sábado, 27 de enero de 2007

Cosa de muchachos

Celeste — Sabe que esta mañana estuvo mi hijo mayor. El casado con dos varoncitos. Se ve que se escapó del trabajo porque vino como a las once de la mañana y a esa hora él tendría que estar trabajando. Pero ¡bueh! vio como son los muchachos jóvenes. Una cuando trabajaba ¡cuidadito de faltar, llegar tarde o contestarle al capataz! Pero ahora las cosas han cambiado mucho y hasta hacen cosas particulares en horas de oficina o le usan el teléfono al patrón. Ernestito me cuenta como una gracia que cuando nadie lo ve, mira la Internet y le manda cartitas a las amistades.

Blanca — Supongo que debe ser parecido a lo que me cuenta Teresita que hacen en su trabajo. Ella me dice que también mira la Internet y que se mandan cartas con Ernestito.

Celeste — A, ¡no me diga! ¿No andarán en algo estos dos? Cuando eran más chicos ¿recuerda que se refistoleaban? Teresita es muy liberal y no me extrañaría que se despreocupe de que él ahora está casado.

Blanca — Bueno, ese es un asunto de ellos. Yo no me meto porque “comedido siempre sale mal”. El Ernesto ya es grande y sabe lo que hace.

Celeste — Sí, tiene razón pero mi nuera es muy buena muchacha y muy trabajadora. Creo inclusive que hasta gana más que él.

Blanca — Eso no lo sé, pero parece que su hijo siempre se queja de que los tiene que ayudar económicamente a ustedes y que por eso ella aporta a la casa más que él.

Celeste — ¡Qué raro! A veces él nos deja un poquito de plata debajo del florero azul (ese que nos trajo a usted y a mí la mujer del zapatero cuando viajó a Europa), pero es una insignificancia. Además, gracias a Dios, con la jubilación de mi marido nos alcanza perfectamente. Fijesé que hemos llegado a prestarle plata a él no sé para que apuro que tuvo. Fue más o menos cuando la Teresita se hizo el aborto.

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sábado, 20 de enero de 2007

EXPLOTACIÓN SUBLIMINAL

— ¿Vos sos cornudo Zipitría?

— (Sin dejar de jugar al solitario en la computadora) Supongo que sí… como todo el mundo ¿Por?

— Estoy mirando acá unas ofertas en la Web y la mayoría de la ropa y calzado trae bien grande la marca del fabricante, o sea que el que lo usa le está haciendo publicidad gratis al fabricante, está pagando para laburar. ¿Entendés lo que te digo?

— No sé, mira, lo que más me preocupa es que ya van como cuarenta y cinco minutos que no termino un puto solitario y lo que me falla siempre es el as. ¿No tendrá un virus esta mierda? ¡Voy a llamar a mantenimiento para que me la revisen de apuro!

— Yo llegué a conocer a un flaquito (1) que se disfrazaba de Chaplín y que tocaba las castañuelas con dos huesitos de asado (2). Se ofrecía para andar por ahí disfrazado como te digo y mostrando la publicidad de quien lo contratara. ¡Vivía de eso el tipo! ¿Te das cuenta? Hoy con esta moda se quedaba sin laburo.

— ¡Hola! ¿Mantenimiento? Si mirá, habla Zipitría acá, de la Secretaría de Alonso Gomensoro. Vos sabés que me parece que me entró algún virus a la máquina porque a veces estoy escribiendo y se me borra de golpe la pantalla. ¿Tenés a alguien que me venga urgente? Sabés que me están apretando de arriba con un informe para la Comisión que se reúne esta tarde y no tengo otra que molestarte. ¿Podrán venir ahora? ……… Bueno, ta, te agradezco lo que puedas hacer. ¿Cómo me dijiste que te llamabas? ……… ¿Alicia cuánto? ……… ¿Giménez o Ximénez? Ta, anoté. Gracias Alicia, los espero. (Finaliza la comunicación telefónica) Voy a tener que seguir con el Buscaminas hasta que vengan estos pelotudos.

— Sabés que el parlamento llegó a darle una Pensión Graciable porque era un tipo muy querido pero que al negocio de la publicidad no lo explotaba con mucha ganancia. Vivía en un edificio alto que está en Agraciada y La Paz. Iba mucho al Mercado del Puerto y todo el mundo le pagaba alguna consumición a cambio de un mini-concierto de castañuelas óseas. ¡Un personaje el tipo!

— Che, ¿vos me preguntaste si yo era cornudo, no? ¿Tenés algún dato concreto?

— El dato concreto que tengo es que con la cuatro por cuatro que te compraste en treinta y dos mil dólares andás paseando un tremendo anuncio de Toyota.


(1)Se refiere a Carlos Resano [Fosforito] por quien la Intendencia de Montevideo fijó el 16 de marzo [fecha de su nacimiento] de cada año como el "Día del Artista Callejero".

(2) Fragmentos de costillar vacuno.

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sábado, 13 de enero de 2007

La justicia tarda pero no llega

— … sí, por supuesto, intervino la policía. Un alboroto impresionante. El pobre infeliz se comió un garrón fenomenal. ¡Fijesé que todavía está preso!

— ¡Pero entonces ella es un víbora de lo peor!

— ¡Ni que hablar! Una garrafa de mierda, le aseguro. Diga que a mí me hizo un favor porque ya estaba harto. Me hacía la vida imposible día y noche. ¡Era inaguantable!

— ¿Y en que anda ahora?

— Hasta donde sé, utiliza parte del capital en hacer obras de bien, ayuda a un merendero y cuando va a misa, deja algún cien que otro, engalanando la cestita y para complejo de pobreza de los que vienen después. Lo más divertido es que al principio ella se sentaba, digamos, ¿estas son las dos hileras de bancos de la iglesia?, se sentaba en esta punta que era por donde siempre arrancaba el monaguillo a pedir la limosna. Un día, llegó tarde y tuvo que sentarse por el medio. Ahí se dio cuenta que se sentara donde se sentara, el monaguillo siempre empezaba por ella. ¿Vio la picardía del cura? Le hacía poner a ella primero para que los demás dejaran hasta lo que no tenían. Dios los cría y ellos se juntan.

— ¿Pero alguna vez usted estuvo enamorado como para casarse con ella?

— ¿Que si estuve enamorado? ¡Ciego, sordo y mudo! Recién cuando tuvimos el tercer hijo supe por qué yo, triste guarda de Cutcsa (1), había logrado casarme con aquella belleza que tenía enardecido a todo el Cerrito de la Victoria. Y me enteré de pura casualidad. En una pelotera que tuvimos por cuestiones del momento, para lastimarme más, me rebeló que ella se casó conmigo para mortificar a quien dos semanas antes de conocerme la había dejado plantada con todo pronto para casarse. A partir de que se dio cuenta de que se le había escapado tremenda confesión, empezó a hacerme la vida imposible. ¿Se da cuenta qué mujer más retorcida?

— Bueno pero ahora ya no tiene más de que quejarse. ¡Diga la verdad!

— Por supuesto, ya voy para nueve años de fallecido. Lo que lamento es que no la hayan descubierto como para que se pudra en la cárcel en lugar de ese pobre infeliz del amante.

(1) Empresa de transporte público de Montevideo. Guarda se le llama al funcionario que cobra el pasaje.

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sábado, 6 de enero de 2007

VIDA: Enfermedad mortal de transmisión sexual

— ...… la celulitis me tiene podrida. Fijate que ahora me di cuenta que ando buscando la oscuridad por todos lados, los días nublados me resultan más encubridores, a Luis le estoy pidiendo que prefiero hacer el amor con la luz del comedor prendida pero la del dormitorio apagada, me pregunta por qué y yo le digo que gozo más pero en realidad lo que quiero es que no me vea lo horrible que tengo las piernas, y ahora que estoy quemada se me nota más. Fijate, hasta en la parte de adelante de los muslos. Estuve pensando en ir a Alicia Risotto, pero al final las chiquilinas me embalaron para que me hiciera el tatuaje del hombro y con todo no puedo porque lo que gano con esa rata asquerosa no me da para nada. El imbécil de mi hermano me toma el pelo y me dice porqué no me hago un tatuaje en 3D que me tape toda. Se caga de la risa porque los hombres no tienen ese problema. Las mujeres somos unas desgraciadas. ¿Vos tenés celulitis? ……… A María Lourdes le hizo bien la homeopatía. Bueno, bien es un decir, ella dice que le hizo bien. Para mí está siempre igual. La novia de mi hermano es de las pocas afortunadas que no tiene nada de nada, claro que se mata haciendo ejercicio. La tocás y parece Gabriela Sabattini. El problema de ella es el pelo. Se hace de todo y siempre lo tiene espantoso. La plata que gasta en la peluquería no está escrita. Lo tiene tan lacio y finito que cuando era chica la madre le quería poner alguna moña y se le resbalaba. Debe ser por eso que tiene un carácter tan podrido. ………… …Ahora estoy pensando que mi abuela tiene razón cuando dice que todo el mundo se queja de algo. Ella asegura que vivir duele pero que nadie lo quiere reconocer y por eso nos quejamos de cualquier otra cosa.

— ¿Dejamos por acá?

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