lunes, 30 de septiembre de 2013

La biología milagrosa



 
Si nos enteramos de cuántos factores depende el fenómeno vida, cada cumpleaños festejamos una continuidad que parece milagrosa.

Felizmente, todos mis compañeros de especie, me permiten pensar que el día de mi nacimiento el planeta «empezó» a dar vueltas alrededor del Sol.

Si bien él ya venía haciendo ese recorrido desde hace milenios, yo puedo pensar, y nadie me contradice, que el día en que nací, todo comenzó.

Claro que este es mi punto de vista porque, observemos algo que a todos nos ocurre: siempre estamos en el centro de la realidad que podemos percibir. Según nuestra percepción, los acontecimientos ocurren a nuestro alrededor.

Por eso hoy, 29 de setiembre de 2013, muchos familiares, amigos y conocidos me saludan y yo puedo soñar con que estamos conmemorando la vez número 69 que la Tierra pasó por el mismo lugar..., desde que nací, claro. En el fondo, debo reconocer que ha pasado miles o millones de veces por el mismo lugar, pero para mí en particular, solo pasó 69 veces, porque son los años que cumplo.

El hecho de que sea nuestra costumbre conmemorar los cumpleaños haciendo referencia a algo tan enorme y eterno como es la circunvalación de la Tierra alrededor del Sol, no deja de ser un hecho ilusorio, ligeramente arrogante, pero inevitablemente placentero.

No podemos desconocer que la expresión «cumple años», deliberadamente evita pensar en la otra expresión, esa que podría significar «haber llegado vivo hasta hoy».

Haber conservado la vida mientras el planeta dio 69 vueltas alrededor del Sol, es una suerte que merece ser festejada.

Comprendo a quienes prefieren no saber mucho de anátomo-fisiología pues, a medida que uno se va enterando de cómo funcionamos, tenemos que reconocer que es casi un milagro que todo funcione bien y que el fenómeno vida se conserve.

(Este es el Artículo Nº 2.036)

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