Para que existan cambios sociales se requiere la energía que generan los conflictos, la oposición, los enemigos.
No se han desarrollado aún vehículos que generen su propia energía. Todos tienen que ser aprovisionados de combustible de una fuente externa... como los animales que tenemos que comer alimentos que tomamos del ecosistema.
Se están haciendo intentos, como por ejemplo disminuir el consumo de nafta complementándolo con paneles solares, o aumentar el rendimiento de los acumuladores (baterías) aprovechando la energía cinética (inercia).
Donde más hemos avanzado es en disminuir al máximo los factores enlentecedores como son el aire (formas aerodinámicas), el rozamiento (lubricantes, rodamientos) o la ley de gravedad (materiales más livianos).
Los humanos encontramos dificultades para vivir porque la naturaleza no nos trae la comida a la boca, porque no nos provee de viviendas para guarecernos de los climas inhóspitos, ni nos indica cómo negociar con las necesidades, deseos y actitudes de nuestros semejantes.
¿Cómo hacemos para conseguir esa energía que necesitamos para resolver los problemas que por su magnitud requieren de la acumulación de muchas voluntades?
Según creo recurrimos al conflicto.
En otro artículo (1) decía que una buena técnica para estudiar los fenómenos sociales es dejar de lado los juicios de valor (bueno-malo, lindo-feo, democrático-despótico), porque este camino encierra a sus partidarios en una ideología hermética, carente de un pensamiento dinámico, reflexivo, cambiante.
Esta forma de estudiar la realidad social es eficaz sólo para eso, para estudiarla, para buscar alternativas, para encontrar hipótesis, pero no para ejecutarlas.
Los cambios sociales quizá utilicen el resultado (propuestas, ideas, razonamientos) de los análisis carentes de juicios de valor, pero para conseguir la energía requerida para provocar los cambios reales se necesitan la confrontación, la lucha, encontrar la suficiente resistencia que genere la suficiente energía.
En suma: sin oposición no hay cambios.
(1) La violencia es barata pero no rinde
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