Las internaciones en hospitales también alivian a los pacientes agobiados por sus excesivas responsabilidades, con prácticas indirectamente sado-masoquistas (1).
Desde hace siglos,
los hoteles han tenido algo de sanatorios y los sanatorios han tenido algunos
rasgos de hotelería.
Los hoteleros
quieren que los pasajeros estén bien, deseen volver y comenten maravillas entre
sus amistades para que la demanda de las instalaciones no pare de crecer.
La medicina ha
tenido otra evolución porque fue muy arrogante, pero desde el siglo veinte está
dejando de serlo porque los usuarios de sus servicios, (los pacientes), no se
sienten tan insignificantes sino que están dispuestos a discutir los
conocimientos, procedimientos y actitudes de la industria de la salud.
Esta pérdida de
arrogancia está liderada por las técnicas de comercialización de sus servicios.
La competencia entre los empresarios (sanatorios, laboratorios farmacéuticos,
proveedores de tecnología), ha provocado un ascenso en la valoración subjetiva
de los consumidores (pacientes).
Algo que hace dos
siglos habría sido impensado, los servicios médicos también hacen publicidad y
tienen que salir a decir «nosotros somos buenos», «le ofrecemos
lo mejor», «acéptennos», olvidándose de aquella soberbia de sentirse
imprescindibles y monopólicos en los cuidados de salud.
Estos cambios culturales han provocado que los mínimos rasgos de
hotelería que tenían los hospitales, comenzaran a cobrar relevancia con fines
competitivos.
Es así que los hospitales están prestando gran atención al bienestar de
los pacientes internados y de sus familiares acompañantes o visitantes.
En otro artículo (1) les decía que algunas personas se desestresan en
sesiones de sado-masoquismo, pues los juegos de dominación anulan el peso de
las responsabilidades.
La internación en sanatorios y hospitales provee indirectamente estos
juegos de dominación, de manipulación corporal en total estado de pasividad y
entrega (del paciente a los trabajadores de la salud).
Las enfermedades imponen prácticas sado-masoquistas necesarias.
(Este es el Artículo Nº 1.763)
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8 comentarios:
Sí, a veces es necesario. Cuando no podés más con tu vida.
Es muy positiva la nueva actitud que están adoptando los usuarios del sistema de salud.
Cuando estuve internado en un psiquiátrico, me acuerdo que había un compañero que al enfermero le gritaba: ¨conserje!, conserje!¨
No sirvo para ser paciente en actitud de total entrega. Tendría que estar demasiado quebrado para eso. Por suerte aún no me ha pasado.
Aún dolido y enfermo, mi cuerpo sigue perteneciéndome.
No soporto a los médicos porque no puedo entregarme en manos de otro. Sólo puedo confiar en mi mismo.
Lo único que le pido al Hospital para cuando esté en las últimas, es que no me hagan sufrir inútilmente. Quiero una muerte serena.
No podría calificar de sádicas a las prácticas médicas. Dolorosas, invasivas, muchas veces sí, pero sádicas deben ser las menos... eso pienso.
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