«Que yo sea paranoico no evita que tenga enemigos».
¿Qué me quiso decir este paciente? No sé. Lo que más quiero es que él se entienda.
Pero lo traigo a cuento porque es interesante comentar algo sobre la famosa paranoia, particularidad tan difundida en la actualidad.
La idea más creíble que he encontrado sobre ella explica que todos tenemos que desconfiar de los demás para poder tomar conciencia de nuestra existencia.
Si yo confío ciegamente en los demás, confío tanto en ellos como en mí y por lo tanto, no hay diferencia entre ellos y yo, entonces ¿yo quién soy? ¿Fernando? ¿Juan? ¿María?
Si no sé quién soy, me viene una angustia tan horrible como si estuviera perdido en un país extraño. Tener seguridad sobre la propia identidad es el cimiento para poder contar con el resto de las funciones psíquicas: Puedo saber dónde vivo, cuáles son mis derechos y obligaciones, dónde conseguir lo que necesito, etc.
Por lo tanto, está en la base de nuestra salud mental tener conocimiento de quienes somos y para eso hace falta saber que los otros son diferentes a mí. La paranoia es el sentimiento que permite la diferenciación entre yo y no-yo.
Cuando alguna deficiencia personal me dificulta saber quién soy, quizá tenga que aumentar la paranoia y es ahí donde podemos entrar en el terreno de la patología. En este caso, para saber quién soy no me alcanza con identificar al otro como diferente de mí sino que tengo que sentirme exagerada y compensatoriamente amenazado por él.
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17 comentarios:
En un sanatorio para paranoicos, el mensaje de bienvenida de la contestadora telefónica, pronuncia:
"Nosotros ya sabemos quién es usted, sabemos lo que hace y sabemos lo que quiere, de modo que espere en línea mientras rastreamos su llamada. " jajaja
Cuando se juntan la paranoia con las personalidades múltiples, todos se persiguen a todos. jojojo
Jack Nicholson es un genio. Es tan bueno que a veces pienso que se representa a sí mismo, pero no puede ser, ha hecho papeles muy diferentes, pero le salen mejor los de trastornado de la mente.
Nunca me trató un psiquíatra pero a veces tengo la sensación de que debo cumplir la misión de descubrir la vacuna contra la muerte, aunque creo que yo no me la daría.
Tuve una crisis horrible cuando perdí 4 veces el mismo examen y se me había metido en la cabeza que los profesores la tenían contra mí. Me atendió un psicólogo y me hizo comprender que era un antojo mío no poder salvar esa asignatura.
Las personas muy narcisistas están más expuestas que la mayoría. Entre los artistas (cine, teatro, tv)se da mucho esta deficiencia, aunque generalmente no se divulga porque perjudica a la industria del espectáculo.
Algo que leí es que la paranoia se caracteriza porque las ideas surjen solas y no admiten los datos que pudieran contrariarlas. El paranoico sólo cree registrar datos que confirman sus ideas ríjidas.
Me resulta tranquilizante la versión de paranoia que se describe en este artículo.
La baja autoestima favorece que uno sea muy desconfiado.
Los niños pasan por una etapa en la que aún no han definido su identidad sexual. Es clásico, entonces verlos divididos, las niñas por un lado y los varones por otro. Ambos bandos se critican el uno al otro. Para las niñas los varones son una basura y para ellos las niñas son unas ridículas.
Cuando me pongo media paranoica es increíble la selección de datos que hace mi mente. Ve, escucha y oye lo que le combiene.
Si dos personas están unidas por un vínculo amoroso, en general, tienden a confiar la una en la otra. Entonces una relación que marcha bárbaro de pronto se ve invadida por la desconfianza. A pesar de que es un sentimiento doloroso sirve para romper esa especie de simbiosis que se da a veces en la pareja.
¡No confío en mi! ¡Qué hago! ¿Empiezo a confiar en los demás?
Viajo mucho. Recorro países extraños. Soy impredecible. Dicen que me dejo llevar por la corriente. No sé quién soy!
Algunos roles que eran típicamente femeninos empezaron a compartirse con los hombres. Ellos sacan a pasear al bebé, lo cambian, le dan el biberón. La mujer cuando ve las actitudes de su esposo siente enorme gratitud, pero aunque acaba de parir, empieza a sentir la obligación de salir a trabajar.
Mi madre fue el primer modelo de mujer que conocí. Después descubrí otras formas de ser mujer que me gustaron más. Para ser yo misma tuve que alejarme mucho del modelo primario, parecerme lo menos posible, para intentar otra identidad.
Nos sentimos inseguros porque queremos progresar y aumenta secretamente nuestras ganas de robar. La única manera de defendernos de esos deseos inconfesables es pedir cadena perpetua para el ladrón.
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