viernes, 25 de julio de 2008

Criticar produce felicidad

El estado ideal quizá sea estar tranquilos pero con energía, contentos pero no eufóricos. En poquísimos trazos esta sería una descripción de la felicidad.

Una mayoría de personas viven la vida con intranquilidad, cansancio y disgusto (molestias).

Aunque parece muy sencillo de determinar, no es tan fácil conocer si estas sensaciones son provocadas desde adentro o desde afuera de nosotros. Los más simplistas dicen directamente que se originan por una mezcla de ambas fuentes.

Las cosas parecen mejorar bastante cuando tenemos energía y no nos duele algo. Existen drogas que aportan este estado (la cocaína, la marihuana, las anfetaminas y otras), pero generan dependencia y obligan a dosis cada vez mayores hasta que se convierten en tóxicas y mortales.

Cuando nos indignamos con lo que hacen los demás (delincuentes, políticos, funcionarios corruptos, etc.), se nos instala un estado de ánimo que produce en nuestro organismo alguna sustancia que nos genera energía y alivio.

Recuerde por ejemplo cuánta satisfacción psicofísica siente usted cuando se reúne con otras personas y entre todos critican ferozmente a algún conocido común. Estas conversaciones se aproximan a lo que podríamos llamar «la felicidad».

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18 comentarios:

Anónimo dijo...

He probado muchas drogas y son todas lindas pero el problema está en la resaca. Si uno logra olvidarse de las molestias, vuelve a consumirlas. Si no puede olvidarse, deja de usarlas.

Anónimo dijo...

Debo ser normal porque los programas de chismes son los que tienen mayor rating.

Anónimo dijo...

El diario en mi casa se lee en el siguiente orden: Chistes, Deporte, Fallecidos, Policiales, Escándalos. Los tres hacemos los mismo. Lo hemos comentado alguna vez y ahora encuentro una posible explicación de esta coincidencia.

Anónimo dijo...

Integro un club de críticas a terceros compuesto por mi hermana, su novio, mi novia y yo. El máximo placer es juntarnos en alguna casa con vino, cigarrillos, café y muchooooos temas interesantes. Somos felices dos horas por semana.

Unknown dijo...

Parecerá idealista, pero creo que la felicidad se consigue estando en un estado de equilibrio interior.
Considero que la crítica es cruel y soberbia, y se proyectan sobre las demás personas los propios defectos.
Está bueno utilizar el espejo, no se gasta.

Anónimo dijo...

cuando me pongo eufórica, siempre aparece algún chaval que lo estropea todo.

Anónimo dijo...

Una amiga de mi hermana me dijo que el Paraíso era la ausencia de molestias. Enseguida pensé en molestias serias como enfermedades, tristeza, hambre...pero no, ella se refería fundamentalmente al frío y al calor.

Anónimo dijo...

Acá en Rocha, no sufrimos demasiada intranquilidad. Deja, deja, y ve a dormir la siesta.

Anónimo dijo...

LA CULPA ES DE LA SOCIEDAD ENFERMA EN LA QUE VIVIMOS.

Anónimo dijo...

A veces oigo un zumbidito en la cabeza y después llega la comunicación más feliz, la comunicación con los seres azules de otros mundos, que ya me han llevado por las galaxias junto con Fidel y la Princesa Diana.

Anónimo dijo...

La mezcla más simple y placentera es la del grifo de la cocina, tibia, alegre, de caída suave y constante.

Anónimo dijo...

Yo no hablar bien espagnol, por hacer tiempo poco en Uruguay. Yo pensaré que ustedes ser una mezcla de Bs. Aires y Perú.

Anónimo dijo...

Soy electricista y por eso me gusta usas la metáfora de la mezcla macho-hembra para hablar de los amores más electizantes.

Anónimo dijo...

Para mí las mejores mezclas son: el chocolate con el dulce de leche, la manteca con la miel, el maní con el whisky, las papas fritas con el huevo duro y la lechuga mantecosa con la crespa.

Anónimo dijo...

Ahora que me sacaron la maldita muela estoy para la maratón de San Felipe y Santiago.

Anónimo dijo...

Los drogo-dependientes son seres escepcionales, pero hay que matarlos a todos. Roban con mal gusto.

Anónimo dijo...

Estoy deseando volver a ser oposición. Necesito agilizar mi capacidad crítica.

Anónimo dijo...

A las mujeres nos encanta criticar a los desalmados de los hombres antes de acostarnos con ellos.