En breve, los híper conectados aunque no muy
comunicados internautas, reforzaremos nuestros vínculos enviándonos el olor
corporal que nos identifica.
La doctora Kira Radinsky
parece ser un nuevo genio, que compite de igual a igual con otros, tales como
Marck Zuckerberg (creador de Facebook), Sergey Brin y Larry Page (creadores de
Google) y otros igualmente innovadores.
Esta mujer, de 27 años, ha
creado un software capaz de predecir el futuro con un 80% de exactitud.
Ella desarrolló un sistema de
inteligencia artificial, que administra una enorme cantidad de información,
proveniente de publicaciones, enciclopedias, libros, Twitter, Facebook, con la
cual cree haber encontrado que «la historia se repite».
El sistema intenta entender
alrededor de seis siglos de acontecimientos, con una lógica humana, liberada de
la subjetividad (miedos, intenciones, deseos) y de la dificultad para entender
millones de datos simultáneamente.
Varios aciertos han elevado el
entusiasmo en gente importante, pero no puedo dejar de pensar que, hasta los
más importantes, son también seres humanos.
Los seres humanos deseamos
desesperadamente bajar nuestros niveles de incertidumbre y, desde tiempos muy
remotos, siempre hemos tenido la esperanza de que alguien adivine lo que
ocurrirá, tan solo para bajar la molesta incertidumbre.
Por lo tanto, al escuchar el
video que les adjunto (1), me quedé con la sensación de que «puede ser»..., o
no.
Sin embargo, la «novedosa novedad» me hizo pensar en otra cosa, que es
el motivo de este artículo.
Los humanos somos animales gregarios, que necesitamos ser amados y que,
actualmente, estamos híper conectados aunque no sé si estamos tan comunicados
como desearíamos.
Por lo tanto, desde mi remota computadora, les anuncio el futuro
diciéndoles que, en poco tiempo, la deprimida función del correo reverdecerá
con pasión amazónica pues alguien encontrará la manera de enviarnos sobres con
papeles aromatizados con nuestro olor corporal.
(Este es el Artículo Nº 2.031)
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