martes, 10 de marzo de 2009

¡Unidos venceríamos!

Estaremos de acuerdo con que «la unión hace la fuerza». Me parece que esta definición se puede creer confiadamente.

De ella se deduce fácilmente que «la división hace la debilidad». Lo único que hice fue decir lo mismo pero en negativo.

En los artículos anteriores titulados Soy peor que perfecto y «Los mártires gozamos sufriendo», les comento que es NORMAL que nos sintamos mal porque nuestra psiquis tiene la «costumbre» de auto-observarse y compararse con un modelo ideal.

Y acá entra lo que les decía sobre que «la unión hace la fuerza». Para que podamos auto-observarnos tenemos que estar divididos interiormente. Una parte nuestra mira a la otra y se erige en juez.

Como «la división hace la debilidad», no solamente que es NORMAL que nos sintamos molestos por esta «costumbre» de criticarnos sino que además nos sentimos debilitados ante la vida porque carecemos de la unión que nos daría fuerza.

¿Para qué sirven estas explicaciones? Es probable que una vez superado el disgusto provocado por saber que somos tan imperfectos, podemos mejorar nuestra calidad de vida de forma más eficiente si aceptamos las cosas como son ... aunque tengamos que abandonar algunos ideales juveniles.

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19 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro que son malas noticias. No me extrañaría que esté expulsando a los lectores de su blog. No es lindo enterarse de estas cosas. En otros sitios las cosas son más placenteras. Yo lo sigo xq debo ser masoquista.

Anónimo dijo...

Yo estoy dividida de otra forma: De mañana quiero una cosa, de tarde quiero otra y de noche otra. Si estaré débil!!!

Anónimo dijo...

Querido Señor: No me llevo bien con la realidad. Sírvase ocultármela cuando vea que yo pasaré por aquí. Gracias.

Anónimo dijo...

¡Qué feo suena eso de "abandonar algunos ideales juveniles"!
Los verdaderos ideales no prescriben y son eso, ideales. Significa que son una camino a recorrer, no una meta con punto de llegada. Parecería que ud propone que intentemos mejorarnos pero no demasiado. Claro, es más fácil vivir en la mediocridad.

Anónimo dijo...

El Yo y el Super Yo nunca se van a poner de acuerdo. No es una debilidad que estén algo divididos, es nada menos que una característica de la psiquis humana.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que la exigencia con uno mismo no debería exagerarse. Además quienes son así, suelen serlo también con los demás. Es gente que termina sola porque se vuelve insoportable.

Anónimo dijo...

Hay divisiones que fortalecen. Yo no pongo todos los huevos en la misma canasta. Y eso lo aplico en todos los ámbitos de mi vida, desde los negocios hasta las cuestiones de amor.

Anónimo dijo...

Puede que le sirva para los negocios, Sr. Laneri, pero en el amor no creo que pueda lograr vínculos importantes.

Anónimo dijo...

Lo que me da más fuerza para vivir es sentirme unida a quienes quiero.

Anónimo dijo...

Lo que dice Eduardo es redundante con lo que plantea el Licenciado. Acá no se trata de eliminar al Super Yo ni al Ideal del Yo. Se trata de negociar adecuadamente, nada más.

Anónimo dijo...

No puedo evitar que me disgusten mis propias imperfecciones. Creo que con nadie estoy más peleado que conmigo mismo.

Anónimo dijo...

Tendríamos que tener un espíritu más deportivo, que nos permitiera competir con nosotros mismos para mejorar, pero que no nos llevara a abandonar el entrenamiento ante la primera derrota.

Anónimo dijo...

Si acepto las cosas como son es porque algunas situaciones no tienen remedio. Y no es sólo la muerte lo que no tiene remedio.

Anónimo dijo...

Pertenezco al grupo de los soñadores que nos creemos que de alguna manera somos capaces de transformar la realidad cuando esta es adversa. Decimos no a la comodidad, el conformismo y la resignación.

Anónimo dijo...

Mi parte de juez me mira y siempre me guiña un ojo. Esta ambigüedad y falta de límites me tiene descarrilada.

Anónimo dijo...

Mi novio es tan perfecto por fuera que cuesta imaginarle alguna imperfección por dentro.

Anónimo dijo...

La autocrítica sincera hace confiables a las personas. Eso deberían saberlo los políticos.

Anónimo dijo...

De niño me sentía grandioso y sin embargo era muy débil.

Anónimo dijo...

La unión con uno mismo. Ser amigo, paciente e indulgente con uno mismo. Siempre con uno. ¡Qué soledad!