lunes, 12 de noviembre de 2012

Sentirnos mal como diversión



   
Algunas personas consumen drogas porque disfrutan oscureciendo sus estados de lucidez (black-out, apagón), perdiendo la conciencia, olvidando qué experiencias vivieron.

En la era de los deportes extremos es casi normal encontrar una empresa, dedicada al turismo intenso, que nos prometa un fin de semana del que jamás podremos acordarnos.

A veces la memoria falla y recordamos cosas que deberíamos haber olvidado.

Lo digo de otro modo: como la memoria sirve tanto para recordar como para olvidar, falla cuando olvidamos algo que desearíamos recordar y también falla cuando recordamos algo que preferiríamos olvidar.

Como nuestra necesidad de coherencia suele depender del razonamiento y este suele ser el principal ingrediente del «sentido común», se hace un poco difícil entender que la memoria sirva para recordar (idea clásica y harto conocida) y también para olvidar (idea extraña y casi desconocida).

La vida está motorizada por el movimiento que se produce cuando tenemos una necesidad y realizamos algunas acciones para satisfacerla.

Casi lo mismo ocurre con los deseos aunque con un menor grado de urgencia.

Otra forma de dinamizarnos es el movimiento opuesto, que si bien es menos frecuente, cumple el mismo objetivo: mantenernos con vida.

El movimiento opuesto consiste en generarnos necesidades y deseos, provocarnos un vacío que luego necesitemos rellenar.

Existen algunas bebidas que se denominan «aperitivos», cuyo principal efecto es provocar hambre. Algunas personas disfrutan cansándose porque saben que luego disfrutarán del descanso. En ambos casos, la necesidad y el deseo son provocados.

Por esta otra forma de vivir (provocándonos carencias, necesidades, deseos), es que algunas personas pueden buscar experiencias desproveedoras, angustiantes, provocadoras de carencias.

Las drogas cumplen un rol importante en esa práctica de aumentar nuestras demandas, de generar ganas que requieran una satisfacción, de provocarnos incertidumbre, excitación, insomnio, de generarnos amnesia para gozar imaginando qué cosas nos habrán ocurrido.

(Este es el Artículo Nº 1.746)

8 comentarios:

Luis dijo...

Quien está bajo el efecto de las drogas pierde control sobre si mismo. Como usted dice en el videocomentario, esto para quienes rodean al drogadicto se vuelve un factor de peligrosidad e incertidumbre. Los demás también pierden el control sobre él.
Es real que el consumo de drogas y la delincuencia muchas veces van asociadas. También sucede con las enfermedades mentales. En este último caso, la necesidad predominante es olvidar el dolor y poder disfrutar, aunque sea un ratito. Después de que se genera la dependencia, la necesidad orgánica de la droga es muy fuerte; ahí surge la desesperación por conseguirla y el descontrol sucede más por la falta de la sustancia que por su consumo.

Anónimo dijo...

Es horrible sentirte completamente vacía. Me acuerdo un época en la que para ir a trabajar tenía que hacer largos recorridos en ómnibus. Miraba por la ventanilla y no me interesaba nada. Trataba de pensar en algo o imaginar algo y no encontraba nada dentro de mí. De verdad era como si tuviera una enorme caverna oscura en mi estómago. Supongo que por las características de mi entorno y las mías personales, no recurrí a la droga. Tuvieron que administrármela. Me medicaron, porque así no podía seguir viviendo, la energía no me daba para hacerle frente a las exigencias normales de la vida.

Anónimo dijo...

Se supone que recordamos las cosas que convendría haber olvidado, para poder seguirlas procesando. Es un mecanismo inconsciente. Mi fábrica procesadora es desesperadamente lenta. No sé cuánto tiempo más podré aguantar.

Clarisa dijo...

Tengo un primo que recuerda demasiado. Eso le complica la vida bastante.

Olga dijo...

Estoy harta de relegar mis deseos para cubrir todas esas necesidades imperiosas que debo cubrir para sobrevivir.

la gordis dijo...

Por favor!!! que a nadie se le ocurra regalarme un aperitivo para mi cumpleaños!!!!!!

Romina dijo...

Donde usted puso que algunas personas disfrutan cansándose porque saben que luego disfrutaran del descanso, yo leí que algunas personas disfrutan casándose porque luego disfrutarán del descanso. En seguida me imaginé unas vacaciones en el Caribe.

Laura dijo...

Parece que yo siempre busco experiencias angustiantes a través de las parejas que elijo.