sábado, 12 de julio de 2008

¡¡Cenicienta se divorcia!!

El psicoanálisis ha prestado mucha atención a los cuentos de hadas y se viene preocupando de cómo influyen éstos sobre la psiquis de los niños.

Las historias más famosas tienen algunas particularidades comunes.

Los cuentos permiten que el niño comience a comprender lo que pasa a su alrededor, le encuentra un cierto sentido a su vida y aparecen los significados de las situaciones, de las actitudes y de los sentimientos de los personajes más importantes con los que interactúa.

El gancho principal es despertar su curiosidad y tener situaciones divertidas. Lo que lee (o le cuentan) debe estimularlo para que pueda ver, oír, oler, saborear y palpar con su imaginación.

Incluyen aspectos que para un adulto podrían parecer truculentos sin embargo ellos lo agradecen y lo asimilan mejor de lo que uno se imagina. El conflicto, la injusticia, la mentira y la lucha aportan ideas sobre temas que a temprana edad les preocupan y que la literatura les permite ordenar sus ideas con gran placer.

Es importante que los personajes sean buenos o malos, lindos o feos, haraganes o laboriosos. Ellos se confundirían enfrentados a los matices y mezclas de intenciones que anidan en el alma humana.

También necesitan que los buenos le ganen a los malos, que los trabajadores y amables triunfen sobre los haraganes y rezongones.

Los buenos deben ser más lindos que los malos y por tanto siempre triunfan los más lindos.

Es tan bonita la niñez que el modelo se sigue usando (con mínimas variantes) también en los teleteatros, culebrones, seriales y filmes populares.

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29 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi preferida fue Caperucita roja. Algunos psicólogos enfermos dicen que el glande es una caperucita roja. La verdad es que también me gusta.

Anónimo dijo...

Mi abuela inventaba cuentos con lo que había pasado durante el día y se ganó mi amor hasta que yo me muera.

Anónimo dijo...

Cuando era chico me gustaba que siempre me contaran el mismo cuento y todas las veces me ponía igual de nervioso cuando sucedían las cosas dramáticas. Ahora lo que me pasa es que me río con las mismas ganas aún con los chistes que ya sé como terminan.

Anónimo dijo...

El odio que puede caber en una cabecita pequeña, rubia, de trenzas, nadie más que yo puede saberlo. Las hermanastras de Cenicienta LAS ODIO TODAVÍA HOY.

Anónimo dijo...

Recomiendo un libro que me prestaron. Se llama Psicoanálisis de los cuentos de Hadas y está escrito por Bruno Bettelheim (no sé bien cómo se escribe). Ahí dice que los cuentos de hadas ejercen una función liberadora y formativa para la mentalidad infantil y la dotan de apoyo moral y emocional.Al identificarse con los mismos personajes de los cuentos,los niños comienzan a experimentar por ellos mismos los sentimientos de justicia,etc...

Está bueno.

Anónimo dijo...

Si yo lo agarro a La Fontaine con la fábula de la hormiga y la cigarra, lo cago a patadas. Trabajo como un burro y no puedo parar.

Anónimo dijo...

Ah sí, estoy segura, los cuentos para niños son excelentes si a eso le agregamos algo que aprendí cuando llegué a ser adolescente y es que "Mal de muchos, consuelo de tontos". Como en las historias infantiles a los otros niños les va espantoso, una lee con fruición sólo porque al protagonista la vida le rueda peor. ¡Qué bueno que es esto! Un curso a distancia de como ser estúpido y conformista gracias al mal ajeno.

Anónimo dijo...

Con el asunto de las moralejas se podría pensar que a los delincuentes les leyeron pocas historias de Walt Disney.

Anónimo dijo...

La publicidad que los padres hacen a los niños funciona así: como los niños no quieren llegar a ser buenos, sino que quieren ser los héroes más vistosos, mirados, aplaudidos, grandotes, entonces las agencias publicitarias paternales qué hacen? Redactan la historia para que el personaje que cumple estos anhelos del niño, sea además bueno y triunfe sí o sí. Los pobres inocentes razonan: "Ah, entonces para estar en el centro, para que me admiren y me alaben todo el tiempo y escriban historias sobre mí tengo que ser bueno" y ahí se convierten en buenos sin darse cuenta.

Anónimo dijo...

A Caperucita Roja me la contaron una sola vez porque cuando llegó la parte en que el lobo se la comió yo me puse de parte de él. Mi madre se asustó tanto que contrató a una psicóloga kleiniana y por eso terminé estudiando psicología (pero estoy para la gestalt).

Anónimo dijo...

Nunca supe por qué pero lo que más me gustaba a mí eran las historia que pasaban dentro de un bosque.

Anónimo dijo...

La fiesta a la que concurre Cenicienta con el Príncipe para mi era una juerga desenfrenada donde pasó de todo y el famoso zapatito es una metáfora de su vagina y el piecito es una metáfora del pene del Príncipe. ¡A mi no me la van a contar!

Anónimo dijo...

No puedo creer cómo me encantan las telenovelas más absurdas. Y lloro como una estúpida, y se me acelera el corazón con la mala se comporta como una perra y la pobrecita es vilmente engañada de puro ingenua cuando yo desde el sillón del living me doy cuenta clarito que la van a perjudicar y puteo cuando termina y me dejan con una intriga para mañana. ¿Qué me está pasando? Ya tengo 29 años. ¿Tendré cura? ¿Seré normal?

Anónimo dijo...

Dicen que llegó una jovencita al cielo y que al revisarle el himen para ver si era virgen se lo encontraron con 7 perforaciones y por eso se dieron cuenta que era Blanca Nieves. jijiji

Anónimo dijo...

...y fueron felices, y comieron perdices y yo no comí porque no quise. jijiji

Anónimo dijo...

RECLAMO A QUIEN CORRESPONDA: Según se me informó a través de la literatura iniciática el matrimonio era agradable e indestructible, los hijos eran amados y comprensivos, la violencia doméstica era impensable, la pasión sexual nunca decaía, el sueldo del padre alcanzaba para todo, ¿¿¿¿¿YYYYY????? ¿Dónde está todo eso?

Unknown dijo...

Resulta que CENICIENTA se divorcia cuando despierta del CUENTO. Y posiblemente iniciarse sea DESPERTAR a la realidad, y no como dicen las historias de un solo color.

Anónimo dijo...

Estoy preparando un libro con hamburguesas y papas fritas en la contratapa. Viene con fecha de vencimiento y les adelanto que va a ser un suceso tal que le va a hacer mecha a Mac Donald

Anónimo dijo...

Soy vieja y todavía me gustan los cuentos de hadas, gnomos, magos y duendes. Me gusta salirme de la realidad e imaginarme todo a mi medida.

Anónimo dijo...

Las historias más famosas son los clásicos más modernos.

Anónimo dijo...

Después de leer Blancanieves pude entender que en realidad a las mujeres también les gusta tener muchos hombres. Mi padre me decía que el hombre era polígamo por naturaleza y la mujer necesitaba ser fiel para respetarse a sí misma.

Anónimo dijo...

Yo iba a construir un rancho en Balizas, bastante precario porque no tenía un sope, pero me acordé del cuento de los 3 chanchitos y desistí.

Anónimo dijo...

El cuento de Caperucita despertó mi curiosidad como ninguno. ¡Me reveló que se podía volver adentro de la panza y después salir y todos felices!

Anónimo dijo...

La otra vez compré en la feria un libro de cuentos con CD. El libro era de Pedro y el Lobo pero el CD trucho de los Fatales.

Anónimo dijo...

A los niños les gustan las historias truculentas. Me gustaría hacer una adaptación de "El almohadón de plumas" para niños.

Anónimo dijo...

Feliz divorcio Cenicienta y que tengas todo un arocoiris a partir de ahora.

Anónimo dijo...

Los buenos cuentos para niños hablan con fantasía de la realidad.
Hablan de la injusticia, la mentira, la lucha. Hablan del ser humano.

Anónimo dijo...

A mi la literatura me permite ordenar las ideas. No tanto cuando leo sino mas bien cuando escribo. Después de terminar un texto ya tengo todo ordenado para volverlo a desordenar.

Anónimo dijo...

Voy a denunciar en la Liga de Defensa al consumidor cada vez que se escriba un cuento donde los buenos sean más lindos que los malos.