domingo, 15 de marzo de 2009

Mal comienzo, buen fin

Corría el año 1891 cuando un grupo de gerentes de la nueva compañía se reunió para escuchar la propuesta publicitaria para su producto.

El creativo de la agencia extrajo de una carpeta el guión que les había preparado, se puso de pie y leyó con entonación teatral:

«El sabio orgulloso, extasiado por la belleza de la jovencita, le preguntó en tono arrogante:

— ¿Cuánto darías por saber todo lo que yo sé?

Ella, sin levantar la vista, le respondió con voz apenas audible por la timidez:

— Más daría por aprender los conocimientos que usted ignora.

Anonadado por esta respuesta inesperada, él sólo atina a ofrecerle un frasco del jarabe para la sed que ustedes fabrican y ahí sí, ella le sonríe con aprobación».

— ¿Qué les parece esta impactante historia? ¿No es excelente? —les preguntó el creativo publicitario.

— A mi me gusta porque el personaje triunfante en el diálogo es la persona más modesta, con quien podrán identificarse las clases populares que más gastan en nuestro producto —comentó el joven.

— No debemos olvidar sin embargo que nuestras mayores ventas se hacen en los barrios altos, donde viven menos personas pero con mayor poder adquisitivo. Esa gente no querrá seguir comprando productos que compraría su empleada de servicio —acotó el anciano.

— Me gustaría cambiarle algo a la historia. Si el «sabio orgulloso» se encuentra extasiado con la joven humilde, seguramente podrá despertar ideas negativas en las señoras, ya que en ellas siempre está presente el miedo a que su marido se enamore de alguien más joven —dijo la mujer.

El publicitario, rojo de ira porque tenía muy baja tolerancia a las críticas de su trabajo, se puso de pie ruidosamente y les dijo casi gritando:

— Ya sé lo que ustedes aceptarían sin tantas críticas. Simplemente den la orden «Tome Coca-Cola». ¡Verán lo que es un fracaso publicitario! —dicho lo cual, salió murmurando improperios y sin despedirse.

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16 comentarios:

Anónimo dijo...

Si me permite, yo diría que el relato tiene una buena idea, un buen remate, no está bien redactado pero yo no sabría hacerlo bien.

Anónimo dijo...

Me gustó la historia chica que está dentro de la historia mediana (porque grande convengamos que no es).

Anónimo dijo...

Haré algo que nadie hace: Escribo un comentario para decirle que no me gustó tanto como otros.

Anónimo dijo...

Vengo de leer el block sobre el dinero y no puedo menos que pensar que la insolencia del dinero es la que hizo triunfar algo tan impopular como un imperativo 'TOME' lo que a mí se me ocurre y me sigue dando ganancia.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con que la Coca cola es una jarabe. Totalmente en desacuerdo que sea para mejorar la sed.

Anónimo dijo...

Este podría catalogarse como un "relato de verano" por lo liviano, aunque asumo que tiene su chispa de ingenio no siempre presente en los típicamente estivales.

Anónimo dijo...

El personaje de la muchacha reúne cualidades que a toda mujer le gustaría tener: inteligencia, belleza y buena autoestima.

Anónimo dijo...

Pienso y pienso en las chicas del barrio, y a ninguna se le habría ocurrido una contestación tan brillante.

Anónimo dijo...

Me gustó mucho el relato, incluyendo los prejuicios de los "creativos"

Anónimo dijo...

A veces lo mejor es ser bien directo.

Anónimo dijo...

Ud debería trabajar en nuesra Compañía!!!

Anónimo dijo...

Este artículo es una muestra excelente de lo bien que se pueden reciclar los residuos útiles de la chatarra.

Anónimo dijo...

A mí el viejo me hizo la misma pregunta y yo le respondí que no tenía ningún interés en saber las cosas que él sabía porque con esa cara se le notaba que no había aprendido muchas cosas buenas.

Anónimo dijo...

En realidad no estaba extasiado por la belleza de la jovencita. Estaba exitado!

Anónimo dijo...

La curiosidad de dos ignorancias te da de cara con lo nuevo!

Anónimo dijo...

Ese jarabe nunca se hizo con la pretención de saciar la sed. Lo que pasa es que vieron que la gente en realidad lo tomaba con ese pretexto y no les importaba nada las virtudes tonificantes que pudiese tener.