domingo, 13 de julio de 2008

¡Quién las entiende!

Sí, realmente fue apasionante. Recuerdo que vi una película que me dio las claves de la conquista y enseguida puse manos a la obra. El galán era alto, muy vistoso para mi gusto pero terriblemente seductor para mi hermana, quien, sin ella saberlo, me orientaba —con sus interjecciones y suspiros— sobre lo que es atractivo para una mujer. Este galán era muy pobre y en los 92 minutos que duró la proyección, se recibió de médico, ganó por concurso un cargo de director en el hospital del pueblo y logró que la chica de sus sueños, primero le aceptara la invitación para ir a un baile y que terminaran casándose sobre el minuto 86.

Fue por eso que hice la carrera de medicina en forma meteórica y que me postulé a cuanto puesto de dirección se me cruzó en mi carrera profesional.

En otra película obtuve otra valiosa información porque el protagonista también era pobre como yo, pero su denodado y heroico esfuerzo lo llevó a disponer de una fortuna considerable. Pudo comprarse una magnífica casa, un auto convertible increíble —rojo, por supuesto—. Coincidió con estos logros que la muchacha más hermosa y esquiva del condado le devolvió una de sus anhelantes miradas, lográndose sobre el final de la película una preciosa relación en la que él se notaba muy feliz.

Fue por eso que yo me metí en cuanto negocio pude para salir de la mediocridad económica y hoy dispongo de un capital muchas veces superior al que tuve en mis comienzos.

— Y hoy, a pocos días de cumplir 40 años de casado, que se lo ve tan feliz con su familia y su imperio económico ¿cómo fue que conquistó a su esposa?

— Ella siempre me dice que le fascina el olor de mi cuello.

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10 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hizo gracia porque yo también observaba como al descuido los comentarios que mi hermana hacía por teléfono con sus amigas para ver qué les gusta a ellas.

Anónimo dijo...

Estoy convencida de que los hombres se creen que una está solamente por el dinero que tienen y equivocados que están. La ternura de un hombre vale por varios autos, barcos y casas, pero eso parece que no les entra en la cabecita futbolera que Dios les dio.

Anónimo dijo...

La profesión que más me gustaría tener es la de degustadora, saboreadora, catabesos, experta en besos, perita en bocas varoniles y apasionadas.

Esta generación es aburrida: abogacía, ingeniería, puaj!

Anónimo dijo...

Epa! Tampoco exageremos chicas. Un buen hombre sin recursos es llindo para tenerlo pegado en un poster a los pies de la cama y listo!!

Anónimo dijo...

Me da cosa escribirlo pero lo que me enloquece de mi novio es el olor de sus genitales cuando hace horas que no se baña. Me hace la vida imposible, me tiene prácticamente para cuando no tiene otra cosa que hacer, es desatento, pero ese olor es más poderoso que la pasta base.

Unknown dijo...

No hay que entenderlas, hay que AMARLAS, sólo eso.
Verá cómo se desploman ante sus pies, porque no lo intenta Lic.?
Podría escribir un artículo sobre QUIÉN LOS ENTIENDE?

Anónimo dijo...

Yo trato de amar sin entender pero lo más que logro es querer.

Anónimo dijo...

No pierdas las esperanzas Gabi, podés llegar a amar. Para amar hay que ser hincha del otro.

Anónimo dijo...

La foto de ese pedacito de cuello me mató. Me hizo acordar al hombre más lindo del mundo.

Anónimo dijo...

A mi las claves de la conquista me las da la publicidad. Es mortificante. Me piden que sea alta, flaca, jóven y bonita.