domingo, 31 de marzo de 2013

El presidente y su familia



 
El presidente fue reelecto por inútil, por incapaz para gobernar, por pelele de algunos grupos de poder.

La situación parecía fácil de adivinar: con mayoría parlamentaria cualquier proyecto de ley presentado por la presidencia provocaba algunas discusiones superficiales, con especial hincapié en los asuntos insignificantes de su implementación, reglamentación y control.

En realidad no eran muchos los que mandaban con su poder económico y facilidad para corromper voluntades. Se hablaba de solo dos personas.

Los derechos constitucionales estaban en pleno vigor, especialmente la libertad de prensa.

Los medios de comunicación decían absolutamente lo que se les antojaba y las críticas sobre el presidente monigote eran feroces, crueles, despiadadas.

Los ciudadanos podían entrar y salir del país, el mercado de cambios funcionaba con libre cotización de las principales monedas mundiales.

Los inescrupulosos mandamases habían encontrado la fórmula para hacer sus tropelías concediendo las mayores libertades. Los sociólogos discutían entre ellos porque la situación no estaba en los libros que reverenciaban como a la Biblia.

El inútil presidente era una buena persona. Su esposa lo amaba tanto como a la única hija de ambos.

Esta joven no paraba de estudiar en universidades de Estados Unidos y de Europa. Terminaba una carrera, un doctorado, una maestría y en pocos meses estaba abocada a comenzar otra por considerarla complementaria e imprescindible.

El pueblo, agobiado por la pobreza económica, estaba muy confundido pero sin embargo amaba al presidente y su familia.

Un pequeño grupo de distinguidos ciudadanos, indignados por las amorales aunque legales prácticas de esos dos personajes que controlaban los hilos más altos del poder, decidió ubicar a la estudiosa muchacha para ver si ella podía mejorar los destinos del país.

La gestión no fue un éxito pero tampoco un fracaso. Lograron que la joven los escuchara y hasta dio muestras de simpatía hacia quienes intentaban ayudar a su denigrado padre.

Los hechos tuvieron un vuelco inesperado y los medios de comunicación estallaron con noticias espeluznantes.

Coincidieron en informar que habían recibido una llamada anónima sugiriéndoles que fueran a una zona despoblada, a pocos kilómetros de la capital.

Al principio no descubrieron nada digno de mención, pero al recorrer el campo encontraron, atados a cuatro caballos, brazos y piernas de un hombre. Cerca de allí unos volantes decían: — Al resto de Fulano, —uno de los dos explotadores del pueblo—, no lo busquen porque sigue con vida pero lo raptamos.

En pleno escándalo, el otro maligno personaje, rodeado de un centenar de guardaespaldas, se presentó ante el presidente y le comunicó las reformas que estaba haciendo en los títulos de su inmenso patrimonio para dejarlo como propiedad del Estado.

Minutos después la muchacha llamó al padre y le preguntó: «¿Estás conforme, papá?»

(Este es el Artículo Nº 1.854)

sábado, 30 de marzo de 2013

El miedo a vivir y el desarrollo cerebral




El cerebro interrumpe su desarrollo y continúa produciendo pensamientos mágicos mientras el miedo a vivir no cede.

Los eruditos son personas con el poder que confiere el haber leído muchos libros y tener la memoria suficiente como para repetir gran parte de lo que leyeron.

Tal cual ocurre con un ilusionista o prestidigitador, quienes asignan el calificativo de «erudito», ingenuamente creen que el adjetivado realmente sabe aunque aceptarían entender que en realidad, más que «saber», lo que hace es recordar algo que otros escribieron.

En otras palabras, popularmente decimos que alguien «sabe mucho» cuando lo que en realidad ocurre es que expresa, dice, vocaliza, expone, algo que su cerebro es capaz de recordar, como si fuera el disco duro de una computadora complementado por la capacidad de hablar.

Le propongo que usted mismo se apropie de ese poder de los eruditos, pero sin hacer trampas como él: simplemente le sugiero que piense, reflexione, analice y luego crea en sus conclusiones, a sabiendas de que no recibirá un Premio Nobel, ni le harán entrevistas por la televisión, ni le pedirán su autógrafo.

Además de creer en su propio discernimiento, no le vendría mal reconocer que sus conclusiones pueden ser equivocadas, tan equivocadas como las que puedan pensar y enunciar los intelectuales más famosos.

No existen personas sobre-humanas, nadie va más allá de lo que la especie permite: no volamos, no respiramos debajo del agua, todos padecemos miedos, angustia, inseguridades, creencias insólitas, geniales y estúpidas.

Famosos e ignorados pasamos por alguna etapa del desarrollo en el que nuestro cerebro segrega pensamientos mágicos que nos permiten calmar los miedos imaginando magos, personajes milagrosos, adivinos, futurólogos, telépatas, sabios que todo lo saben y que jamás se equivocan.

El cerebro se mantiene en esa etapa del desarrollo mientras el miedo a vivir no cede.

(Este es el Artículo Nº 1.853)

viernes, 29 de marzo de 2013

Varones de fertilidad certificada



 
Los varones fértiles fecundan a mujeres cada vez más jóvenes porque las nuevas futuras madres lo eligen para embarazarse.

Quienes acostumbran viajar por sus propios medios en rutas desconocidas, saben cuánto tiempo se pierde al ingresar en una entrada equivocada.

En las redes viales muy complicadas, los tréboles o cambiadores son fatales. Si bien están ubicados en la senda para tránsito lento, el tiempo no alcanza para leer y entender las señalizaciones... en caso de que existan.

Algo similar ocurre cuando la premisa de nuestras reflexiones es equivocada.

Estas equivocaciones son propias de los problemas de matemática, tan fastidiosos para el 101% de los humanos, pues algunas soluciones solo son accesibles orientando la búsqueda por un único sendero de razonamientos.

Me interesa comentar sobre un prejuicio, (premisa equivocada), muy difundido según el cual los varones prefieren vincularse eróticamente con mujeres más jóvenes.

Esta creencia suele enunciarse con un dejo de burla, sarcasmo y condena a los varones avivados, abusadores y eventualmente despreciativos de su esposa anterior.

Según mi hipótesis esto quizá sea así pero existe un hecho poco conocido que le da un giro importante al prejuicio.

Como he mencionado en otros artículos (1), son las mujeres quienes eligen al varón que prefieren como padre de sus hijos.

Cuando ellas son ingresadas por la Naturaleza en el plan reproductivo que las hormonas determinan, eligen a algún varón de su entorno quien casi inevitablemente buscará la manera de fecundarla porque de no hacerlo se sentirá muy mal. El deseo inspirado por ella se vuelve mortificante cuando no puede satisfacerse haciéndole el amor.

Cumplida esta necesidad de la mujer, el hombre queda certificado como «fértil» y otras mujeres más jóvenes, al ser ingresadas por la Naturaleza en el plan reproductivo que las hormonas determinan, lo podrán elegir como padre de sus hijos.


 

(Este es el Artículo Nº 1.852)


jueves, 28 de marzo de 2013

Si digo que no soy es porque en realidad soy



Propongo pensar que cuando alguien dice: «Yo NO soy egoísta» está enunciando algo que sugiere interpretar como «Yo SOY egoísta».

En muchas oportunidades he hecho comentarios que incluyen el concepto de la Gestalt (1), es decir, el fenómeno perceptivo por el que una figura es visible solo si se la observa sobre un fondo diferente, contrastante, opuesto. Por ejemplo, negro sobre blanco, ruido en el silencio, amargo en contraposición a lo dulce.

Las percepciones que provienen de los cinco sentidos son relativamente fáciles de entender, pero cuando el fenómeno de la Gestalt se produce entre ideas, pensamientos, sentimientos, opiniones, requiere más esfuerzo, ... aunque no demasiado.

La ironía es definida como «burla fina y disimulada», «tono burlón con que se dice» y también es una «figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice» (2).

Esto de «dar a entender lo contrario de lo que se dice» señala el fenómeno de la Gestalt pero en el plano de las ideas, del pensamiento, del lenguaje.

La «antífrasis» es algo bien parecido según el mismo Diccionario de la Real Academia Española, pues ahí se dice: «Figura que consiste en designar personas o cosas con voces que signifiquen lo contrario de lo que se debiera decir.» (3)

Hay un refrán que nos recuerda: «De tal palo tal astilla», queriendo significar algo tan obvio como que una parte de la madera es de la misma madera.

En el contexto que nos encontramos podríamos decir: «De tal fondo tal figura», queriendo significar que el fondo y la figura son complementarios, se significan mutuamente. Por ejemplo, el dulce (figura) cobra notoriedad ante lo amargo (fondo); lo áspero cobra notoriedad ante lo suave.

Propongo interpretar que cuando alguien dice: «Yo NO soy egoísta» está mostrando el fondo de «Yo SOY egoísta».

 
 
 
 
 
(Este es el Artículo Nº 1.851)