista mirando una vidriera (escaparate). La cámara, ubicada adentro del comercio, capta la expresión del artista que nos sugiere el sentimiento del personaje: amor, recuerdo, deseo de sorprender gratamente, ilusión.

Los vidrieristas con artistas plásticos expertos en diseñar y presentar esta parte tan importante de un comercio. La mercadería presentada raramente pueda usarse porque está preparada para seducir y atraer compradores. Una caja de bombones, por ejemplo, deberá estar vacía.

Una tarea similar hacen los encargados de presentar productos que serán mostrados en un spot publicitario (1). Ellos saben, por ejemplo, que para que la leche parezca deliciosamente blanca, no puede ser leche verdadera sino una mezcla de productos que, al ser filmados son más atractivos que la leche real filmada.

De estos profesionales de las apariencias surgen la atracción, el deseo y el impulso incontenible de esos compradores que pagan, se endeudan, no regatean.

Me pregunto si los peces, cuando se apuran para morder un anzuelo antes que los demás, sentirán la misma felicidad que sienten los compradores fascinados, hipnotizados, ilusionados.

No podremos responder la pregunta sobre los peces, pero al menos podremos suponer que esos humanos sí son felices gracias a su ingenuidad, porque no pierden oportunidades de ser placenteramente embaucados.

Quienes nos resistimos a ser engañados, seducidos, maravillosamente estafados por anuncios, promesas y actos de magia, creemos que la felicidad de larga duración existe. La flemática resistencia a ser crédulos se basa en un orgullo tan infantil como la credulidad del iluso.

Creemos que ser felices con los engaños pervierte la felicidad. ¿Cuántos momentos de alegría real, genuina, disfrutable, pueden lograrse «vendiendo la piel del oso antes de haberlo cazado»?


(1) En el ambiente publicitario se denomina «Utilero de producto» a quien prepara los envases que serán filmados y «Ecónomo» a quien prepara comidas destinadas a ser filmadas.

Algunas menciones de los conceptos «promesas» y «anuncios»:

       
(Este es el Artículo Nº 1.764)

9 comentarios:

Joaquín dijo...

Podría decirse que las personas que viven de ilusiones tienen una conducta adictiva. Están en el infierno, se suministran la droga y pasan a estar en el paraíso, para luego pasar de nuevo al infierno, volver a buscar desesperadamente el paraíso, y así indefinidamente.
Las personas con esa modalidad de vida suelen ilusionarse mucho cuando establecen un nuevo vínculo. Pero cuando ese vínculo se profundiza huyen despavoridas a buscar otro nuevo. Una hipótesis podría ser que los vínculos primarios (madre y padre) hayan sido terribles. Por eso le tienen horror a un vínculo importante, por las tremendas consecuencias que puede traer después. Entonces huye del infierno vislumbrado hacia un paraíso imaginado.
Esto también puede reflejarse en los continuos viajes, pasajes de un trabajo a otro, mudanzas, cambios radicales en la decoración del hogar. En el cambio está la esperanza y en la estabilidad el horror.

Marina dijo...

El comentario de Joaquín me hizo recordar las características de las personas con trastorno bipolar.

Gabriela dijo...

Creo que una felicidad estable es posible. Se entiende que estoy hablando de una felicidad que incluye momentos de intenso dolor (pérdidas, enfermedades, problemas económicos) y otros de alegría fulgurante.
Hablo de una base de felicidad que se parece a la paz, que se emparenta con el buen ánimo, la autoestima, la esperanza, el sentimiento de poder (de poder con la vida y no desear bajar los brazos).

Oliverio dijo...

El deseo de sorprender gratamente puede materializarse, es decir, convertirse en realidad muchas veces.

Elena dijo...

Enamorarse de una caja de bombones vacía es un doble auto-engaño: primero porque la caja no contiene bombones; segundo porque la caja no está vacía.

Lucas dijo...

Me pregunto si los peces sentirán lo mismo que yo: quisiera ser un pez para tocar mi nariz en tu pecera y hacer burbujas de amor por donde quiera, mojado en ti....

Lola dijo...

...pero la leche más linda no es tan blanca...

Alejandro dijo...

Los momentos de alegría genuina que se consiguen vendiendo la piel del oso antes de haberlo cazado, están destinados a terminar o en desilusión o en logro. Si no te arriesgás a enfrentar la posible desilusión, tampoco obtendrás grandes logros.

Iris dijo...

Las mujeres le dedicamos mucho tiempo a preparar el envase. No queremos convocar y que nos dejen pagando. Lo que pasa es que a menudo menospreciamos a los hombres. Nos pensamos que van a ser tan bobos como para comprar sólo en envase.