lunes, 14 de julio de 2008

¡¿Cómo que no te gusta?!

«No le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti». ¡¡ERROR!!

Esta consigna es tan disparatada como la de «Querer es poder».

Compartamos un razonamiento que justifique tanta alharaca.

La frase errónea también está diciendo: «Hazle a los demás lo que quieres que te hagan a ti» y también dice: «Dadle a los demás lo que desearías que te dieran».

¡Ahora sí encontramos el defecto!

Analicemos de atrás para adelante: No puedo darle a los demás lo que desearía que me dieran porque se supone que si «desearía que me lo dieran» entonces no lo tengo y si no lo tengo no puedo darlo. ¿Me siguen?

La fórmula de hacerle a otro lo que a mi me gusta falla porque implica suponer que mis gustos son universales, populares, normales y esto no es así. Sin embargo deseamos mucho que nuestros gustos sean los que tienen el resto de la gente y este deseo nos lleva a suponer que si alguien tiene gustos diferentes ESTÁ EQUIVOCADO y hasta nos desilusione saber que a nuestro cónyuge no le gusta el pescado y mucho menos si es al horno con vino blanco.

En suma: Revisemos en nuestra sabiduría las limitaciones que tiene la receta de «No hacerle a los demás...» porque podemos estar teniendo problemas sociales severos, podemos estar sufriendo desilusiones dolorosas y hasta podemos disminuir nuestra calidad de vida por no dudar del traicionero «sentido común».

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8 comentarios:

Anónimo dijo...

Descubrí que hay dos refranes que se contradicen:"No por mucho madrugar se amanece más temprano" y "Al que madruga, Dios lo ayuda".

Anónimo dijo...

Lo jorobado es que si no nos tomamos como ejemplo, cómo hacemos para tener una guía de lo que al otro le puede caer mal?

Anónimo dijo...

En el intercambio de estudiantes con otros países, recibimos en mi casa a una chica canadiense de 17 años y yo le tenía preparada la gran sorpresa para que se quedara encantada con Argentina. No podía creer que no le gustara el dulce de leche. Puso cara de asco y quedé que no sabía para dónde agarrar.

Anónimo dijo...

El marketing es lo que hace: estudia con la mayor objetividad posible que le gusta y qué no le gusta a la gente en verdad. A uno sólo, por lo que se le ocurre o le parece, en general se equivoca.

Anónimo dijo...

La mayoría de mis desilusiones partieron de suponer que la otra persona iba a reaccionar de una determinada manera y resulta que después me enteré que piensa todo al revés que yo. Ahora que ya tengo más de 30, estoy un poco más curtida y no me descorazono tanto, pero igual me cuesta, me cuesta...

Anónimo dijo...

No dudaría un segundo en regalar un año entero de mi vida por saber qué es lo que quiere mi mamá.

Anónimo dijo...

Este artículo (como la mayoría de estos blogs) no son para que uno se quede contento, pero estoy empezando a entender que por lo menos es una ganancia equivocarse menos o sacarse ilusiones de la cabeza. Pero no es lindo que esto suceda aunque es peor darse la cabeza contra la pared mil veces.

Unknown dijo...

Repetimos, sin darnos cuenta, muchas costumbres y actitudes de nuestro entorno familiar y social.
Sería interesante preguntarle al otro qué le gusta, pero necesitamos comportarnos con cierta humildad para hacerlo.