El sistema educativo trata a las nuevas
generaciones como si fueran bienvenidos inmigrantes, con quienes necesitamos
conocernos mutuamente.
En otro artículo (1) les
comentaba que la insoportable vida estudiantil, tratando de aprender
conocimientos aburridores que jamás habremos de necesitar en el futuro, es en
realidad un proceso que la cultura ha creado para facilitar y optimizar el
desarrollo de todas nuestras potencialidades anátomo-fisiológicas.
Por lo tanto, insisto sobre el
concepto, no es la memorización de esos conocimientos lo que más importa sino
el efecto indirecto de estudiarlos, esto es, desarrollar, ejercitar, formar,
desplegar, de una manera sistemática, ordenada, progresiva, protegida,
estandarizada, las potencialidades de los nuevos ciudadanos.
Otro objetivo, nunca
explicitado, que justifica hacer ese trabajoso recorrido por temas que, en el
momento de estudiarlos, no nos interesan para nada, consiste en lograr dos
resultados:
Asegurarnos como adultos de
que las nuevas generaciones conozcan básicamente los asuntos más interesantes,
solo para que sepan que existen, como quien llega a un nuevo país (los jóvenes
llegan a una vida nueva), y visitan un mercado solo para saber con qué pueden
contar en cuanto a alimentos, vestimentas, servicios.
En otras palabras, ese
recorrido por varios temas es turístico, es
informativo, es una exhibición solo para que estén enterados y sepan con qué
pueden contar, qué pueden aspirar y, simultáneamente también, darles pautas de
qué no podrán conseguir en esta ciudad.
El recorrido turístico
que le imponemos a las nuevas generaciones, como si fuera un contingente
inmigratorio, es para que sepan qué pueden buscar y que no vale la pena que
busquen porque no lo encontrarán.
A la vez que los adultos les proporcionamos esta excursión
obligatoria, egoístamente averiguamos cuáles son los talentos que poseen estos inmigrantes, porque de más está decirlo,
contamos con ellos, seguramente los necesitaremos, queremos saber cómo podrán
ayudarnos.
(1) Por qué estudiar temas inútiles
(1) Por qué estudiar temas inútiles
(Este es el Artículo Nº 1.753)
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14 comentarios:
Sólo los jóvenes, sólo ellos mismos son los que sabrán qué es aquello que no vale la pena buscar.
El recorrido turístico de los jóvenes por el nuevo mundo está lleno de sinsabores y dificultades.
También tiene cosas sorprendentes y muy disfrutables, Facundo.
Estoy de acuerdo con Facundo. Los inmigrantes al principio la pasan bastante mal.
En todas las aventuras hay momentos difíciles.
Gracias a que los jóvenes son capaces de buscar y crear cosas nuevas, la humanidad tiene logros y hasta avances.
Lo que los jóvenes aprenderán que no vale la pena buscar -si tienen suerte- es un refugio en su niñez.
A veces la niñez es un buen refugio. Es así cuando ya nos hemos convertido en adultos. Y con la condición de que podamos entrar y salir del niño interior cada vez que sea oportuno.
De verdad estaría bueno que los adultos explicitaran las finalidades de la enseñanza formal. Lo que pasa es que ellos le tienen miedo a la confrontación con los jóvenes. Necesitan tenerlos bajo control y dominarlos.
Los adultos no creen en los acuerdos con los jóvenes.
No me parece que las potencialidades de los nuevos ciudadanos tengan que desarrollarse de manera estandarizada.
Los jóvenes tienen que saber lo que esperamos de ellos, y también tienen que saber que a los adultos se los puede desobedecer.
Somos unos cuantos los estudiantes que nos interesamos por los temas que se nos proponen para estudiar.
Para mi gusto está demasiado lleno de adultos como Peter Pan. Aunque ese personaje sea encantador.
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