domingo, 30 de marzo de 2008

Cuando los caballeros se atraviesan

Analista ♀ — .......................

Analizante ♀ — Anoche tuve un sueño. O una pesadilla, no sé bien. Me quedé dormida con una película ambientada en la Edad Media, con esos palacios enormes de piedra, grandes parques, mucha gente vestida lujosamente con terciopelo rojo, encajes, escotes, sombreros muy grandes, cantidad de sirvientas y sirvientes.

(Silencio breve)

El sueño era que había mucho ruido de gente que iba y venía, puertas que se golpean, voces fuertes, caballos caminando sobre una vereda empedrada, yo estaba rodeada de mucha gente pero parecía que nadie sabía que yo estaba ahí.

La mayoría eran mujeres que se reían y hacían planes para un baile que habría esa misma noche y donde se encontrarían con otras mujeres y con muchachos y que bailarían si ellos las invitaban pero dejaban de reírse porque si nos las invitaban a bailar y las otras se reían de esas dudas repentinas.

Después estoy en uno de esos palcos donde se ponían los reyes para ver cómo se peleaban los caballeros y a mi lado estaba la muchacha que me ayudaba a vestirme y desvestirme y bañarme y todas esas cosas que hacían en aquella época.

Resulta que los dos que se estaban por enfrentar lo hacían porque el ganador pasaría a ser mi caballero protector que según parece en aquel entonces pasaba a ser como una especie de amante no oficial. Ahora recuerdo que la muchacha que estaba conmigo era Sofía. Si estoy segura. Ya se la nombré varias veces que no sé que me pasa con ella que siento cosas raras cuando me mira o me toca.

Cuando los caballeros empezaron a correr en sus caballos con sus lanzas apuntándose para cruzarse justo delante del estrado, a mi no me puso nerviosa como a todo el resto de público. Cuando se cruzaron fue espantoso porque con las lanzas se atravesaron mutuamente la armadura, el cuerpo y les salió por la espalda. Todos dieron un grito de horror y ahí sentí como la muchacha que para mí era Sofía me agarró de la mano, nos miramos, me di cuenta que estábamos enamoradas y me desperté con el corazón que parecía que se me iba a salir por la boca y la vagina muy lubricada.

Analista ♀ — Dejamos por acá.

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12 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cuando las mujeres tienen sueños eróticos también se lubrican o ésta es una 'licencia literaria'?

Anónimo dijo...

En una revista de divulgación científica o de chimentos, no recuerdo bien ahora, se decía que como todos tenemos a nuestra madre como a la primera persona que uno ama, todos tenemos sentimientos eróticos hacia las mujeres y por esos nosotras somos razonablemente bisexuales, lo cual no quiere decir que tengamos que tener una amante o de lo contrarios somos unas homosexuales reprimidas. En mi caso me gustan los senos de las mujeres pero nunca tuve un deseo incontenible de besárselos.

Anónimo dijo...

Me gustó la sencillez con la que se expresó un sentimiento tan complejo porque el hecho de que dos hombres se atraviesen con sus lanzas es probable que simbolice la homosexualidad en los hombres para que la soñante no se sienta inhibida por la censura al deseo lésbico hacia su amiga.

Anónimo dijo...

Me hace gracia y no lo puedo evitar, pero me pregunto: ¿cobran algo los analistas lacanianos? Porque si cobran están robando la plata. ¿Qué hacen? ¿Para qué están ahí? ¿Cuántas semanas dura un curso para analista lacaniano? ¿Son pagos o gratuitos? Cuando empieza a aburrirse de lo que la estúpida que paga se pone pesada, dice ¿Dejamos por aquí? ¡Qué negocio! ¿Les va bien con esta profesión? ¿No se mueren de hambre? ¿Qué curan, la neurosis o la idiotez?

Anónimo dijo...

¿Serán sueños verdaderos estos que cuenta el licenciado en su blog? Porque tal como los cuenta parece que sí pero no creo que él pueda publicar cosas que le dicen sus pacientes porque eso los pondría muy enojados a todos por la falta de reserva.

Anónimo dijo...

A mi me parece que la primera parte del sueño donde hay tantas cosas de piedra (castillo y vereda) podrían representar la frialdad que siente la analizante del entorno social, lo que luego se confirma porque ella siente que todas hablan animadamente pero ella se siente no vista. Es probable que su deseo homosexual la haga sentirse discriminada.

Anónimo dijo...

El título me hizo imaginar que se refería a 'cuando los hombres se interponen entre lo que quieres hacer y lo que ellos no quieren que tu hagas'.

Me gustó que me confunda.

Anónimo dijo...

Cuando aparecen todos esos puntos donde dice analista yo me imagino que el analista te queda mirando fijo a los ojos y con cara de asombro. Quisiera sacarme esa idea de la cabeza porque quiero ir a terapia pero no me animo.

Anónimo dijo...

Ellos tienen suerte, cuando se trata de disputarse un amor, lo dirimen en un ratito, en cambio nosotras podemos llegar a ser tan estúpidas como para pasarnos toda la vida compitiendo con otras mujeres.
Ahora que los hombres no pueden batirse a duelo, apelan al sentido práctico (como en realidad hicimos siempre, tanto nosotras como ellos) Se hace la vista gorda. Lástima que en los tiempos actuales lo único que puede engordar es la vista.

Anónimo dijo...

Te cuento Renzo (ay! tu nombre me hace acordar a un reno como los de Papá Noel), una vez tuve un sueño tan pero tan erótico que me lubriqué a tal punto que el flujo vaginal traspasó el colchón y cayó sobre la colcha de la compañera que dormía abajo (te escribo desde cárcel de mujeres).

Anónimo dijo...

Iris, tienes razón, parece algo muy loco el que una persona te cobre por estar ahí sentada, despierta o dormida, escuchándote a tí o a un iPod. Reconozco que suena muy extraño. Llevo más de 5 años en esto y no te imaginas cuando ha cambiado mi vida. Quizá antes estuviera demasiado mal y por eso hasta mi peluquera podría haberme mejorado algo, pero estoy convencida que algo sucede ahí como para que se justifique que le pagues y no dejes de ir. ¡Créeme!

Anónimo dijo...

En este relato los caballeros se penetran y las mujeres se enamoran. ¡Siempre las mujeres se me quedan en el plano espiritual! hagan un esfuercito nenas y suelten los galgos.