miércoles, 18 de marzo de 2009

(Maldita) Felicidad publicitaria

En un artículo titulado La naturaleza es hermosa pero antipática comento que para vivir hay que desarrollar una cierta fortaleza para poder resistir las agresiones propias de la naturaleza. El hambre, el cansancio, el dolor, son estímulos para que realicemos ciertas acciones necesarias para que el «fenómeno vida» siga ocurriendo.

Entre las personas también nos molestamos bastante y probablemente sea parte del régimen de «premios y castigos» usado por la naturaleza para hacernos mover.

La envidia es molesta, sobre todo para el envidioso (aunque al envidiado a veces también padece algunos inconvenientes).

Todos (absolutamente todos) tenemos una insatisfacción casi permanente. Son escasos los momentos en los que no sufrimos alguna carencia (hambre, sueño, aburrimiento, dolor, incertidumbre), sin embargo es normal que podamos observar a otras personas que parecen estar permanentemente felices.

La publicidad nos acosa mostrándonos personas sonrientes, hermosas, divertidas, radiantes, contentas. Aunque en menor grado, también nos rodean muchas personas que parecen no tener ninguno de esos inconvenientes que tanto nos molestan.

La envidia no es precisamente el deseo de poseer eso (objeto o situación) que el otro tiene sino que la envidia es el deseo de poseer el estado de ánimo que el otro parece poseer (supuestamente porque tiene ese objeto o situación).

La envidia entonces es un arma más de las diferentes manifestaciones agresivas que tiene la naturaleza para con nosotros, con lo cual hace que nos movamos porque el fenómeno vida depende de que actuemos casi permanentemente.

La naturaleza nos estimula con dolor y nos gratifica con alivio.

(Nota: Este artículo tiene una temática similar a la del artículo titulado Odio tu felicidad pero desde otro punto de vista).

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18 comentarios:

Anónimo dijo...

Me tranquiliza pero no me alivia. Ya sé: usted no pretendía ni podría aliviarme.

Anónimo dijo...

Debe ser por esto que en otro artículo decía que vivimos dentro de una cárcel más que dentro de un planeta.

Anónimo dijo...

Entonces ya tengo los motivos suficientes como para decirle a la Naturaleza: "¿Por qué no te vas un poquito a cagar?".

(Me siento mejor)

Anónimo dijo...

Ahora entendí: La publicidad me irrita porque me provoca envidia y la envidia me corroe el estómago.

Anónimo dijo...

Todo lo que se lee, se ve y se escucha, está dirigido a ganarse nuestra aprobación, menos usted. ¿Qué le pasa? ¿No le importa la gente?

Anónimo dijo...

Esta forma de ser de la naturaleza es el PRIMER ERROR. La primera en equivocarse es la naturaleza. No debería estimularnos a través del dolor. Ya a partir de ahí arranca todito mal.

Anónimo dijo...

La publicidad muestra el Ideal del Yo de todos nosotros.

Anónimo dijo...

Importante la diferenciación que hace con respecto a la envidia. Muchas veces nos pensamos que envidiamos una cosa determinada y en realidad lo que queremos y envidiamos es el estado que suponemos provoca esa cosa.
Discúlpeme por repetir lo que dijo ud., quizás necesitaba repetírmelo a mí misma.

Anónimo dijo...

No entiendo por qué dice que la envidia es un arma de la Naturaleza

Anónimo dijo...

Que a mí me perdonen pero yo vivo y dejo vivir. No molesto a nadie.

Anónimo dijo...

Aunque todos tenemos un grado de insatisfacción que varía, siempre hay alguno que te dice que está completamente conforme.

Anónimo dijo...

Algunas personas son más activas que otras. Una vez unas psicólogas que aparecieron en el liceo nos hicieron unos test para medir los niveles de actividad/pasividad. A mí el de actividad me dio muy bajo. No sé si es algo permanente y predeterminado o puedo modificarlo con el tiempo. Desearía ser mucho más activa.

Anónimo dijo...

Las madres cumplen la función de la Naturaleza regañándonos todo el tiempo.

Anónimo dijo...

Tengo un mecanismo cuando me pongo envidiosa: trato con exagerada simpatía a la persona que envidio.

Anónimo dijo...

Los que se muestran siempre felices hacen un gasto de energía muy grande y son esclavos de la imágen de sí mismos que crearon. Conozco gente así.

Anónimo dijo...

Una cosa es una persona que se siente exitosa y triunfadora y otra distinta es una persona feliz. El de la foto parece más un triunfador.

Anónimo dijo...

¡No, no! Yo envidio el objeto ¡Qué situación ni situación! Envidio el cuerpo que tiene la hija de puta de mi vecina!

:3 dijo...

pues hace poco yo escribia algo tmb sobre la maldita felicidad... hechale un vistazo

http://muchamierdass.blogspot.com/