Algunas personas consumen drogas porque disfrutan oscureciendo
sus estados de lucidez (black-out, apagón),
perdiendo la conciencia, olvidando qué experiencias vivieron.
En la era de los deportes
extremos es casi normal encontrar una empresa, dedicada al turismo intenso, que
nos prometa un fin de semana del que jamás podremos acordarnos.
A veces la memoria falla y
recordamos cosas que deberíamos haber olvidado.
Lo digo de otro modo: como la
memoria sirve tanto para recordar como para olvidar, falla cuando olvidamos
algo que desearíamos recordar y también falla cuando recordamos algo que
preferiríamos olvidar.
Como nuestra necesidad de
coherencia suele depender del razonamiento y este suele ser el principal
ingrediente del «sentido común», se hace un poco difícil entender que la memoria sirva
para recordar (idea clásica y harto conocida) y también para olvidar (idea
extraña y casi desconocida).
La vida está motorizada por el movimiento que se produce cuando tenemos
una necesidad y realizamos algunas acciones para satisfacerla.
Casi lo mismo ocurre con los deseos aunque con un menor grado de
urgencia.
Otra forma de dinamizarnos es el movimiento opuesto, que si bien es
menos frecuente, cumple el mismo objetivo: mantenernos con vida.
El movimiento opuesto consiste en generarnos necesidades y deseos,
provocarnos un vacío que luego necesitemos rellenar.
Existen algunas bebidas que se denominan «aperitivos», cuyo principal
efecto es provocar hambre. Algunas personas disfrutan cansándose porque saben
que luego disfrutarán del descanso. En ambos casos, la necesidad y el deseo son
provocados.
Por esta otra forma de vivir (provocándonos carencias, necesidades,
deseos), es que algunas personas pueden buscar experiencias desproveedoras,
angustiantes, provocadoras de carencias.
Las drogas cumplen un rol importante en esa práctica de aumentar
nuestras demandas, de generar ganas que requieran una satisfacción, de
provocarnos incertidumbre, excitación, insomnio, de generarnos amnesia para
gozar imaginando qué cosas nos habrán ocurrido.
(Este es el Artículo Nº 1.746)
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8 comentarios:
Quien está bajo el efecto de las drogas pierde control sobre si mismo. Como usted dice en el videocomentario, esto para quienes rodean al drogadicto se vuelve un factor de peligrosidad e incertidumbre. Los demás también pierden el control sobre él.
Es real que el consumo de drogas y la delincuencia muchas veces van asociadas. También sucede con las enfermedades mentales. En este último caso, la necesidad predominante es olvidar el dolor y poder disfrutar, aunque sea un ratito. Después de que se genera la dependencia, la necesidad orgánica de la droga es muy fuerte; ahí surge la desesperación por conseguirla y el descontrol sucede más por la falta de la sustancia que por su consumo.
Es horrible sentirte completamente vacía. Me acuerdo un época en la que para ir a trabajar tenía que hacer largos recorridos en ómnibus. Miraba por la ventanilla y no me interesaba nada. Trataba de pensar en algo o imaginar algo y no encontraba nada dentro de mí. De verdad era como si tuviera una enorme caverna oscura en mi estómago. Supongo que por las características de mi entorno y las mías personales, no recurrí a la droga. Tuvieron que administrármela. Me medicaron, porque así no podía seguir viviendo, la energía no me daba para hacerle frente a las exigencias normales de la vida.
Se supone que recordamos las cosas que convendría haber olvidado, para poder seguirlas procesando. Es un mecanismo inconsciente. Mi fábrica procesadora es desesperadamente lenta. No sé cuánto tiempo más podré aguantar.
Tengo un primo que recuerda demasiado. Eso le complica la vida bastante.
Estoy harta de relegar mis deseos para cubrir todas esas necesidades imperiosas que debo cubrir para sobrevivir.
Por favor!!! que a nadie se le ocurra regalarme un aperitivo para mi cumpleaños!!!!!!
Donde usted puso que algunas personas disfrutan cansándose porque saben que luego disfrutaran del descanso, yo leí que algunas personas disfrutan casándose porque luego disfrutarán del descanso. En seguida me imaginé unas vacaciones en el Caribe.
Parece que yo siempre busco experiencias angustiantes a través de las parejas que elijo.
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