viernes, 7 de marzo de 2008

¡Gracias a mi, no deberán esforzarse nunca más!

Algunos personajes parecen llevar atado a su cola un rodillo impregnado de moralina.

Estos ciudadanos siempre quieren dejar una estela de perfección humana. Aspiran a ser el ejemplo de lo que se debe ser. Tienen desarrollada la destreza para publicitar sus sentimientos como incuestionables, los mejores, los que deberían enseñársele a las nuevas generaciones para que la especie pueda justificar de una vez por todas que es superior al resto de los animales (y ni que hablar de los vegetales...)

Suelen ser personas incapaces de hacer algo concreto (trabajar duro, por ejemplo) porque su misión, cual abeja reina, es sólo la de emitir ininterrumpidamente ese fluido beatífico y glamoroso que no para de salir de su maravilloso espíritu.

Su estrategia más elemental consiste en defender con pasión la legalidad de los reclamos populistas, aquello que la debilidad constitucional del ser humano hace que todos los deseemos: ganar mucho dinero, no trabajar prácticamente nunca, llegar a cualquier hora, estar exonerados de todo tipo de contribución a la sociedad, y otras exclusividades típicas de un monarca (que es como él se siente todo el tiempo).

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11 comentarios:

Anónimo dijo...

La habilidad par convencernos puede ser fatal. Yo estoy convencida de que Hugo Chavez está loco y que nos va a llevar a la ruina. Por desgracia mi país se ha puesto de aliado con él. Es un peligro. No se en que puede terminar todo esto.

Anónimo dijo...

Es que no es tan difícil escaparse del poder de convicción que tienen algunos personajes. A mi me viene pasando hace años pero en el terreno afectivo. Algunos hombres me convencen con una facilidad asombrosa, pero de esto me doy cuenta después de que la relación se terminó y yo quedé con un puñado de ilusiones marchitas que me miran desde el florero de mi cabeza hueca.

Anónimo dijo...

Desde que leo estos tres blogs creo haber aprendido que una buena manera de vincularse con algunas personas consiste en averiguar qué es lo que quieren escuchar y después tratar de decírselo como si uno fuera una programa radial que atiende las solicitudes musicales de la audiencia.

Anónimo dijo...

No quisiera ser mal pensada pero parece que el psicólogo estuviera describiendo a un dirigente gremial que tenemos a mi sindicato y que hace años que no lo vemos en el taller pero sigue cobrando. No es una crítica. Yo diría que es un mal necesario porque algunas cosas estarían peor si no fuera por el sindicato.

Anónimo dijo...

Los criticones (ud incluido) son pesonas que siempre hablan mal de los demás tratando de dejar el mensaje implícito de que "ellos" (ud) lo harían mejor. Critican a carpinteros, cantantes, escritores, presidentes y premios nóbeles: todos parecen inferiores al criticón. El criticón es alguien que hace publicidad hacia sí mismo, no diciendo "qué magnífico que soy" sino diciendo "los demás no saben hacer las cosas (tan bien como yo las haría)".

Anónimo dijo...

Las personas que pintan con moralina suelen tener pocos amigos

Anónimo dijo...

No conozco ese tipo de personas que Ud. dice.

Anónimo dijo...

Ah! la Estela ... esa sí que es perfección humana y no necesita colgarse nada de la cola, así nomás, como Dios la trajo al mundo es todo glamour.

Anónimo dijo...

Yo me ato a la cola lo que sea, con tal de que alguien me mire.

Anónimo dijo...

soy buena y simpática porque la naturaleza no me ha concedido el don de la belleza.

Anónimo dijo...

Mieres me parece demasiado tajante e irritado.