domingo, 23 de marzo de 2008

¡Me las pagarán!

Analizante ♂ — Me voy a suicidar. ........... Ya no aguanto más .............Mi vida no tiene sentido ............. (comienza a sollozar) ............ ¡Qué horrible que es todo!

Analista ♀ — ....................

Analizante ♂ — Me voy a abrazar a mi perra y me voy a tirar por la ventana ............ ya estuve mirando para abajo con ella abrazada y me parece que el corazón le sigue latiendo al mismo ritmo. Se ve que no se imagina lo que nos está por pasar.

Analista ♀ — ....................

Analizante ♂ — Escribí varias cartas de despedida pero no encuentro bien cómo decir por qué tomé esa determinación. Todas me parecen demasiado superficiales, melodramáticas, tengo miedo de que al final quede en ridículo y que todo sea inútil.

Analista ♀ — ....................

Analizante ♂ — A ellos les tiene que doler que yo haya tomado esta determinación. No quiero que se la lleven de arriba. Quiero que se den cuenta que hasta ahora no me han dado el lugar que me corresponde. Viven pidiéndome que haga esto y aquello, que estudie, que trate bien a quienes me fastidian. Vení, traé, llevá, hacé, correte, movete de una vez. Los voy a privar de esta cosa que parece que soy para ellos a ver qué hacen. Además les voy a quitar a la perra para que sufran más todavía. Con esta venganza me las voy a cobrar.

Analista ♀ —¿Cómo piensa disfrutar eso que les va a cobrar con la venganza?

Analizante ♂ — .........................

Analista ♀ — La dejamos por acá.

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22 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo imaginarme que un psicoanalista, por más lacaniano que sea, pueda quedarse (aparentemente) tan impávido ante una amenaza de este calibre. Lo único que se me ocurre es que la actidud del analizante lleve a pensar que es una amenaza que lejos está de cumplirse pues el tono con que lo dice es totalmente discordante con su contenido.

Anónimo dijo...

Aunque es demasiado cruel, me parece enternecedor que alguien se abrace a su perro para tomar una decisión tan tremenda. Yo no sé que haría si me quedara sin mi perrita.

Anónimo dijo...

Alguien que sabe me comentó que los suicidas no se quieren mantar sino que quieren matar a alguien que tienen adentro atormentándolo. Esto me parece que pueden tener que ver con las personas que oyen voces.
Este analizante entonces no sería un suicida sino un asesino serial de varias personas que él se las imagina adentro suyo.

Anónimo dijo...

En mi casa somos muchos y es a mí que me tienen como una esclava, que siempre soy la que recibe las amonestaciones, la que hace los trabajos que nadie quiere hacer y como no sé decir que no, vivo contrariada, no tanto como este joven ni me parece que la solución sea matarme, pero si quiero irme de acá cuanto antes. No son mala gente mi familia pero me hacen sentir mal a mí. Todas las noches me duermo pensando que algún día aparecerá en mi vida esa personas que me rescatará de este pozo.

Anónimo dijo...

Este chico mira por la ventana para tirarse al vac�o y yo miro la mavaja que usa mi padre para afeitarse. Estoy loca. Ahora me viene a la cabeza aquel chiste horrible del que dice: "No s� si cortarme las venas o dej�rmelas largas". Esta cabeza no anda bien, pero qui�n puede arregl�rmela?

Anónimo dijo...

El miedo horrible que me da cuando me asomo a un balcón muy alto me parece que es tan terrorífico porque algo dentro mío me está dando ganas de lanzarme al vacío. No creo que me quiera matar, pero lo que no quiero es no poder volar. Suponer que mi cuerpo caerá como cualquier otro objeto pesado y que se estrellará contra el suelo es algo que me cuesta creer y aceptar. No puedo ser una cosa que la ley de la gravedad atrae sin diferenciar de que soy una persona y no un peso inerte.

Anónimo dijo...

Esto nunca más va a pasar. Yo también me llamo Nora pero el miedo que me da al mirar para abajo apoyada en la baranda de un balcón es que justo en ese momento lo que estuvo virme durante años, se afloje, la baranda ceda e inevitablemente empiece a caer sintiendo los gritos desesperados de mi madre que lo ve todo pero que nadie puede hacer nada por salvarme.
En Argentina tenemos el caso del actor Alberto Olmedo que se cayó o se tiró y a una vedette de apellido Pradón que se cayó o se tiró pero que sobrevivió y ya está trabajando de nuevo.

Anónimo dijo...

Comprendo a este joven porque yo nunca sé porqué hago las cosas más graves. Quizá sepa bien porqué uso determinada prenda de vestir, pero todavía no entiendo porqué empujé a mi madre cuando me dijo por milésima vez que no deje la ropa tirada en cualquier lado. La quiero mucho y no sé por qué le di ese empujón con tanta rabia. Si vamos al caso, es la que menos se lo merece por todo lo que hace por mí y por mi hermanito. Ese empujón debió haber sido para mi padre que se alejó cobardemente cuando hubieron algunos problemas no tan graves que no pudieran solucionarse con un poco esfuerzo.

Anónimo dijo...

Si todos los analistas lacanianos son así de no hablar casi nada me parece que nunca los eligiría porque a mi lo que me gusta es que me den consejos de cómo tengo que resolver las dudas que les planteo. No puedo entender qué gracia tiene que uno vaya a alguien para contarlos los problemas que lo aquejan y que el otro no de señales de vida.

Anónimo dijo...

Mi hermano mayor sí se suicidó y no le dijo nada a nadie. Sólo dejó una notita sobre su pecho que decía: "Uds no tienen nada que ver".

A pesar de su mensaje desculpabilizador, hace más de dos años que no encontramos consuelo y nos interrogamos ¿qué hicimos mal?

Anónimo dijo...

Algunas personas no entienden y el lincenciado Mieres debería explicarlo, que el análisis lacaniano, a diferencia de otras técnicas, procura que cada analizante se convierte en lo mejor que él mismo puede llegar a convertirse, abandonando representar a nadie, ni copiar la personalidad de alguien, ni hacerse cargo del deseo de los demás. La idea es que cada analizante llegue a un punto de su tratamiento en el que sepa que él es él mismo, que nadie está usándolo para convertirlo en otra persona. Si el analista diera consejos sucedería lo que sucede cada vez que alguien pide y acepta consejos: Empieza a comportarse como el aconsejador y deja de ser él mismo, con lo que se llega a un único e inevitable desenlace: TERMINA NO SIENDO NI ÉL NI NINGÚN OTRO. Sencillamente, termina NO SIENDO ALGUIEN.

Anónimo dijo...

Todos nos merecemos respeto por lo que valemos pero no porque alguien amenace con matarse tenemos que convertirlo en alguien digno de aprecio, lástima, consideración o respeto.
Este muchachito apuesta a hacer una chantaje emocional y lo mejor que podría pasarnos a todo es que se mate y se deje de molestar.

Anónimo dijo...

Para que alguien diga "vení, hacete, corré" tienen que haber dos. Así que la culpa no es sólo del chancho.

Anónimo dijo...

El paciente del texto ese es un manojo de odio y crueldad. Su placer está en ver sufrir a los otros. Además el detalle de tirarse con la perra es malvado!

Anónimo dijo...

No le tengo miedo a la altura ni a los balcones, por el contrario, de chico me gustaba ponerme en situaciones de peligro que implicaban la altura. Todavía no sé porqué y me he pasado muchos años preguntándomelo.

Anónimo dijo...

Me gusta el estilo de esa analista, pero no habría estado mal una pastillita sublingual antes de salir del consultorio (claro de pronto no puede porque no es médica)

Anónimo dijo...

A ese tipo hay que darle pase al psiquiatra y punto. Después pasa algo y te quiero ver si reclama la flia.

Anónimo dijo...

Mire yo lo disfrutaría con "un brindis por lo mío" tocando el arpa junto a todos los santos.

Anónimo dijo...

A mi me gustaría disfrutarlo poniéndole mucho aceite a la comida.

Anónimo dijo...

Mi familia sí que disfrutaría, a ellos les gusta tener ocasiones para conmocionarse.

Anónimo dijo...

No te preocupes analizante, ellos no se la van a llevar de arriba. Van a rejuntarte desde abajo.

Anónimo dijo...

Se tiró por la ventana porque estaba en un lugar que no le correspondía.