jueves, 26 de marzo de 2009

La seriedad de los sueños

El un artículo recite titulado La exageración oficial decía que la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud (1946) es un disparate porque propone niveles inalcanzables de perfección.

La salud es uno de los bienes más preciados para todos y sin embargo no podemos encontrar una definición razonable que nos sirva de guía.

Otro aspecto que dificulta aún más la situación es que la medicina está muy impregnada de intereses comerciales por lo que la preocupación principal (la salud de cada individuo) entra en competencia con el afán de lucro de prácticamente todos los trabajadores del sector.

En el blog que dedico a las dificultades económicas (El dinero y la pobreza patológica ) propongo varias maneras de utilizar herramientas teóricas propias del psicoanálisis para abatir ese tipo de carencias y ahora me corresponde hacerlo también para la definición de salud.

Sugiero las siguientes ideas:

1) Una persona está sana cuando puede cumplir sus deseos —confesables e inconfesables—, sin interferir con los deseos ajenos.

2) Una persona está sana cuando puede convertirse en lo que quiere llegar a ser sin molestar a los demás.

Reconozco que el estilo literario dista mucho del académico, pero lo cierto es que me interesa mucho más salud que los estilos literarios.

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21 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya me estoy suscribiendo a esa definición de salud, aunque no me preocupe mucho molestar a los demás.

Anónimo dijo...

Ojo, que salud es tener deseos (confesables o no) normales. Los deseos locos no son sanos.

Anónimo dijo...

Mi mayor deseo es muy normalito pero se ve que no estoy sana porque no puedo quedar embarazada.

Anónimo dijo...

Oficialmente nunca van a reconocer que satisfacerse el deseo forme parte de la salud. Todos los gobiernos son conservadores.Están llenos de viejos retrógrados.

Anónimo dijo...

Ja! si te lee mi madre te prende fuego. Menos mal que con la compu no se lleva (tampoco).

Anónimo dijo...

Me gusta mucho su definición de salud, da a entender que la salud se logra mediante el equilibrio entro lo individual y lo social, y que la principal motivación para nuestros actos es el deseo. Felicitaciones!!

Anónimo dijo...

Hoy leí un cuento de Juan José Morosoli titulado "Dos viejos". El relato muestra las enormes diferencias entre la manera de vivir de dos personas. Esa diferencia en sus estilos de vida parte del hecho de que uno de ellos vive de acuerdo a sus necesidades y deseos, mientras que el otro pareciera que sólo intenta "no hacer nada que esté mal", pero no consigue hacer lo correcto (porque no es feliz ni colabora con la felicidad de nadie) ni tampoco es capaz de aprovechar sus capacidades en beneficio propio. Lamento confesar que me sentí más identificada con este último.

Anónimo dijo...

De veras que son serios los sueños. De niños tomamos con seriedad nuestros sueños, de jóvenes ya algunos comienzan a desertar, y en la medida que va pasando el tiempo pasa con frecuencia que cada vez nos vamos conformando con menos. Y la vida se nos pasa sin que nos demos cuenta.

Anónimo dijo...

Por eso que ud dice es que la homosexualidad no es una enfermedad.

Anónimo dijo...

Lo más sano, si no hay nada que lo impida, es que los niños nazcan por parto natural, sin embargo muchas veces se practica el parto por cesárea y no queda muy claro cuáles son los intereses que están de por medio.

Anónimo dijo...

Está difícil imaginar un deseo que sea inconfesable y no interfiera con los deseos ajenos.

Anónimo dijo...

El estado saludable es el del equilibrio psico-físico.

Anónimo dijo...

Me cuesta creer que no estoy saludable porque no acierto el CINCO DE ORO.

Anónimo dijo...

Para cumplir con los deseos propios no hay que interferir con los deseos de los demás ni tampoco con sus derechos. Pensemos por ej. en los niños. Ellos quizás no deseen ver al médico aunque estén enfermos, pero el adulto a su cargo debe proteger el derecho a la salud del niño.

Anónimo dijo...

Mi abuela vive en una casa de salud de muy buen nivel. Nadie la molesta pero hace poco se destapó que los medicamentos más caros no eran administrados a los ancianos, aunque la familia ya los había pago.
No estoy de acuerdo con la forma de ser feliz del médico inescrupuloso a cargo de la institución.

Anónimo dijo...

Soy una esclava de mi familia y del hogar. No puedo tener ningún tiempo para mí porque implicaría descuidar alguna de las tareas que hago al servicio de mi esposo y mis hijos. Los deseos de ellos son egoístas. Se apoyan en mí de una manera exagerada. Sin darme cuenta, poco a poco he ido cediendo y ahora no sé cómo dar marcha atrás.

Anónimo dijo...

Es lamentable lo que le sucede a Eloísa. Me hizo acordar al cuento de Kafka "La metamorfosis", porque allí lo que sucede es que toda una familia se descanza en el trabajo de uno sólo de sus integrantes, hasta que este enferma, no puede seguir trabajando, y es allí cuando su familia empieza a hacerse cargo de lo que a cada uno le corresponde. Increíblemente, él único que resulta perjudicado es el protagonista (que no logra recuperarse) pero el resto de la familia, al comenzar a trabajar, va solucionando sus problemas vinculares y también los individuales.

Anónimo dijo...

Me gustaría saber si la OMS ha modificado su definición de salud.

Atte. Laura.

Anónimo dijo...

Mi sueño es un espejo como el de la foto ( en realidad desearía más tener ese cuerpo, pero eso es ya pedir demasiado)

Anónimo dijo...

El problema es que la medicina está muy impregnada de formol, y el formol conserva los sueños pero les quita la vida.

Anónimo dijo...

Uno de mis deseos es comer únicamente chocolate ¿le parece seguro que estaré sana?