jueves, 19 de septiembre de 2013

La esclava elige al amo




Instintivamente, el macho humano se siente dueño de la mujer que lo eligió como padre de sus hijos.

En varios artículos (1) les he comentado que, muy probablemente sea la mujer la que elige al varón que será padre de sus hijos.

En nuestras culturas, dominadas por la fuerza bruta que aporta un mayor esqueleto muscular presente en el sexo masculino, es necesario pensar que son los varones quienes conquistan a las mujeres.

Todo lo que pensamos de nosotros mismo, nuestras macro-creencias, necesitan una cierta coherencia para que sean creíbles. No tenemos empacho en forzar las percepciones con tal de respetar la coherencia.

Es bastante notorio que son las mujeres las que seducen a los varones, sin embargo, para respetar la coherencia, preferimos decir que son los machos dominantes los conquistadores y que son las hembras dominadas las que, subyugadas ante el esplendor de estos ‘pavos reales’, caen a los pies de sus conquistadores.

Desafortunadamente, o por suerte, son las hembras humanas en celo (ovulando) quienes excitan sexualmente al varón que prefieren para padre de sus hijos.

Pero en este fenómeno ocurre algo interesante, que comparto con ustedes.

Los varones somos cazadores, recolectores, constructores, guerreros, competitivos y, muy especialmente, ladrones. Los varones tenemos escasamente desarrollado el concepto de «propiedad privada ajena» y tenemos híper desarrollado el sentimiento de «propiedad privada propia».

Basta ver las poblaciones carcelarias según los sexos y ninguna otra estadística será necesaria.

Cuando un varón se da cuenta que fue elegido por una mujer para padre de sus hijos, rápidamente se sentirá dueño de ella.

Ella se sentirá instintivamente gratificada por los celos de su nuevo dueño, porque es eso lo que necesita: un varón que literalmente la posea y que, además de fecundarle los hijos que ella desee, se haga responsable como «buen padre de familia».




(Este es el Artículo Nº 2.025)

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