jueves, 31 de julio de 2008

Adivino del pasado

Michel de Nostradamus fue un personaje increíble que vivió en Francia entre los años 1503 y 1566.

¿Cuál era el talento más asombroso de este buen hombre? Escribía versos que no se entendían pero que con el paso del tiempo se podían interpretar como profecías ya que, algunos versos admitían ser interpretados como adivinatorios, una vez que ciertas catástrofes hubieran acontecido.

Dejándome llevar por la ironía, lo defino como un buen «adivino del pasado».

¿Qué sucede con este misterio? Tengo permiso para sugerir que cualquier estímulo confuso admite cualquier interpretación, pero ¿qué significa «cualquier interpretación»? Significa que el interpretador asocia inevitablemente ciertas ideas suyas ante ese estímulo y eso es lo que interpreta.

El Test de Rorschach consiste en diez manchas de tinta que sugieren millones de cosas diferentes según quien intente encontrar ahí algo conocido para él.

Este fenómeno se refuerza mucho por el deseo intenso que tenemos todos de adivinar el futuro, para que no nos tome de sorpresa y podamos evitar lo desagradable o peligroso. Aunque sea imposible saber algo de lo que sucederá, igual somos proclives a creer en la adivinación.

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miércoles, 30 de julio de 2008

La duda amorosa

El amor es un sentimiento electrizante que surge de un cortocircuito entre el tener y no tener.

El niño ama a su madre en tanto ésta lo frustre adecuadamente. Si lo satura con sus atenciones y presencia, el amor decae. Si por el contrario, lo atiende sin esclavizarse, instalando en la cabecita del pequeño la preocupación de que quizá lo quieran y quizá no lo quieran, quizá lo alimenten y quizá no lo alimenten, y otras mortificaciones por el estilo, el amor crecerá fuerte y sano como un árbol que es podado en la época adecuada.

Este enunciado tan crudo es antipático. Corro el riesgo de que usted desee matar al mensajero... pero para poder amar al lector tengo que yo también tener una seguridad incompleta de que aprecia mi valor como investigador del psicoanálisis.

Nuestra cultura se desvive por tener seguridades de todo tipo y por suerte la incertidumbre siempre está un paso adelante nuestro. Si logramos controlar la tuberculosis y la sífilis, pues ahí tenemos al cáncer y al SIDA. Si logramos que los aviones sean cada vez más seguros, pues ahí tenemos al terrorismo que nos devuelve la inseguridad necesaria. Y cuando logremos superar estos flagelos, aparecerán otros para que nunca nos falten motivos para seguir amando la vida, gracias a la inseguridad que nos brinda de seguir estando con nosotros.

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martes, 29 de julio de 2008

Jóvenes estresados y ancianos felices

Un estudio reciente de la Universidad de Chicago establece que la probabilidades de ser «razonablemente feliz» aumenta a razón de un 5% cada diez años.

Les confieso dos cosas. 1) En general tomo con pinzas estas estimaciones hechas por algún instituto prestigioso y 2) Ahora me siento más feliz que antes.

El estrés es necesario para que los jóvenes se reproduzcan y generen los recursos necesarios para comprar lo que prefieran para su confort: casa, auto, computadora, viajes, estudios, etc.

Esta situación biológica (hormonas para reproducirse) y económica (carencias a cubrir) provocan una tensión que puede ir cediendo a razón de un 5% cada diez años.

Como en general asociamos la paz, la distensión, la serenidad con la felicidad, entonces podemos pensar que existen condiciones propias de cada edad para que nuestro estado de ánimo sea inevitablemente distinto.

Coincide que también en la adultez mayor podemos acogernos a una jubilación cuya denominación incluye el concepto «júbilo» (alegría, dicha, felicidad).

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lunes, 28 de julio de 2008

Estoy seguro de que quizá ...

Supongo que a todos nos pasa algo parecido: además de los contenidos uno le presta atención a cómo alguien dice las cosas. Especialmente por televisión. A veces los cameramen ponen en primer plano las manos del que habla para demostrar algo más con esa imagen a modo de mensaje complementario a lo que dice.

Quienes practican la Programación Neuro Lingüística (PNL) estudian ampliamente el lenguaje no verbal y a partir de ahí, no solamente sacan conclusiones para entender más profundamente lo que alguien quiere expresar sino que además toman nota de aquellos modelos de comportamiento que puedan incorporar en beneficio del propio desempeño.

La meteorología es un arte o una ciencia, que pretende decir lo que habrá de suceder en el futuro respecto al clima. Cualquier pronóstico puede ganar en credibilidad cuando se refiere a rutinas muy estáticas, es decir, que se repiten con una fuerte monotonía. Por ejemplo, hace siglos que la Tierra gira alrededor del Sol con un ritmo casi inalterado. En esta situación se puede pronosticar que mañana el Sol será visible a la hora 6:32. Cuando el ser humano quiere predecir lo que sucederá en escenarios escasamente repetitivos, las posibilidades caen vertiginosamente.

Estas consideraciones me han llevado a pensar que los predictores del clima, cuando comunican sus pronósticos meteorológicos, hablan con voz firme, señalan en un mapa con gestos de seguridad, están siempre de pie, bien plantados sobre el piso, derechos, estirados y hablan con voz caudalosa, con volumen alto y gran velocidad. Lo hacen usando un tono de certeza muy enfático precisamente para compensar la escasa credibilidad que tienen sus afirmaciones.

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domingo, 27 de julio de 2008

Cómo estudiar para ser hijo

Me llamo Elvira Reymond y ni el escritor más imaginativo podría adivinar el recorrido que hizo mi mente para llegar a lo que soy: una ingeniera en sistemas informáticos.

En el plano económico y profesional me va bien, en todo lo demás tengo mis dudas.

Según he venido sabiendo gracias a la implacable lentitud del psicoanálisis, la inverosímil historia de mi psiquis es la siguiente:

Mis padres son dos modestos trabajadores, con muchas ambiciones personales que nunca pudieron llegar a materializar por falta de estudios. Se quieren pero cuando se casaron se querían más.

Cuando mi madre quedó embarazada, él le dijo a cuantos pudo que esperaban un varón que llegaría a presidente de la república. Algunos lo oían como a un ebrio, pero mi madre sabía que lo pensaba con total sobriedad.

Mi nacimiento fue un fracaso tan duro que sólo el alcohol pudo calmarlo. Luego comenzaron a quererme como pudieron hasta que empecé a demostrar cierta aptitud para las matemáticas.

Cuando me recibí de ingeniera él descorchó una botella de champagne que tenía guardada desde que nací mujer y en este festejo sentí que me convertía en la hija de mi padre, que el nombre Elvira me lo puso pensando que algún día sucedería este milagro de que su hija se convirtiera en alguien tan valioso como un varón (según su escala de valores, claro) porque este nombre también se oye «El vira» (“virar” significa girar, cambiar de dirección).

Aquel padre casi ausente y casi indiferente, se convirtió en alguien afectuoso, que hablaba de mí con sus familiares y amigos. Mi ánimo cambió porque mejoró mi autoestima y la psicoanalista me hizo notar que había empezado a usar el apellido, que como habrán notado, quiere decir algo así como «rey del mundo».

Ahora tengo la esperanza de que mi vida afectiva pueda empezar a ser más gratificante, porque de a poco iré asumiendo que soy la hija de alguien.

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sábado, 26 de julio de 2008

Acepto diagnósticos

Pido limosna desde hace muchos años. Me alegra cuando veo venir a una señora bien vestida porque es muy probable que ella me de algunas monedas y hasta algún billete. A veces falla pero generalmente recibo lo que para nuestra alimentación es tan necesario: el dinero con el que comprar los alimentos que nos permitan vivir hasta el día siguiente.

El estar siempre en el mismo lugar, durante doce y hasta catorce horas diarias, de lunes a domingos, con sol y con lluvia, con frío y con calor, hizo que algunas personas se convirtieran en «colaboradores habituales» y poco a poco la certeza de nuestra alimentación fue aumentando y por tanto nuestro bienestar.

Mis tres hijos crecieron, pudieron estudiar y conseguir una fuente de ingresos mejor que la mía. Sin embargo algo de mi forma de ganarme la vida los marcó mentalmente. Especialmente a mi hija mayor, que ahora está casada y que es una admiradora incondicional de cuanta gente famosa aparece en la televisión. Sueña con conocerlos, tocarlos, recibir una mirada de ellos. Es algo extraño.

Una de mis «colaboradoras habituales» casi no me da dinero pero suele detenerse unos pocos minutos a preguntarme cómo andamos mi familia y yo. Es psicóloga. Le conté la pasión tan particular de mi hija mayor y me dio una explicación que me llenó la cabeza de ideas.

Ella dijo: “Tu siempre estuviste pendiente de quienes tienen dinero porque pensabas que podían darte unas monedas ya que esa era tu necesidad imperiosa para poder seguir viviendo. Quizá tu hija está pendiente de quienes ella piensa que tienen mucho amor del público porque la necesidad que ella tiene es de afecto”.

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viernes, 25 de julio de 2008

Criticar produce felicidad

El estado ideal quizá sea estar tranquilos pero con energía, contentos pero no eufóricos. En poquísimos trazos esta sería una descripción de la felicidad.

Una mayoría de personas viven la vida con intranquilidad, cansancio y disgusto (molestias).

Aunque parece muy sencillo de determinar, no es tan fácil conocer si estas sensaciones son provocadas desde adentro o desde afuera de nosotros. Los más simplistas dicen directamente que se originan por una mezcla de ambas fuentes.

Las cosas parecen mejorar bastante cuando tenemos energía y no nos duele algo. Existen drogas que aportan este estado (la cocaína, la marihuana, las anfetaminas y otras), pero generan dependencia y obligan a dosis cada vez mayores hasta que se convierten en tóxicas y mortales.

Cuando nos indignamos con lo que hacen los demás (delincuentes, políticos, funcionarios corruptos, etc.), se nos instala un estado de ánimo que produce en nuestro organismo alguna sustancia que nos genera energía y alivio.

Recuerde por ejemplo cuánta satisfacción psicofísica siente usted cuando se reúne con otras personas y entre todos critican ferozmente a algún conocido común. Estas conversaciones se aproximan a lo que podríamos llamar «la felicidad».

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jueves, 24 de julio de 2008

La judicialización de la medicina

Sin ser exhaustivo en el análisis, les comento algo que viene dándose cada vez con mayor frecuencia y que lo afecta a usted personalmente.

1) Los institutos de enseñanza superior, tratan de conseguir más y más alumnos para sus carreras. Una de esas carreras es la de abogacía.

2) Más abogados da lugar a que estos busquen afanosamente dónde aplicar sus conocimientos y obtener ingresos.

Alguna vez sentí que los abogados recién recibidos se dedican a perseguir ambulancias. Se estacionan sobre grandes avenidas y esperan que pase una de ellas con la sirena abierta y la siguen. Cuando llegan al centro asistencial al que se dirigían, el abogado intenta contactarse con los familiares del paciente para ver qué reclamación legal podrían hacer contra el eventual responsable de esa urgencia.

3) Muchos litigios se efectúan contra responsabilidades médicas, a veces también llamadas «demandas por mala praxis». Cualquier tratamiento que pudiera generar una situación aprovechable por el afán litigante del abogado, suele terminar en grandes perjuicios económicos para los médicos y las instituciones que los emplean.

4) Esta amenaza que aparece en el horizonte profesional de los médicos está provocando la instalación de lo que ellos llaman «medicina defensiva», consistente en practicar su oficio poniendo como prioridad la evitación de demandas legales.

5) Cuando usted consulta a su médico, se verá expuesto a que él tome precauciones excesivas, que le imponga exámenes innecesarios, costosos, invasivos y hasta cruentos si fuera necesario, con tal de evitar un posible litigio.

En suma: La industria universitaria puede repercutir en que usted reciba una atención médica demasiado invasiva, dolorosa y cara.

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miércoles, 23 de julio de 2008

Cooperación egoísta

Los seres humanos sólo podemos vivir en comunidad y ayudándonos mutuamente. Claro que la ayuda no es la que nosotros preferimos sino la que requiere nuestra naturaleza.

Aunque suena extraño, la vida depende en gran medida de permanentes acciones de construcción y destrucción. El organismo está quemando continuamente calorías y cada pocas horas tenemos que reponerlas ingiriendo algún alimento que, habiendo sido un ser vivo, tuvo que morir para que nosotros lo comiéramos.

Esta destrucción constructiva puede ser bastante fácil de entender pero hay otra que no se puede aceptar así nomás.

Todos tenemos que ser egoístas. En esencia, aunque nos cueste aceptarlo, nos amamos mucho, pero somos tan débiles que necesitamos contar con la ayuda de nuestros semejantes QUE TAMBIÉN SE AMAN MUCHO!!

Para que dos egoístas se ayuden mutuamente tiene que generarse una tensión que venza ambas tendencias y para vencer esta tensión tenemos que consumir mucha energía.

Por tanto, no solamente que tenemos que matar (animales y plantas) para seguir vivos sino que tenemos que vivir en un permanente conflicto entre lo que estamos dispuestos a dar(venciendo nuestro saludable egoísmo) y lo que necesitamos que nos den personas que tampoco están dispuestas a dar.

Para estar vivos es imprescindible luchar logrando más triunfos que fracasos.

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martes, 22 de julio de 2008

Salud mental

Una persona puede estar rumiando ideas de suicidio durante meses y después de un tratamiento adecuado comenzar a hacer preparativos para casarse y formar una familia con no menos de dos hijos.

El pensamiento (psiquis, alma, espíritu) puede ser una manifestación corporal o puede ser algo inmaterial que al morirnos será juzgado y enviado al cielo o al infierno.

Sobre esta última teoría no existen pruebas concluyentes. En lo que me es personal, creo que sostener esa hipótesis demuestra el nivel primitivo que todavía subsiste en nuestra especie. Antiguamente se sabía que las enfermedades era provocadas por espíritus malignos o que los truenos eran manifestaciones de malhumor de ciertos dioses. Estos conocimientos han sido rectificados por el descubrimiento de los microbios o por la comprensión de cómo se forman las tormentas.

La ciencia crece en forma muy despareja. Tenemos por un lado un transplante exitoso de corazón y por el otro la incapacidad de curar una gripe.

En el tratamiento de los padecimientos psíquicos estamos bastante atrasados en comparación con otras especialidades, pero estamos muy adelantados respecto a épocas pasadas.

La psiquiatría y el psicoanálisis siguen siendo aportes valiosísimos para recuperar la salud mental que cuando se pierde, puede ser tanto o más mortal que otras enfermedades famosas por su condición de terminales.

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lunes, 21 de julio de 2008

Las mujeres podrían trabajar

En tiempos de guerra, cuando inevitablemente morirán muchas personas, es clásico que los caídos sean más hombres que mujeres. Sobre todo porque hasta ahora los ejércitos se conforman mayoritariamente con varones.

Algunos pueden decir que los hombres somos más aptos para defender a la patria, pero el motivo también podría ser otro mucho menos honroso y heroico.

Con un sólo hombre es posible repoblar un pueblo devastado pero harán falta muchas mujeres porque la función reproductiva en nuestra especie está prevista de esta forma. El macho fecunda a una mujer en menos de 10’ y la hembra está nueve lunas para dar a luz a un nuevo ciudadano, luego estará varios meses amamantándolo.

Este reparto de funciones tan vitales para la conservación de la especie quizá sea el motivo principal por el que son los hombres los que van a la guerra y sean las mujeres las que se dediquen a cuidar a los heridos, preparar la comida y otras tareas donde la supervivencia quede más asegurada.

En tiempos de paz, las cosas son mucho menos ruidosas y estresantes pero sin embargo sigue habiendo una lucha. Es razonable que acá también las mujeres y los hombres tengan responsabilidades diferentes aunque el riesgo de muerte sea significativamente menor.

Siguiendo este razonamiento, quizá no sería demasiado erróneo pensar que las mujeres podrían contribuir con el aporte de su salario si optaran por ello, pero no como una obligación como sucede ahora ya que anatómicamente el ser humano sigue siendo igual que hace siglos, cuando los que defendían al pueblo arriesgando sus vidas eran los varones y las mujeres se dedicaban a la indelegable función de conservar la especie.

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domingo, 20 de julio de 2008

Ojos que ven, estómago que siente

Con María nos conocimos en la escuela. Ella era hermosísima porque tenía los mismos ojos tristes de mi mamá

Cuando tuvimos dieciocho años me dí cuenta que ella era la única persona de mirada triste que sin embargo caminaba como si estuviera orgullosa de sí misma. Mi mamá, no: caminaba despacito, con la espalda encorvada, levantando muy poco los pies del suelo.

A los 29 años nos miramos por primera vez. Ella arqueó cinematográficamente una ceja (ahora no recuerdo cuál) y mi estómago dio un vuelco. Sé que tuve que mirar una baldosa de otro color que había en la cocina de su casa.

Le fui a decir lo que pensaba pero mis pulmones también había dado un vuelco. Respiré varias veces para recuperar el control y ahí pude:

— Tendríamos que vivir juntos María. Cuando estoy en mi casa mi cabeza está acá. ¿Qué te parece si traigo mi cuerpo también?

Ella dejó de revolver la tasa de café vacía y la mirada triste desapareció fugazmente. Descruzó las piernas en cámara lenta para ponerse de pie, me tomó de la mano y me dijo:

— Hagamos lugar en mi ropero para tus cosas.

Todos los 21 de abril nos sentamos ceremoniosamente en la misma mesita de la cocina y en cierto momento que nunca faltó, nos miramos. A ella se le desvanece fugazmente la mirada triste y nos tomamos de la mano. Mi estómago sigue dando un vuelco.

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sábado, 19 de julio de 2008

Deseo nuclear

La energía nuclear está fuertemente asociada a la desaparición física de dos ciudades en Japón (Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945 respectivamente). Y digo «desaparición física» porque muy pocas ciudades de ese país están tan presentes en el recuerdo de la humanidad.

La energía nuclear es creada y administrada por el ser humano pero no solamente tiene un uso bélico como el que la hizo famosa. Los reactores nucleares son utilizados para la generación de energía eléctrica, mecánica o térmica.

Sin embargo, aún en este uso, también sucedió un hecho traumático que arrojó más temores sobre su uso. En 1986 la ciudad de Chernóbil (Ucrania) tuvo que ser desalojada por el desastre ecológico que provocó un reactor nuclear ubicado a 14 kilómetros.

Ambas experiencias (Japón y Ucrania) fueron tan traumáticas que a una mayoría de personas les resulta muy dificultoso aceptar que se instalen cerca de su casa estas eficaces fuentes de energía.

Estos datos de la realidad me sugieren comentar con ustedes dos particularidades de la especie humana:

1) Que una experiencia traumática nos predispone negativamente de una manera absolutamente desproporcionada (por ejemplo, si existe una posibilidad remotísima de que el evento trágico vuelva a suceder, nuestro cerebro nos ordena considerarlo como que volverá a suceder siempre, todas las veces, hasta el infinito, sin pausa, infaliblemente).

2) Que cualquier «energía poderosa» la asociamos con nuestro deseo, ese impulso que cuando es muy intenso nos provoca miedo de que nos induzca a cometer algún acto del cual nunca terminaremos de arrepentirnos.

La energía nuclear y el deseo tienen características en común que nos llevan a tenerles miedo y a tomar distancia de uno y de otro.

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viernes, 18 de julio de 2008

Me violaron, pero...

Una hermosa jovencita de 20 años, bellamente vestida, vuelve de una fiesta a las 4:00 de la mañana caminando sola por una calle oscura y es violada por un hombre.

1) ¿Ella es víctima de una violación o la provocó?
2) ¿El violador puede usar como atenuante que fue incitado por la joven?
3) ¿Qué debería hacer ella? ¿Exigirle al Estado que busque, encuentre y atienda convenientemente al violador para que nunca más vuelva a realizar un acto semejante? ¿Reconocer que debió tomar mayores precauciones y abstenerse de cualquier acción reivindicativa?

Todo el tema de la violencia en sus múltiples modalidades abre un abanico de posibles preguntas e infinitas respuestas.

Es verdad que en el inconciente de una mujer suele estar la fantasía de ser violada. Es probable que el instinto de conservación de la especie, que como mandato de la naturaleza tiene el criterio de que «el fin justifica los medios», haya instalado en las mujeres este deseo inconciente para que ellas sean fecundadas a como de lugar.

Sin embargo, si incorporamos a nuestro razonamiento que el ser humano

1) No puede vivir aislado, por ser una de las especies más vulnerables, que depende de otros semejantes casi totalmente por años (la niñez) y parcialmente durante el resto de su vida; y que

2) Por esta razón el ser humano necesita organizarse en sociedades regladas por normas de convivencia (que si no se cumplen es como si no existieran);

Entonces: La víctima de la violación podrá tener las fantasías que quiera pero una norma de convivencia fundamental es que nadie puede violar a otro, (entendiendo por violación la relación sexual carente de consentimiento).

Por lo tanto, como necesitamos que existan normas y que si éstas no se cumplen dejan de existir, entonces la respuesta a las preguntas iniciales son: La jovencita violada está obligada a denunciar al conciudadano que transgredió una de las normas de convivencia fundamentales. Puso en peligro a la integridad de toda la sociedad y su conducta debe ser rectificada por el bien de todos y no solamente de la ocasional víctima.

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jueves, 17 de julio de 2008

El inca japonés

En un artículo de ayer titulado «Soy ustedes» decía que el presidente de una nación la representa cuando él va a otros países, participa en ciertos actos oficiales y cuando toma las decisiones que la constitución le autoriza tomar.

Este rol de representante de todos los habitantes de un país es simbólica, es decir, esa persona de carne y hueso, que en el fondo es un ciudadano como cualquier otro, cuando asume el cargo de presidente adquiere otra significación, deja de ser el ciudadano común y pasa a ser un símbolo que nos representa tanto como la bandera o el escudo.

Es por demás claro que el rol de representar no significa que los ciudadanos de ese país sean todos como él, con sus mismos méritos, aspecto físico, ideas. O sea que el que ocupa el lugar de todos no es igual a todos. Quizá sea algo parecido, pero tampoco ésto es una condición imprescindible.

Algo parecido sucede con las ideas que nosotros tenemos, conocemos y hasta comentamos. Quizá sean algo parecidas a los contenidos inconcientes, pero ésto no siempre es así. Más aún, en muchos casos la población de ideas inconcientes es radicalmente diferente a las ideas con las que nos manejamos concientemente. Si bien éstas representan a las ideas inconcientes, se ha podido constatar que la elección de las ideas concientes que representan a las ideas inconcientes son bastante diferentes. Siguiendo con el ejemplo del principio, supongan que el presidente de los españoles fuera un japonés (y algo de esto sucedió cuando Alberto Fujimori gobernó en Perú).

Como la población de ideas inconciente es la que a la corta o a la larga termina tomando las decisiones más trascendentes de cada persona, es bueno que cada uno sepamos cómo piensan los que realmente mandan (los deseos inconcientes), aplicando las técnicas que posee el psicoanálisis, con las que es posible saber qué piensan realmente los ciudadanos analizando las características de su presidente (las ideas concientes).

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miércoles, 16 de julio de 2008

La destrucción constructiva

Cuando a los varoncitos se les pregunta qué quieren ser cuando sean grandes, suelen responder que les gustaría ser «bomberos».

En general uno piensa que a ellos les gustan los camiones grandes, las escaleras altas, la sirena estruendosa, el fuego impresionante, la actividad combativa de los hombres, sus increibles vestimentas (especialmente el casco).

Todo esto puede ser cierto pero los antropólogos que han ido más atrás en la historia del ser humano también piensan que un deseo muy primario del varón es apagar el fuego con su orín.

Por su parte, aunque es un término médico, casi todos hemos oído hablar del metabolismo. Para recordarlo ahora les comento que es el conjunto de reacciones y procesos físico-químicos que ocurren en una célula para que haya vida y pueda crecer, reproducirse y funcionar según el lugar donde se encuentren (células hepáticas, cardíacas, cerebrales, etc.).

Estas reacciones y procesos físico-químicos queman las sustancias que reciben a través de la alimentación. Cada célula recibe oxígeno por ejemplo y lo consume. Si no lo consumiera, fallaría el metabolismo y se produciría la muerte de la célula.

La naturaleza genera la vida con esa destrucción incendiaria que instintivamente nos asusta y de ahí que el pequeño desee evitar la fase destructiva del fenómeno vida soñando con ser bombero.

Me consta que estas deducciones no son racionales pero recuerde usted que el razonamiento es la destreza menos indicada para entender la mente humana.

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martes, 15 de julio de 2008

«Tu te quedas»

«El amor mueve montañas». ¡Hermosa constatación! «El odio mueve montañas». ¡Fea constatación!

Guiados por el deseo de pasarla bien no contamos toda la historia, pero habría que poder hacerlo. Quizá el odio logre moverla hasta diez centímetros más lejos que el amor y más aún: quizá lo que empezó siendo una montaña acá termina siendo un médano después del odioso desplazamiento...pero éstas ya son conjeturas.

El amor y el odio son sentimientos que mueven al ser humano pero uno es popular y el otro impopular. ¿Qué sucede entonces? Que los usamos según vayan surgiendo uno u otro pero cuando aparece el feo odio tratamos de ocultarlo. A veces con tanta eficacia que hasta nosotros mismos no sabemos que está en nuestro corazón.

Para ocultar esta parte impopular de nuestro espíritu hacemos muchas cosas, pero una de ellas consiste, por ejemplo, en seguir vengándonos de alguna injusticia que cometieron con nosotros pero disimulando tanto que ninguno nos damos cuenta de lo que pasa.

¿Sabe alguno de ustedes por qué yo no podía dejar de viajar y ya dí varias veces al vuelta al mundo? ¡Muy fácil! (ahora que me enteré, claro). Cuando yo tenía 10 años mis padres y mis hermanos comenzaron a hacer preparativos para visitar una ciudad ubicada a 600 kilómetros. Para mí aquello era un viaje a las estrellas. Estuve a punto de morirme de indignación cuando mi hermano mayor me dijo «No te vistas que no vas» ¡Y ME DEJARON CON MIS ABUELOS!

Para poder ocultar el odio que tenía dentro de mí empecé a viajar en cuanto pude hasta que me enteré del aforismo del psicoanálisis que me hizo ver el automatismo de «Repetir para no recordar». Viajando obsesivamente (repetir lo que no pude hacer a los 10 años) yo lograba «no recordar» el odio incendiario que también quemaba mi alma.

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lunes, 14 de julio de 2008

¡¿Cómo que no te gusta?!

«No le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti». ¡¡ERROR!!

Esta consigna es tan disparatada como la de «Querer es poder».

Compartamos un razonamiento que justifique tanta alharaca.

La frase errónea también está diciendo: «Hazle a los demás lo que quieres que te hagan a ti» y también dice: «Dadle a los demás lo que desearías que te dieran».

¡Ahora sí encontramos el defecto!

Analicemos de atrás para adelante: No puedo darle a los demás lo que desearía que me dieran porque se supone que si «desearía que me lo dieran» entonces no lo tengo y si no lo tengo no puedo darlo. ¿Me siguen?

La fórmula de hacerle a otro lo que a mi me gusta falla porque implica suponer que mis gustos son universales, populares, normales y esto no es así. Sin embargo deseamos mucho que nuestros gustos sean los que tienen el resto de la gente y este deseo nos lleva a suponer que si alguien tiene gustos diferentes ESTÁ EQUIVOCADO y hasta nos desilusione saber que a nuestro cónyuge no le gusta el pescado y mucho menos si es al horno con vino blanco.

En suma: Revisemos en nuestra sabiduría las limitaciones que tiene la receta de «No hacerle a los demás...» porque podemos estar teniendo problemas sociales severos, podemos estar sufriendo desilusiones dolorosas y hasta podemos disminuir nuestra calidad de vida por no dudar del traicionero «sentido común».

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domingo, 13 de julio de 2008

¡Quién las entiende!

Sí, realmente fue apasionante. Recuerdo que vi una película que me dio las claves de la conquista y enseguida puse manos a la obra. El galán era alto, muy vistoso para mi gusto pero terriblemente seductor para mi hermana, quien, sin ella saberlo, me orientaba —con sus interjecciones y suspiros— sobre lo que es atractivo para una mujer. Este galán era muy pobre y en los 92 minutos que duró la proyección, se recibió de médico, ganó por concurso un cargo de director en el hospital del pueblo y logró que la chica de sus sueños, primero le aceptara la invitación para ir a un baile y que terminaran casándose sobre el minuto 86.

Fue por eso que hice la carrera de medicina en forma meteórica y que me postulé a cuanto puesto de dirección se me cruzó en mi carrera profesional.

En otra película obtuve otra valiosa información porque el protagonista también era pobre como yo, pero su denodado y heroico esfuerzo lo llevó a disponer de una fortuna considerable. Pudo comprarse una magnífica casa, un auto convertible increíble —rojo, por supuesto—. Coincidió con estos logros que la muchacha más hermosa y esquiva del condado le devolvió una de sus anhelantes miradas, lográndose sobre el final de la película una preciosa relación en la que él se notaba muy feliz.

Fue por eso que yo me metí en cuanto negocio pude para salir de la mediocridad económica y hoy dispongo de un capital muchas veces superior al que tuve en mis comienzos.

— Y hoy, a pocos días de cumplir 40 años de casado, que se lo ve tan feliz con su familia y su imperio económico ¿cómo fue que conquistó a su esposa?

— Ella siempre me dice que le fascina el olor de mi cuello.

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sábado, 12 de julio de 2008

¡¡Cenicienta se divorcia!!

El psicoanálisis ha prestado mucha atención a los cuentos de hadas y se viene preocupando de cómo influyen éstos sobre la psiquis de los niños.

Las historias más famosas tienen algunas particularidades comunes.

Los cuentos permiten que el niño comience a comprender lo que pasa a su alrededor, le encuentra un cierto sentido a su vida y aparecen los significados de las situaciones, de las actitudes y de los sentimientos de los personajes más importantes con los que interactúa.

El gancho principal es despertar su curiosidad y tener situaciones divertidas. Lo que lee (o le cuentan) debe estimularlo para que pueda ver, oír, oler, saborear y palpar con su imaginación.

Incluyen aspectos que para un adulto podrían parecer truculentos sin embargo ellos lo agradecen y lo asimilan mejor de lo que uno se imagina. El conflicto, la injusticia, la mentira y la lucha aportan ideas sobre temas que a temprana edad les preocupan y que la literatura les permite ordenar sus ideas con gran placer.

Es importante que los personajes sean buenos o malos, lindos o feos, haraganes o laboriosos. Ellos se confundirían enfrentados a los matices y mezclas de intenciones que anidan en el alma humana.

También necesitan que los buenos le ganen a los malos, que los trabajadores y amables triunfen sobre los haraganes y rezongones.

Los buenos deben ser más lindos que los malos y por tanto siempre triunfan los más lindos.

Es tan bonita la niñez que el modelo se sigue usando (con mínimas variantes) también en los teleteatros, culebrones, seriales y filmes populares.

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viernes, 11 de julio de 2008

La gestación del totalitarismo

Una institución es un dispositivo social que se crea para cumplir una función, generalmente compleja y necesaria para la comunidad.

Los hospitales son instituciones dedicadas a la función de prevenir y tratar enfermedades. Un colegio tiene la función de educar. Un gremio se dedica a defender los intereses de los que trabajan en determinada rama de actividad. Una cárcel es un centro de reclusión donde se retienen a ciertos ciudadanos privados de libertad por considerar que requieren un proceso de rehabilitación (me consta que esto no es tan así en la realidad).

Las instituciones se pueden clasificar en abiertas o totales. Son abiertas cuando los usuarios toman de ellas ciertos servicios sin abandonar sus asuntos particulares y son cerradas cuando toda su vida se desenvuelve dentro de ellas. La mayoría son mixtas porque en un hospital hay pacientes internados (institución total) y pacientes ambulatorios (institución abierta); un colegio puede tener alumnos en régimen de internado o con horario parcial.

No solamente la sociedad puede requerir que alguien ingrese a una institución total (los condenados deben ingresar a la cárcel) sino que también hay personas que buscan ser institucionalizadas porque no se sienten en condiciones de conseguir por sí mismos ninguno de los requirimientos del diario vivir (alimento, higiene, alojamiento, vestimenta, atención de salud, etc.).

Estos organismos son visibles, tienen un nombre, un administrador, manejan recursos económicos, etc.. No es tan nítido el fenómeno cuando todo un país es en realidad una institución total para algunos de sus ciudadanos. Los gobiernos pueden tener políticas de protección obligatorias de tal forma que sus habitantes no son ciudadanos sino simples internados.

La bondad que parecen tener estos regímenes disimulan la actitud totalitaria que los inspira y colaboran con esta imagen impostada aquellos ciudadanos que prefieren estar internados en forma vitalicia. Si estos fueran una mayoría de votantes, el sistema democrático representativo termina perpetuando un régimen totalitario pero vestido de democrático. Esta es una de las formas del populismo que podrían estar gestándose en algunos países de América del Sur. Estoy pensando concretamente en Venezuela y Bolivia. Cuba ya lo es hace tiempo pero nunca se disfrazó de democrática.

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jueves, 10 de julio de 2008

Operación retorno

No peco de ingenuo si les digo que a Diario Clarín de Buenos Aires le creo la historia que publicó el domingo 27/01/2002. Ésta refiere al «verdadero viejo de la bolsa».

Creo que este mito es casi universal y muy usado para asustar a los niños cuando es necesario persuadirlos de que hagan o no hagan cierta cosa.

El psicoanálisis piensa en términos de deseos inconcientes y opina que cuando tememos algo es porque deseamos ese algo temible. O por lo menos algún placer está asociado a eso tan temible.

En este caso es cierto que los niños temen que alguien se los lleve dentro de una bolsa lejos de su mamá.

¿Cómo sería este «goce espantoso»?

Los niños desearían estar siempre con su mamá. Eventualmente dentro de su útero (la bolsa), pero también suponen que eso equivaldría a la muerte. Tienen deseo y horror a volver al vientre de su madre.

Los niños también creen que todos tenemos pene; la mamá (el viejo) también tiene pene.

El viejo de la bolsa es la mamá con su útero y con pene, que les atrae tanto como los atemoriza. De hecho, en la más tierna infancia ya tenemos indicios de que el deseo es a la vez atractivo y peligroso.

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miércoles, 9 de julio de 2008

Estoy angustiado por culpa de Batman

Hay personas que prefieren soportar un dolor antes que ingerir un calmante. Como cualquier otra opción en la vida que involucre solamente al que toma la decisión, puede asegurarse que abstenerse de tomar un calmante o un inductor del sueño o lo que sea, no está ni bien ni mal.

Si aceptamos que estas conductas no merecen ningún juicio de valor, podemos pensar que tampoco está ni bien ni mal que alguien se tome un calmante o un sedante ante la más mínima de las molestias.

Donde se vuelve un poco más difícil de discernir es cuando la solución que uno toma involucra de alguna manera a terceras personas.

Es un calmante universal de la mayoría de los dolores del alma culpar a otros del padecimiento. En esta actitud la candidata número uno suele ser la madre, luego siguen otros ascendientes, se agregan el cónyuge, los hijos, el gobierno de turno, Estados Unidos, la maldad del ser humano, etc.

La persona que utiliza la búsqueda de culpables para aliviar sus dolores anímicos puede llegar a involucrar a terceras personas si los acusa explícitamente y peor aún si, en un estado de convicción casi delirante, decide hacer justicia por su propia mano.

Por lo tanto, no está ni bien ni mal en general tomar un calmante para el dolor de cabeza, ni tomar un sedante para conciliar el sueño y tampoco está ni bien ni mal echarle las culpas a cualquiera para aliviarnos de un malestar psíquico pero sólo en el caso de que el inculpado no se vea afectado realmente en nuestra búsqueda de alivio.

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martes, 8 de julio de 2008

La eternidad me aburre

— ¿Está aburrida señora?
— Si.
— Pues no sea burra.


La calidad de un chiste depende de muchas cosas, entre otras de la originalidad, de la oportunidad, de cómo sea contado, del ingenio, pero fundamentalmente del cortocircuito que provoque entre el inconciente y la conciencia. Este chispazo se produce porque aflora un pensamiento sorprendente que desencadena un fenómeno psicofísico que generalmente incluye la risa.

El diálogo del comienzo es un chiste antiguo, accesible a personas de muy corta edad por la sencillez de su lenguaje.

No sé por qué las personas que lo escuchan por primera vez pueden encontrarlo divertido pero el hecho es que aparece un doble sentido que puede ser sorprendente. Según como se arman las frases desembocamos en que aburrirse puede asociarse (sorprendentemente) con ser un burro, un asno, un tonto.

Sintéticamente el diálogo alude a una crítica a quienes se aburren.

Adhiero a esta crítica porque pienso que lo que está detrás del aburrimiento es una sensación de vida eterna que podría ser un error, una creencia muy carente de pruebas.

En suma, se aburren aquellas personas que no tienen la más mínima idea de que en un plazo no demasiado grande (menos de 120 años) terminará su vida.

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lunes, 7 de julio de 2008

Su majestad el pene

Estoy casi seguro de que el machismo existe debido a que los seres humanos somos hijos del rigor y que el macho de nuestra especie posee un esqueleto muscular más grande que el de la hembra.

El más grande, fuerte, violento y cruel toma las decisiones, legisla, hace cumplir su ley y luego escribe la historia.

Esta interpretación de la realidad es fácil de aceptar porque es muy racional y coherente. Sin embargo no es la única.

Para los que admitimos la posibilidad de que el pensamiento (psiquis) determina la conducta, hay otra teoría que merece ser tenida en cuenta.

Si suponemos que lo único realmente importante para nuestra especie es su propia conservación, entonces tenemos que aceptar que los órganos genitales son los verdaderos símbolos de nuestra misión en la vida.

Y ya llegamos! El genital masculino es el símbolo de la especie porque es el único visible (especialmente en estado de erección). Es el símbolo tanto para hombres como para mujeres. El poseedor del símbolo de nuestra especie se convierte en el líder natural, todos le asignamos ese rol y él tiene que asumirlo.

Nuestra psiquis funciona así, generando símbolos y luego atribuyéndoles poderes mágicos que nos marcan el camino por el que podremos transitar. Otros símbolos fuertes son la cruz, el sol, el cetro (o bastón de mando), la corona, el águila, el toro, etc.

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domingo, 6 de julio de 2008

Psiquiatría del futuro

Al comienzo del siglo XXI se continuaba pensando que la depresión estaba causada por el déficit de una sustancia cerebral llamada serotonina y los medicamentos modificaban el volumen y comportamiento de dicho neurotrasmisor.

No hace mucho (febrero de 2053) se encontró el aroma adecuado para resolver este mal de manera mucho más efectiva y con menos efectos secundarios.

La feromona sintetizada a partir de una sustancia que en estado natural se encuentra en las pirañas de la cuenca del Río Amazonas (América del Sur), es vehiculizada en una solución alcohólica de rápida evaporación y se aplica en las zonas sociales del cuerpo: Cara, cuello, manos o piernas.

Esta sustancia aromática combate el repliegue amoroso que padece el deprimido generando en quienes lo rodean manifestaciones de afecto de diferente intensidad (dependiendo de la dosis utilizada), alterando así la química cerebral del paciente quien en cuestión de días (a veces sólo de horas), comienza a restablecer su amor al prójimo que había sido vuelto sobre sí mismo en el comienzo de la fase aguda de la afección.

Los sentimientos de desvalorización desaparecen por el aprecio demostrado por su pares, la percepción de un mayor volumen corporal (hinchazón, sobrepeso, agrandamiento del rostro) también disminuye porque esa falsa apariencia no era más que el correlato perceptivo del excesivo amor a sí mismo. La libido sexual retoma sus niveles normales estimulada por las aproximaciones sociales mencionadas más arriba y a partir de la práctica sexual se establece una suerte de círculo virtuoso que devuelve la salud perdida al paciente deprimido.


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sábado, 5 de julio de 2008

¿De quién es este cuerpo tan precioso?

Nuestra conducta funciona según cómo interpretamos la realidad. Por ejemplo, si somos optimistas hacemos ciertas cosas que no hacemos si somos pesimistas; si tenemos miedo a los aviones los usamos menos que si nos resultan divertidos.

Nuestra conducta también está en sintonía con lo que son nuestras responsabilidades: tengo que apartarme lo suficiente si veo que un edificio se cae hacia donde estoy parado; si estoy lejos de un centro poblado tendré en cuenta que un pedido de auxilio podría demorar horas en aparecer; si tengo poco dinero para vivir hasta que reciba nuevos ingresos, deberé preocuparme de hacer una administración tal que me salve de pasar necesidades muy penosas.

Todo se complica cuando el gobierno, en una actitud extrañamente paternalista, me obliga a ser cuidadoso conmigo mismo (no me deja fumar, me obliga a usar cinturón de seguridad cuando conduzco un auto, me obliga a usar casco cuando conduzco una motocicleta, etc.). Al no saber quien es realmente el dueño (responsable) de mi cuerpo y de mis circunstancias, es probable que caiga en una serie de torpezas y confusiones, atrofiando los reflejos defensivos que se agrupan en mi instinto de conservación.

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viernes, 4 de julio de 2008

El destierro de la Aspirina

Aunque insisto en que ir al origen de los vocablos no es una prueba concluyente sobre el significado que le damos actualmente, no dejo de divertirme con algunas anécdotas.

En todo grupo humano hay roles asignados y asumidos. Está el que se las sabe todas, está el preguntón, el distraído, el más vago, el responsable, el zafado, el serio, el adulón del jefe, el ingenuo, etc. La fauna es muy variada y en cada lugar y circunstancia el grupo —a requerimiento de una cierta composición que necesita tener para ser operativo—, se integra con personas que toman los roles que hagan falta.

Todos habrán observado cómo un chico (o chica), en el colegio tiene una cierta forma de comportarse, en la casa otra, en la casa de los amigos otra, en la casa de los abuelos otra. Estas transformaciones son adaptativas y pasan desapercibidas precisamente por lo normales que a todos nos parecen.

Cuando el rol que nos asignan es saludable, está todo bien y no da lugar a mayores comentarios, pero cuando el rol que nos asignan es enfermante, ahí sí que tenemos un problema.

A veces hace falta un chivo expiatorio, alguien que siempre termina siendo el culpable de todo y no es extraño que éste no pueda evitar asumir ese rol. Queda atrapado en una especie de chantaje del cual nadie es culpable pero el hecho es que el pobre chivo expiatorio siempre termina pagando los platos rotos.

Si será viejo esto que en la antigua Grecia había un personaje que funcionaba como lo que hoy llamamos chivo expiatorio, que cargaba con todas las culpas y pestes que asolaban a una comarca. Para sanar a lo pobladores, el condenado era expulsado al desierto y muy probablemente falleciera. Al encargado de llevarse al desierto las culpas y las enfermedades se le llamaba «fármaco».

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jueves, 3 de julio de 2008

Estoy gordo

Porque la medicina logra conservarnos vivos es que tenemos los otros problemas, los problemas propios de la existencia. Para afrontarlos están los psicólogos y demás obreros del espíritu.

Como digo en el artículo titulado Frigidez de mercado, nuestra apariencia tiene gran importancia para las víctimas de la publicidad del sector comercial encargado de la belleza física. Uno de los temas más acuciantes tiene que ver con nuestro volumen. Al varón no le importa tener 10 kilogramos más de músculos pero si le molesta tener 10 kilogramos más de grasa.

Vamos a la fuente del saber oficial y le preguntamos al médico: ¿Por qué estoy gordo doctor? Si es un profesional confiable nos va a decir: «No tengo ni la menor idea» y si no es un profesional confiable nos va a decir: «Se trata de un problema metabólico vinculado a la segregación de insulina que cuando...». Las hipótesis son tantas, que se pueden llenar varias bibliotecas con las posibles causas.

Sin embargo, ¿qué sucede? Sucede que los pacientes queremos una respuesta sea como sea y por eso el médico no tiene más remedio que decirnos algo que nosotros podamos creer.

¿Qué podemos creer? Por ahora viene funcionando bastante bien el siguiente razonamiento cuya fórmula (secreta) es:

1) El ser humano quiere ser inmortal.
2) Las máquinas funcionan como un ser humano (se mueven, trabajan, tienen memoria, hacen cálculos, etc.).
3) Si el ser humano se puede imaginar como una máquina, estará contento porque se podrá imaginar como inmortal.
4) Si a una máquina le echamos mucho combustible (comida) el tanque (el cuerpo) tendría que agrandarse (engordar). De modo similar, si esa máquina funciona poco (sedentarismo) gastará poco combustible (grasa) y el tanque tendría que agrandarse (engordar).
5) Por todo esto el médico nos recomendará: coma menos (eche menos combustible) y haga mucho ejercicio (esté funcionando más horas y a mayor ritmo).

Con esta lógica que aceptaremos a ojos cerrados por la conveniencia de imaginarnos tan parecidos a una máquina (inmortal), empezaremos a comer menos y a hacer mucho ejercicio.

Es cierto que un cuerpo sometido a esta agresión perderá volumen. Así lograremos estar a la moda pero no con más calidad de vida ni con mejor salud porque la solución va contra nuestra naturaleza y difícilmente estemos modificando las causas que motivaron el aumento de volumen.

Estar a la moda puede coincidir o no con estar saludable.

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miércoles, 2 de julio de 2008

Hay deseos que matan

Lo único que tendríamos que entender bien en psicoanálisis es el deseo. Si supiéramos bien qué es, todo lo demás se iría deduciendo con más o menos esfuerzo.

No estamos en el kilómetro cero. Jacques Lacan estaba muy bien orientado y me parece que siguiendo el camino que él empezó, podremos continuar acercándonos.

Es probable que la naturaleza sea un sistema en el que todos los elementos interactúan con la única lógica de perpetuarse. Claro que el criterio de perpetuidad de la naturaleza no es tan subjetivo como el que tenemos los seres humanos. Para ella perpetuarse incluye que permanentemente haya muertes y nacimientos, destrucciones y construcciones, finales y recomienzos.

El deseo por tanto estaría dándole dinamismo a esta lógica pero, como ya dije, no con un criterio humano —porque pretendemos que sean otros los que se mueran, otros los que se destruyan y otros los que lleguen a un final—, sino incluyéndonos como un elemento más, en el mismo nivel jerárquico que otro mamífero, que un vegetal, que una bacteria, o cualquier ser vivo en general.

Ese deseo entonces, regido por las leyes de la naturaleza —y no por los intereses de nuestra especie— puja para cumplir el plan general: la supervivencia de la especie en tanto y en cuanto ésta colabora con el dinamismo del sistema global (cósmico podría decir si es que un concepto tan abarcativo no distrae al lector).

Concluyendo: el deseo nos mueve tanto a la conservación de la vida como a la muerte porque en el plan general está incluido que algunos ejemplares tengan que desaparecer para que otros nazcan. Ese deseo que incluye nuestra propia muerte, nos da miedo y por eso a veces evitamos darnos algunos gustos porque no sabemos si el deseo que lo estimula viene con buenas o malas intenciones.

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martes, 1 de julio de 2008

¡Des-hágase la luz!

El destino quizá no exista pero lo disimula muy bien. Hace más de seis años que soy detective privada por algo que sucedió en un grupo de estudio de psicoanálisis.

Éramos 22 personas incluido el coordinador. Hacía dos meses que nos veníamos reuniendo y la dinámica era realmente muy intensa. A veces nos quedábamos hasta media hora después de finalizado el tiempo convenido, enfrascados en discusiones muy acaloradas.

En una de esas reuniones se cortó la energía eléctrica y quedamos totalmente a oscura. Cambiamos inmediatamente de tema y apareció un torrente de expresiones propias del nerviosismo, la ansiedad, el miedo a la oscuridad y otras variantes de la angustia.

Quedé petrificada cuando sentí que me tomaban por la nuca con fuerza y me daban un beso en la boca totalmente loco y apasionado. No supe qué hacer y cuando se restableció la luz todos ocupaban su lugar. Miré en derredor y no encontré ningún indicio sobre el autor o la autora de un arranque tan perturbador, hermoso e inolvidable.

Estuve días totalmente concentrada en aquel instante de mi vida y sobre quién sería el autor del atentado amoroso.

En mis cavilaciones al mejor estilo de Sherlock Holmes, apareció en mi conciencia una frase suelta de las tantas incoherencias que se habían dicho cuando nos quedamos a oscuras. La voz de Aurora había dicho «Ahora sí somos alumnos» (Etimológicamente «alumno» significa: ‘sujeto privado de luz’).

Ella era una persona de gran perspicacia clínica, con una cultura desproporcionada para su edad y una vez me había sorprendido diciendo que «un beso puede cambiar el curso de una vida tanto como le cambia al bebito cuando la madre ‘lo da a luz’».

Estos contenidos mentales que yo ubicaba en Aurora me lanzaron a “sacar de mentira verdad” y en un gesto de audacia que no conocía en mí, antes de empezar una reunión, me aproximé a ella y mirándola a los ojos con la calidez que ella nos inspiraba a todos, le dije: «Fuiste muy temeraria Aurora, pero me gustó el beso que me diste».

Se turbó ruborizada, bajó la vista, y musitó algo así como «Discúlpame». Me dejé llevar por lo que sentía, la abracé y le dije:

—Tu beso también cambió el curso de mi vida tanto como le cambia al bebito cuando la madre lo da a luz. Quiero dejar el psicoanálisis clínico y seré detective privada. Hoy vine a despedirme del grupo, excepto de ti que espero aceptes seguir viéndonos.

Ella sonrió con mucha luz.

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