lunes, 18 de agosto de 2008

«¿Nos casamos mami?»

(Este artículo se vincula con otro anterior titulado «Recuerdo que me olvidé»)

Todos queremos tener sexo con la persona amada. Tan es así que la expresión «hacer el amor» es sinónima de fornicar.

Como la vida está condenada a ser complicada, cuando uno más enamorado está, cuando tiene todas las condiciones para disfrutar apasionadamente con el objeto de amor, sale alguien no se sabe de dónde y nos dice: «¡Con la madre no se puedeeeee!» ó «¡Con papá nooooo!».

«¿Cómo que no se puede? Si yo amo con pasión, si estoy segurísimo/a de que podré hacerlo/a la persona más feliz de la tierra, si podremos tener niños hermosos. Vivimos en la misma casa, estamos bien juntos, mi amor es correspondido. ¿Por qué me pasa esto justo a mí?»

Esta desesperante frustración nos toma en el peor momento, porque somos muy pequeños y vulnerables, no tenemos experiencia en fracasos amorosos y para peor no podemos dar un portazo e irnos a donde la gente sea menos mala. Quedarse a vivir con el enemigo es algo terrible.

En situaciones de este tipo es cuando recibimos la colaboración de la memoria en su simpática función de «esconder recuerdos». La mayoría de nosotros no evoca haber pasado por este drama pasional. Sin embargo sucedió y el recuerdo está escondido pero no extraviado.

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16 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando denuncié ante mi madre a mi hermanito más chico porque se estaba propasando con ella, me dijo "Tu hiciste lo mismo pero se ve que te olvidaste".

Todavía me dura la vergüenza.

Anónimo dijo...

Nunca se lo dije a nadie pero cuando me alquilaban un caballito para pasear en él, yo lo disfrutaba pensando que era mi papá.

Anónimo dijo...

Cuando nacemos todos saben como cuidar nuestro cuerpo del frío, del alimento, de los accidentes, pero los afectos suelen quedar bastante a la deriva porque nadie sabe cómo los tiene cada niño.

Anónimo dijo...

Según el terapeuta, quedé tan destrozado cuando me dejó mi novia porque la tenía endiosada como a mi madre.

Anónimo dijo...

Si tenemos tanta nostalgia por la niñez es proque nos olvidamos de lo espantosa que fue.

Anónimo dijo...

En esto se basa el psicoanálisis: en desbaratar los estragos que hacen los recuerdos que por escondidos están fuera de control.

Anónimo dijo...

Cuando de niña me enteré que en un futuro iba a tener que vivir en mi propia casa, acepté a condición de comprar una que estuviese pegada a la de mis padres.

Anónimo dijo...

Si querés tener sexo con LAS personas amadas te tratan de promiscua.

Anónimo dijo...

Mi vida se complicó desde que nació mi hermana. No se podía con mamá y tampoco con ella.

Anónimo dijo...

Las mujeres de las que me he enamorado tienen un sospechoso parecido con mi madre.

Anónimo dijo...

Me pasaba todo el día dándole besos a papá pero de noche él se iba a dormir con mamá

Anónimo dijo...

Que te nazca un hermano cuando estás en pleno Edipo es una de las pruebas más difíciles que te pone la vida.

Anónimo dijo...

De niña, estando sola con mamá vivía pendiente de ella y cuando llegaba papá me deshacía en mimos para él. Después los dos traidores se iban a dormir juntos y yo tenía que enfrentar la oscuridad de la noche sola.

Anónimo dijo...

Lo único que recuerdo de ese drama pasional es lo suavecita que era la pelada de papá.

Anónimo dijo...

A mi me gustaba vestirme igual que mamá pero no daba resultado.

Anónimo dijo...

Una vez (tendría unos 3 años)mamá estaba cociendo sentada en la máquina. Miraba hacia arriba y le veía los brazos a mamá. Eran tan blancos y tersos que me dieron ganas de morderlos. Lo hice suavecito, sin lastimarla. Recuerdo que mi mamá se sonrió.