jueves, 10 de julio de 2008

Operación retorno

No peco de ingenuo si les digo que a Diario Clarín de Buenos Aires le creo la historia que publicó el domingo 27/01/2002. Ésta refiere al «verdadero viejo de la bolsa».

Creo que este mito es casi universal y muy usado para asustar a los niños cuando es necesario persuadirlos de que hagan o no hagan cierta cosa.

El psicoanálisis piensa en términos de deseos inconcientes y opina que cuando tememos algo es porque deseamos ese algo temible. O por lo menos algún placer está asociado a eso tan temible.

En este caso es cierto que los niños temen que alguien se los lleve dentro de una bolsa lejos de su mamá.

¿Cómo sería este «goce espantoso»?

Los niños desearían estar siempre con su mamá. Eventualmente dentro de su útero (la bolsa), pero también suponen que eso equivaldría a la muerte. Tienen deseo y horror a volver al vientre de su madre.

Los niños también creen que todos tenemos pene; la mamá (el viejo) también tiene pene.

El viejo de la bolsa es la mamá con su útero y con pene, que les atrae tanto como los atemoriza. De hecho, en la más tierna infancia ya tenemos indicios de que el deseo es a la vez atractivo y peligroso.

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13 comentarios:

Anónimo dijo...

Fui a leer el artículo del link: ¡Qué horrible ese hombre lo que hizo!

Anónimo dijo...

Yo quería orinar parada como mis primos, me mojaba las piernas y ellos se burlaban cada vez más, pero me daba cuenta que también tenía una reacción extraña cuando me miraban sin pajarito. Se me había volado. ¿Volvería? Lamentablemente no volvió pero como no hay desgracia sin suerte, ahora tengo a mis hijos, pero sé que ellos algún día volarán. ¿Volverán?

Anónimo dijo...

¿No hay desgracia sin suerte Sonia? Mi madre me llevaba en mi cochecito recorriendo casi un kilómetro por una carretera poco transitada. Un día tuvo que dejarme porque le dio un fuerte dolor de panza y se adentró en el bosque para hacer popó. Un auto muy lujoso que pasaba por ahí me recogió pensando que había sido abandonada y desde entonces tengo los padres más buenos del mundo.

Anónimo dijo...

Arnold Schwarzenegger tiene esa imagen en la peli Junior. Es un médico que encuentra una fórmula para curar la esterilidad pero termina dejándolo embarazado a él también. Me impresionó mucho quizá por esa idea de que alguna vez creí que todos tenemos pene.

Anónimo dijo...

Esto de volver al útero me suena creible. Mi madre dice que cuando a ella le empezaron las primeras contracciones participaba en una manifestación en contra del gobierno (Venezuela-Caracas) y que todo era un caos, gritos, corridas, gases lacrimógenos. La llevaron a un hospital y ahí nací yo. Mi dos lugares predilectos son mi casa y las manifestaciones. Lástima que nunca me siguieron cuando quise organizarlas para sacarme el gusto.Todos dicen que soy un tipo "casero".

Anónimo dijo...

Creo que fue Sandor Ferenczi quien postuló que hasta el mismo acto sexual es una manifestación regresiva de volver a entrar dentro del útero materno. Es probable que el hecho de que un cuerpo entre dentro de otro permita esa asociación de ideas.

Anónimo dijo...

No sé quien también decía que uno puede tener ganas de ser comido (a besos) para volver al útero. Me suena que era Melanie Klein pero no la tengo clara.

Anónimo dijo...

"El deseo es a la vez atractivo y peligroso" , sencillas y sabias palabras Licenciado.

Anónimo dijo...

Deseo, a veces, el temible matrimonio.

Anónimo dijo...

Conocí al hombre de la bolsa, se los juro, tenía útero y pene. Ya sé lo que están pensando, se creen de que hablo de un trava, no, no, era un hombre celestial, perfecto, pero la vida no nos pudo juntar.

Anónimo dijo...

Cuando mamá esperaba a mi hermanito yo me abrazaba bien fuerte a su panza, deseaba meterme adentro de la panza. Hoy, adulto ya, soy claustrofóbico y sospecho que tiene que ver con el temor a que el deseo de meterme en la panza se hiciese realidad.

Anónimo dijo...

No me gustaría tener como Gobernador a Schwarzenegger.

Anónimo dijo...

Una vez mi madre me dijo que por nada del mundo soñara con que me iba a comprar esos patines (la verdad en aquella época salían una fortuna). En ese momento deseé que se la llevara el viejo de la bolsa.