El artículo posesivo «mi» significa cosas muy diferentes si se usa en la frase «mi brazo» que si se usa en la frase «mi marido».
Pero esta obviedad viene con trampa.
Nuestro deseo aspira a igualarlas porque le resulta más conveniente y gratificante. La obediencia y fidelidad que yo espero de «mi marido» es casi la misma que espero de «mi brazo», y acá ya empezamos con desentendimientos, discusiones, peleas, frustraciones, desilusiones, reclamaciones y hasta algún divorcio.
Para quienes le dedicamos más tiempo que nadie a estudiar el funcionamiento psíquico, es bastante claro observar cómo nuestras expectativas esperan de algunas personas respuestas que son propias de lo que un amo esperaría de «su» esclavo, de «su» perro, de «su» brazo.
«No me hace caso», «hace lo que se le antoja», «se cree que sigue soltero», «no me respeta», «me es infiel»... son quejas de alguien convencido de que el otro le pertenece porque aquel tramposo artículo posesivo «mi» lo ayudo a sostener la fantasía de que es posible apropiarse de un semejante.
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Pero esta obviedad viene con trampa.
Nuestro deseo aspira a igualarlas porque le resulta más conveniente y gratificante. La obediencia y fidelidad que yo espero de «mi marido» es casi la misma que espero de «mi brazo», y acá ya empezamos con desentendimientos, discusiones, peleas, frustraciones, desilusiones, reclamaciones y hasta algún divorcio.
Para quienes le dedicamos más tiempo que nadie a estudiar el funcionamiento psíquico, es bastante claro observar cómo nuestras expectativas esperan de algunas personas respuestas que son propias de lo que un amo esperaría de «su» esclavo, de «su» perro, de «su» brazo.
«No me hace caso», «hace lo que se le antoja», «se cree que sigue soltero», «no me respeta», «me es infiel»... son quejas de alguien convencido de que el otro le pertenece porque aquel tramposo artículo posesivo «mi» lo ayudo a sostener la fantasía de que es posible apropiarse de un semejante.
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19 comentarios:
El ser humano es un animal territorial y se siente dueño de todo lo que alcance a ver.
No hay duda que este "mi" que ahora es criticado, también alude a un vínculo amoroso que tiene un gran valor.
Siempre me quedó grabado cómo mi abuela se refería a una hija adoptiva: "La quiero como si fuera mía" y con esto todos entendíamos que la quería igual que a sus hijos biológicos, o sea "propios".
No sé, ahora me abrazó la duda.
Es muy frecuente escuchar a las madres que dicen que su hijo "no les come", "no les estudian".
yo, mi, me, conmigo...
tu, ti, te, contigo...
Prefiero decir nuestro y nosotros,creo que implica y nos engrandece a todos los seres humanos.
¿Me dejan comentar que el gato de la fotito es divinísimo?
"Mi" gato dijo "mio"... porque desde su punto de vista, yo soy de él. Nos llevamos bien porque hay empate.
Pensando en las consecuencias de lo que se dice en este artículo puedo informarles que un divorcio es tan cruento porque psicológicamente equivale a una amputación. Al menos para el cónyuge que consideraba al otro como parte suya.
Quien más quien menos quiere pertenecer a alguien como resabio de la única época realmente feliz: La primerísima infancia y, aunque parezca descabellado, quizá algún recuerdo perdido de la vida intrauterian. Pero esto último ya es demasiado hipotético.
De todos modos es interesante verlo escrito en un estilo tan coloquial porque puede orientarnos en algunos aconteceres de la vida adulta en la que las fantasías de posesión pueden ser perturbadoras.
El problema está en que a la mayoría creo que nos gusta decir "mi marido", "mi mujer" porque evidentemente eso responde a alguna necesidad (es probable que de origen socio-cultural); digo problema porque por un lado sentimos que necesitamos esa "posesión" y por otro lado vincularnos desde el sentido de la propiedad nos trae infinidad de problemas. Como el capitalismo por ej.
Ya es hora de que demos un nuevo significado a la palabra fidelidad cuando se fefiere a los vínculos de pareja.
Una vez mi brazo me desobedeió. Yo quería sacar el monedero para pagar y el brazo buscó adentro de la campera una calibre 22.
Ayer mi vecina gritaba "andá a bañarte, andá a bañarte". Pensé aliviada que no era la única madre que tenía problemas con el baño de su hijo preadolescente. Grande fue mi sorpresa cuando (por otras cosas que escuché y no viene al caso mencionar acá) me di cuenta que le hablaba al marido.
De acuerdo, no está bien apropiarse de un semejante ¡pero que lindo que es!
leonardo le hace honor a su nombre, opina como un león. espero que por donde ande no marque su territorio con orina. la orina de los gatos huele mal, me imagino la de los leones.
No lo dudes Sócrates, a los hijos adoptivos se los quiere igual que a los propios. Ahora me dejaste dudando... ¿o más?
Laurita, si sos la misma que habló de los vínculos entre madre e hijo, porque después decís que hay que cambiar en lo que se refiere a vínculos de pareja ¡Hay que cambiar en todo! Como decía K. Gibran:"tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, no vienen de ti sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen", sigue me lo sé todo de memoria pero no quiero aburrirlos. Si es otra Laura la que escribió después pido disculpas.
debe ser hermoso sentir ese sentimiento panteísta que plantea inma
Estoy de acuerdo con Rossanna y me pregunto ¿cómo conciliamos lo que sentimos con lo que pensamos? ¿nos sale caro?
Sandra, de acuerdo, el gato es precioso, porque es una foto, por lo tanto:
es cachorro
no larga pelos
no huele
no come
no maulla en sus noches eróticas
no hace caca
no pelea con los perros
no se refriega contra las piernas de desconocidos
no se sube a tu cama
no te despierta justo ese día que querías dormir
Está bien, no sigo, ya te diste cuenta de que no me gustan los gatos.
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