La práctica del «sexo recreativo» es posible solo si los participantes se abstienen de pretender un inmediato compromiso irreversible.
En otro artículo (1) comenté
por qué «Para nuestra cultura es bueno que las mujeres
sepan mucho de sí mismas y en especial de su sexualidad».
La pretensión de que la sexualidad sea una función conocida
por todos contó con una gran ayuda cuando en la década de 1950 aparecieron las
primeras píldoras anticonceptivas.
Los preservativos anteriores a Cristo eran confeccionados
con intestinos o vejigas de algunos animales. Su uso estaba y está destinado a
la evitación de la concepción y de las enfermedades venéreas (indecoroso
homenaje a Venus, la diosa del amor).
Personas generalmente bien informadas aseguran que la
sensibilidad de aquellos condones orgánicos era muy similar a la que
actualmente tienen los fabricados con látex.
A pesar de que estos accesorios, (condones y anticonceptivos
hormonales), eliminan muchos obstáculos a una libre, pedagógica, divertida y
deportiva sexualidad, continúan existiendo resistencias culturales, aunque en
lento proceso de eliminación.
Efectivamente, desde hace un par de décadas hemos visto con
buenos ojos la incorporación de algunas modalidades vinculares de variadas
denominaciones.
Esas denominaciones son, por ejemplo:
— encuentro furtivo;
— reunión de índole carnal;
— sexo casual;
— “toco y me voy” («touch and go»);
— sexo experimental;
— sexo recreativo.
Hasta donde puedo entender, el gran factor inhibidor de
estos juegos eróticos de aprendizaje teórico-práctico es la tendencia a
pretender una apropiación recíproca del cuerpo del otro.
Siempre fue muy probable que el acto sexual determinara una
relación más formal, comprometida, de larga duración.
Era difícil tener este tipo de experiencias cuando, tanto
varones como mujeres, una vez consumado el acto sexual se sentían con el
derecho y la obligación de continuar con el vínculo, como si se tratara del
inicio de un noviazgo con posterior casamiento.
(Este es el Artículo Nº 1.748)
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11 comentarios:
Me choca que usted diga que el sexo puede ser simplemente deportivo. ¿A qué se refiere? ¿A que es una buena manera de mantener el cuerpo en forma? Yo para eso prefiero caminar, nadar o andar en bicicleta. No puedo tener sexo desconectando mi afectividad. Sexo para ejercitar los músculos y las bisagras. Sexo para subir el estado de ánimo. No. No me va. El corazón no se me separa de los genitales.
Amar, para mí no es apropiarse del otro. Pero respeto que otros lo puedan vivenciar así. En general ese tipo de amor trae problemas, termina desgastándose. Aunque algunos dicen ser felices de ese modo, y no tengo por que no creerles.
Estoy de acuerdo con usted en que la obligación de continuar un vínculo porque hay un compromiso obligatorio de por medio, atenta contra la duración larga y verdaderamente comprometida de una relación importante.
El sexo casual no tiene nada perjudicial, salvo que uno de los dos no sepa o se engañe, respecto de lo que está haciendo. Muchas veces es uno de los dos el que engaña a cara de perro al otro, haciendo pasar gato por liebre.
Por sexo experimental, entiendo por ejemplo, la participación en una orgía. Ahí no están los afectos de por medio, aunque la voluptuosidad puede ir acompañada de un trato cariñoso. No tengo nada en contra respecto de esas prácticas.
Me gusta la foto que ilustra el artículo. Es graciosa y tierna. Los jóvenes a veces son insoportables, pero la mayor parte del tiempo son hermosos en todo sentido. Son más auténticos que nosotros los adultos. Son menos cínicos, tienen más ganas de vivir, más sueños y esperanzas. Se le animan a la búsqueda de utopías para embarcarse en una ruta de pasión y aventuras.
Soy ecologista.
Quiero preservativos confeccionados con el intestino o la vejiga de algún animal.
Claro, de un animal que haya muerto de muerte natura.
jajajaja!!! Ya a alguien se le va a ocurrir fabricarlos.
Otra cosa que atenta contra el sexo fuera del matrimonio es la partición del patrimonio.
Los compromisos irreversibles son para quienes poseen la bola de cristal.
O un corazón que haga de las dificultades una fuente de vida, basada en el amor al otro tal como es, basada en la aceptación de la frustración como parte natural de la existencia y apoyada en el cultivo de una vida propia e independiente. La dependencia estropea al amor.
Ustedes los hombres también tienen que saber mucho de si mismos, para saber qué están dispuestos a dar y que quieren recibir, si se meten con nosotras.
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