martes, 18 de marzo de 2008

La ley soy yo

Es cómico —si no fuera tan dramático— cuando algún ciudadano de gran poder (económico, político) enuncia ante los medios «acataré el fallo de la justicia».

Todos lo escuchamos como si fuera una noticia más pero sin embargo no es tan trivial. Si en una república democrática oímos que un ciudadano hace una declaración así, no podemos dejar de escuchar que para él, acatar el fallo de la justicia es optativo.

Quien así se expresa está demostrando que en su ánimo conviven con similar jerarquía la intención de acatar un fallo judicial con la intención de no acatarlo.

Este ciudadano, al hacer la declaración mencionada, está diciendo que se siente por encima de la justicia, que no se considera subordinado a ella, que generosamente, en un gesto de buena voluntad podríamos decir, demostrará su caballerosidad acatándolo, aunque bien podría no hacerlo y nadie sería capaz de obligarlo.

La frase de este ciudadano parece poco importante, parece el simple gesto de un ciudadano obediente, pero deja en evidencia que él se siente por encima de todos quienes lo escuchamos sin que nos demos cuenta cómo nos está menospreciando.

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20 comentarios:

Anónimo dijo...

No me doy cuenta a qué se refiere específicamente este artículo pero convengamos en que los fueros parlamentarios soy algo así como la "licencia para matar" que tenía el famoso personaje de Ian Flemming James Bond.

Anónimo dijo...

¡Ahora caigo! Estos hijos de puta me estuvieron tomando el pelo todo el tiempo. Yo escuchaba esa frase como si confirmaran innecesariamente qué buenas personas que son, como si me estuvieran diciendo que no fue un error haberlos votado, que existe una justicia razonable en que alguien tan probo, ocupe el lugar que ocupa.
Me siento un tarado. No sé si agradecerle el artículo.

Anónimo dijo...

Alguna vez he soñado despierto con lo que debe ser estar en una banca del parlamento, y hablar y ser escuchado y que todos me hagan preguntas y quieran saber qué opino y que voy a decidir ante tal o cual proyecto y me he sentido dios.

Anónimo dijo...

en otro blog linkeado con este se habla también del soborno y me parece que la gente que tiene mucho poder, no siente el peso de la ley. Los trabajadores del poder judicial suelen ganar menos dinero que la mayoría de los poderosos y en nuestra cultura la riqueza es determinante de quién tiene la razón.

Anónimo dijo...

No sé si es lo mismo pero hoy el Dalai Lama amenazó con renunciar si no cesa la ola de violencia en el Tibet. ¿Cómo se imagina que es alguien que presiona a un pueblo con su renuncia? No me entra en la cabeza ... o tengo la cabeza muy chica que también es cierto.

Anónimo dijo...

Cuando oía estas frases suponía que el fulano quería decir que aunque la justicia se equivocara el iba a acatar su fallo. Ahora me doy cuenta que también cabe la otra interpretación o ambas al mismo tiempo. Lo cierto es que a alguien que nadie lo conoce nunca se le ocurriría declarar eso y por supuesto, antes que nada, nadie le tomaría declaraciones.

Anónimo dijo...

amo incondicionalmente a Fidel, pero honestamente no me lo imagino diciendo eso. a Chávez capaz sí, porque es otro perfil, quizás más demagogo; de todos modos me parece injusto para con Fidel, andar comparándolo con Chávez.

Anónimo dijo...

Ahora que lo pienso bien estamos todos locos ¡cómo alguien va a acatar lo que diga la justicia si es su "fallo"!

Anónimo dijo...

Lo que pasa es que se trata de un ciudadano tan profundamente democrático que se la pasa optando.

Anónimo dijo...

Me extraña que un psicoanalista se extrañe de que en una persona convivan con igual jerarquía el ánimo de acatar la ley y no acatarla. ¿Uds. creen en el inconsciente no?

Anónimo dijo...

Creo que lo que plantea Mieres se vincula con eso de que "el poder corrompe". Cuando una persona imperceptiblemente, de a poquito, va incorporando a la visión que tiene de sí misma que es altamente valorado por los demás, va produciéndose un cambio de personalidad subrepticio y de pronto un día el tipo/a se levanta y hace una declaración así. Todo sucede como si la persona viajara en una mesita con ruedas.

Anónimo dijo...

Alguien que se anime a hacer una declaración de ese tipo tiene que estar muy seguro de que no le van a tirar una pedrada en la cara. Los Peirano por ej. se quedaron calladitos.

Anónimo dijo...

Nadie repara en el terrible conflicto, la enorme lucha interna del pobre ser humano que se debate entre acatar o no acatar.

Anónimo dijo...

Peor es cuando te dicen directamente que no acatarán nada.

Anónimo dijo...

Y capaz que el fulano tiene derecho de menospreciar; ud. descarta la posibilidad de que realmente sea superior. Suponga que se trata de un extraterrestre mucho más evolucionado que cualquier terrícola...

Anónimo dijo...

Irene el Dalai Lama debe ser pacifista...o cagón.

Anónimo dijo...

Comparto el sueño de Javier, eso de ser escuchado en el senado. Yo le agregaría aplausos desde las barras y si se arma una piñata entre las distintas bancadas, mucho mejor!

Anónimo dijo...

Por qué ud. dice que el sujeto demostrará su caballerosidad acatando. La próxima vez en lugar de sujeto le sugiero que diga persona, así esa persona puede demostrar su caballerosidad o su femeneidad.

Anónimo dijo...

Natalia, se dice femeneidad o feminidad...qué horror, usamos tan poco esa palabra que ni sé como se escribe!

Anónimo dijo...

Ese ciudadano es Dios, hombre.