miércoles, 2 de julio de 2008

Hay deseos que matan

Lo único que tendríamos que entender bien en psicoanálisis es el deseo. Si supiéramos bien qué es, todo lo demás se iría deduciendo con más o menos esfuerzo.

No estamos en el kilómetro cero. Jacques Lacan estaba muy bien orientado y me parece que siguiendo el camino que él empezó, podremos continuar acercándonos.

Es probable que la naturaleza sea un sistema en el que todos los elementos interactúan con la única lógica de perpetuarse. Claro que el criterio de perpetuidad de la naturaleza no es tan subjetivo como el que tenemos los seres humanos. Para ella perpetuarse incluye que permanentemente haya muertes y nacimientos, destrucciones y construcciones, finales y recomienzos.

El deseo por tanto estaría dándole dinamismo a esta lógica pero, como ya dije, no con un criterio humano —porque pretendemos que sean otros los que se mueran, otros los que se destruyan y otros los que lleguen a un final—, sino incluyéndonos como un elemento más, en el mismo nivel jerárquico que otro mamífero, que un vegetal, que una bacteria, o cualquier ser vivo en general.

Ese deseo entonces, regido por las leyes de la naturaleza —y no por los intereses de nuestra especie— puja para cumplir el plan general: la supervivencia de la especie en tanto y en cuanto ésta colabora con el dinamismo del sistema global (cósmico podría decir si es que un concepto tan abarcativo no distrae al lector).

Concluyendo: el deseo nos mueve tanto a la conservación de la vida como a la muerte porque en el plan general está incluido que algunos ejemplares tengan que desaparecer para que otros nazcan. Ese deseo que incluye nuestra propia muerte, nos da miedo y por eso a veces evitamos darnos algunos gustos porque no sabemos si el deseo que lo estimula viene con buenas o malas intenciones.

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16 comentarios:

Anónimo dijo...

Después de leer por tercera vez el artículo (que por suerte es cortito) creo haber entendido lo que significa. Muy, pero muy, interesante, aunque no es una buena noticia.

Anónimo dijo...

Cuando entreno natación, generalmente sólo porque mis compañeros llegan una o dos horas después, ellos me dicen que me estoy matando. ¿Hablo de lo mismo?

Anónimo dijo...

Veo que esto es difícil y no lo entendí. No puedo. Me supera. ¿Puede ser que ud no estuvo muy claro?

Anónimo dijo...

Tengo 8 años de análisis y la forma de pensar del licenciado me es familiar y creo que ya es un poco la mía. Raquel quizá te ayude recordar que las personas nos creemos el centro de la creación, como que toda la creación fue hecha para nosotros, para que la disfrutemos y la organicemos como prefiramos. El artículo parte de la suposición de que la creación, el universo, todo lo que existe no está hecho para nosotros. La especie humana es algo más que está ahí, aunque nuestro cerebro nos induce a pensar que somos los reyes, los dueños, los amos. Estas ideas son el producto de un defecto mental que tenemos.

Anónimo dijo...

Me parece que en este artículo está escrito en clave lo que a mi me pasa casi todos los días con lo que me arrepiendo de haber hecho y con lo que me arrepiento por no haberme animado a hacer.

Para los que les pasó lo mismo que a mí, les cuento que lo imprimí (en una hoja A4 sobra espacio) y lo tendré dentro del cuaderno para leerlo cada vez que me arrepienta de algo a ver si logro que me alivie.

después les cuento

Anónimo dijo...

Nunca empecé una terapia porque me da miedo. Estoy acercándome leyendo todo lo que puedo sobre psicoanálisis pero ya tengo 35 años y el temor a descubrir cosas que me duelan es muy grande. ¿Será un deseo esto de tener miedo a que me digan, por ejemplo, que mis padres no son mis padres?

Anónimo dijo...

Desde que me conozco estoy viviendo la vida desde un punto de vista cristiano y este artículo me parece escrito por un chino o por un japonés. Entiendo muy bien lo que dice pero me parece absurdo.

Anónimo dijo...

Podrá pensarse que los indues consideran que el centro de la creación son las vacas y por eso son tan sagradas?

Anónimo dijo...

¿Ud. propone que debemos aceptar las leyes naturales pero respetando el estilo humano(por decirlo de alguna manera) Si es eso lo que propone estoy de acuerdo.

Anónimo dijo...

El peligro del deseo es que no tiene moral.

Anónimo dijo...

El lo que yo digo, ante la lógica de perpetuarse, vale todo.

Anónimo dijo...

La lógica de la naturaleza no me cae nada simpática. No quiero autodestruirme ni tampoco destruir a nadie, aunque lo haga todos los días para alimentarme. Pero ese tipo de destrucción la toleramos, no mejor dicho, la promovemos, porque hasta ahora no aprendimos a alimentarnos con químicos sintéticos.

Anónimo dijo...

Cuando era adolescente tenía un poster que me sabía de memoria que hablaba de eso de volver a empezar. ¡estoy podrida de volver a empezar!

Anónimo dijo...

Los finales que más me duelen son los de las etapas de la vida. Siempre me ha resultado muy traumático dejar p.ej. la niñez para pasar a la adolescencia y esta para pasar a la adultez y ni te digo cuando llegue la vejez.

Anónimo dijo...

A mi los finales que no me gustan son los de las historias de amor. Una vez que te enamorás debería ser para siempre.

Anónimo dijo...

Soy como una estrella lejana. Ya estoy muerta pero todavía no se enteraron.