Recordemos un dato esencial: nuestra especie no está
en peligro de extinción. Somos siete mil millones de seres humanos: no
necesitamos más.
Para ser comprensivo y
tolerante hace falta tener tiempo y energía suficientes.
Los padres serenos suelen ser
padres poco estresados, con disponibilidad vital para tolerar la inmadurez de
sus hijos menores de 40 años, que no paran de hacer preguntas, desarmar objetos
que luego no saben cómo armar, que infinitas veces prueban la debilidad de los
materiales, sin darse cuenta que los jarrones, las copas, los lentes, son
frágiles, que las joyas de la bisabuela no son para adornar al perro que sale a
buscar árboles y otros perros.
Por lo tanto, para ser
comprensivo y tolerante necesitamos recursos valiosos..., valiosos por lo
escasos.
Sin embargo, algo está
ocurriendo que podría modificar este estado de cosas.
Desde hace por lo menos
treinta años, a la tecnología se le ha dado por inventar herramientas,
soluciones, aparatos que hacen el trabajo que antes solo podíamos hacer los
humanos, y a las técnicas de fabricación y de comercialización se les ha dado
por venderlos a precios cada vez más accesibles.
¿Adónde está el tiempo y la
energía que nos han liberado estos avances de las ciencias (tecnología y
economía)? No sé usted qué opina, pero me parece que no los estamos destinando
a tener más paciencia, tolerancia y comprensión con nuestros semejantes menos
semejantes (los niños, nuestros hijos, nuestros adolescentes).
Creo que el ahorro de tiempo y
energía que logramos con estos avances los estamos destinando, casi en su
totalidad, a vivir mejor, a elevar nuestra calidad de vida, simplemente a
practicar más ocio y más diversión.
Recordemos un dato esencial:
nuestra especie no está en peligro de extinción. Somos siete mil millones de
seres humanos. Por ahora, no necesitamos más.
Artículos temáticamente complementarios:
(Este es el Artículo Nº 2.011)
●●●
No hay comentarios.:
Publicar un comentario