sábado, 28 de marzo de 2009

1º premio: Una gripe

Los niños tienen una conducta que los pone en peligro porque su capacidad de entender la realidad está en desarrollo. Los años de maduración del sistema nervioso más las propia experiencia y la capacidad de aprendizaje convierten a aquel ser que no se sabía cuidar en otro que sabe cuidarse e inclusive sabe cuidar a otros.

Sin embargo, el desarrollo en cada uno de nosotros no llega hasta los mismos niveles de eficacia. En algunas personas parece enlentecido y a veces estancado en etapas muy tempranas.

A esto podemos sumarle esa otra condición tan de nuestra especie de «ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio». Los psicólogos estudiamos para analizar las interrupciones precoces del desarrollo sin que por eso seamos más maduros que el resto de los mortales.

Es por todo esto que ahora puedo comentar con ustedes la popular creencia en que «a mi no me va a pasar».

Diariamente tenemos testimonios de personas que se ven ingratamente sorprendidas por circunstancias que ni imaginaban para sí mismas.

Por lo que he podido observar el fenómeno podría describirse así: Mientras nos va bien, suponemos que hemos encontrado la fórmula para evitar problemas. Pensamos que nuestro bienestar no es casual sino que es el resultado natural de nuestra inteligencia para actuar.

Cuando cae sobre nosotros alguna de esas desgracias que imaginábamos propias «de esos otros que no saben vivir tal inteligentemente como nosotros», quedamos sorprendidos y nos surge la pregunta: «¿En qué me equivoqué?»

Lo que parece verdadero es que cuando nos va bien o nos va mal, la suerte juega un papel muy importante y que no somos ni tan protagonistas ni tan culpables de nuestros aciertos y errores (respectivamente).

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15 comentarios:

Riverito dijo...

Hay gente cuya torpeza rompe la vista. ¡No me diga que no!

Rosana Kirincich dijo...

Ayúdate que te ayudaré dice la sentencia bíblica y la vida me ha demostrado que es así, por simple que parezca.

Romano dijo...

No me imagino como alguien podría cuidarse mejor la salud que yo y sinembargo no pasa un mes sin que me agarre algo: resfrío, diarrea, urticaria, asma. Hasta caspa me viene!

Alicia Carroll dijo...

Maduraré todo lo que quieran pero nunca perderé la magia de los sueños, la fantasía, las novelas, el teatro, el cine, los regalos sorprendentes, la ilusión.

Sin todo esto la vida sería una porquería.

Rita Cirone dijo...

Elijo ser protagonista inocente. ¿Puedo?

Isabel dijo...

En general, cuando nos va bien, nos adjudicamos la victoria y cuando nos va mal le echamos la culpa a otro.

Eliseo Zusbarián dijo...

Hay una forma de evitarse problemas que conduce a una especie de estado vegetativo: no hacer nada.

Augusto Malahora dijo...

Mi problema es justo al revés. Tengo demasiado presente que "todo me puede pasar", con el agravante de que tiendo a ver el medio vaso vacío.

Gladys dijo...

Tengo sentimientos encontrados. Por un lado me enorgullece que mi hijo ya sepa cuidarme, y por otro lado me asusta que él piense que no puedo hacerlo por mi misma.

Cacho dijo...

Mi desarrollo es desparejo. Depende de lo que ud considere, vio?

Pestilente Maltrazo dijo...

Creo que mi psicólogo quedó fijado en la etapa oral. Come, toma y fuma durante la consulta. Además despide a cada paciente con un chupón.

Matilde dijo...

Soy madre y maestra. En mi rol de madre tengo la culpa de todos mis errores, así me lo hacen saber mis congéneres. Pero como maestra, las otras madres adulonas, sólo parecen fijarse en mis aciertos.

Espejismo Sinuoso dijo...

Mis ojos son heterovisuales, no autovisuales ¡cómo quiere que vea mi viga!

martín herrero dijo...

Mi suerte fue haber nacido en una familia que supo brindarme lo que necesitaba para desarrollarme. Luego todo lo demás lo he conseguido trabajando.

Lagomarsino dijo...

Cuando estoy a solas conmigo mismo, siento un 90% de olor a agua estancada.