lunes, 3 de marzo de 2008

Gracias a los blancos yo soy negro

Para que uno pueda percibir necesita los contrastes. Si ponemos blanco sobre blanco, no percibimos nada, pero si ponemos floreado chillón sobre blanco, ahí sí que se percibe todo: la figura y el fondo.

Para que alguien se sienta un buen ciudadano, tienen que existir malos ciudadanos, porque los primeros perseveran en su actitud positiva gracias a que con ella se sienten existir, constatan tener notoriedad, son percibidos, otros los registran, los califican, los admiran, los aplauden. Estos hechos sociales son fundamentales para conservar la salud mental (e indirectamente, física por aquello de «cuerpo sano en mente sana»).

Por su parte los malos ciudadanos también obtienen los mismos resultados porque se sienten percibidos cuando los exhiben en las crónicas policiales, cuando son castigados. Aunque parezca insensato, el recurso de delinquir para sentirse percibidos (y por lo tanto, existentes), es el menos malo al que pudieron acceder.

Honestos y ladrones obtienen de sus respectivos roles una sensación sin la cual no podrían vivir: saberse reconocidos, tenidos en cuenta, registrados, señalados, nombrados.

Lo mismo sucede con todas las demás polaridades: ricos-pobres, laboriosos-vagos, puritano-licencioso, sano-enfermo, memorioso-amnésico, diestro-torpe y así hasta el infinito.
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13 comentarios:

Anónimo dijo...

Dicen que agarra fama y echate a dormir que sería como que si a uno lo toman por tonto no se saca más de encima ese apodo. Los que no le quitan a uno la fama son los que necesitan tener la fama de inteligentes.

Anónimo dijo...

Si el recurso de delinquir es el menos malo al que pudieron acceder, la respuesta social debería ser trabajar junto con ellos en la búsqueda de un recurso menos malo. El castigo sería, según la forma de pensar que expones, totalmente contraproducente, ya que aumenta la notoriedad, el sentido de pertenencia y la posibilidad de labrarse un futuro dentro de un mundo conocido.

Anónimo dijo...

Si el recurso de delinquir es el menos malo al que pudieron acceder, la respuesta social debería ser trabajar junto con ellos en la búsqueda de un recurso menos malo. El castigo sería, según la forma de pensar que expones, totalmente contraproducente, ya que aumenta la notoriedad, el sentido de pertenencia y la posibilidad de labrarse un futuro dentro de un mundo conocido.

Anónimo dijo...

¡qué cosa hermosa plásticamente es la relación sexual entre personas blancas y negras; desde lo estético, bellísimo!

Anónimo dijo...

Lo de blanco sobre blanco depende, yo le aseguro que cuando apoyo sobre mi sábana blanca las medias blancas de mi hijo, descubro clarito figura y fondo.

Anónimo dijo...

Siento que no existo, a veces soy buena y a veces mala. A veces buena para unos y mala para otros. Otras veces ni fu, ni fa, mi personalidad es muy indifenida, AYÚDEME LICENCIADO!!!

Anónimo dijo...

Con el tiempo, después que hace unos años que te moriste, lo que cuenta fue lo que hiciste y si se tomó para bien o para mal. Si se tomó para bien tenés suerte, porque después de muerto la tendencia es a hablar bien del difunto.

Anónimo dijo...

De acuerdo con lo que dice Benito, cuanto más pasa el tiempo, más arreglamos al muerto de acuerdo a nuestro deseo.

Anónimo dijo...

Hay un dicho que aconseja no hablar mal de los muertos y creo que sigue bastante vigente, como si les tuviésemos miedo. En realidad les tenemos miedo, pero el miedo está desplazado, no es a ellos, es a nuestra propia muerte.

Anónimo dijo...

Tengo una amiga que siente que no existe. Por eso se cree que puede comportarse de cualquier modo, prescindiendo de la opinión y del juicio de los demás. Esto me da a pensar que cuanto más notoria es una persona, más debe cuidarse de los otros.

Anónimo dijo...

No quisiera quedar como un santurrón pero me parece que en la viña del señor todos somos necesarios. Tanto el bueno como el malo, el santo como el perverso. Nadie queda fuera del manto piadoso de nuestro señor.

Anónimo dijo...

No sé si es en este o en otro blog parecido a éste se dice que si algún día se terminaran los ladrones, el P.B.I. (Producto Bruto Interno) caería estrepitosamente porque gran parte de la producción se realiza por razones de seguridad de los delitos contra la propiedad.

Anónimo dijo...

Dicen y debe ser cierto que ciertas clases sociales ven con admiración a los integrantes que han tenido abundantes problemas con la justicia. Es como un jugador de fútbol que haya hecho muchos goles.