Él está en una playa escuchando su radio con auriculares; ella, bajo otra sombrilla, se divierte tirando una pelota de goma hacia arriba y atajándola.
Una maniobra equivocada en este juego hace que la pelota ruede hasta la
sombrilla del desconocido.
Él toma la pelota y cuando ella se la pide, pone una cara de niño
enojado muy bien actuada, esconde su mano detrás de la espalda y le dice: «¡E
mía!».
Ella no puede contener la risa
y le dice con tono de niña tímida: «¿Jugamos?».
Él hace un brevísimo gesto de desconfianza y le tira la pelota, ella la
toma y se la devuelve, así muchas veces,
hasta que por mirarse a los ojos se olvidan del juego y comienzan una
conversación del tipo «¿cómo te llamás?», «me gusta tu sonrisa»; «sos linda».
La llaman por el celular, atiende brevemente y dice: «Me voy. Mandame un
mensaje al 099.999.999, así guardamos nuestros números».
A los dos días él la llama y le pregunta: «¿Te gusta la carne asada?»;
«Sí, bastante»; «Yo vivo en Los Pinos, ¿estás lejos para venir?»; «Más o menos
a 20 minutos, ¿voy?»; «Sí, te espero».
Se reúnen, comen, se acarician, hacen el amor, hablan de cine y ella se
va para su casa.
Cinco días después él la llama a las tres de la mañana, ella contesta
medio dormida y él le dice: «Me desvelé, ¿puedo ir a dormir ahí?»; «Sí, vení».
Terminan durmiéndose a las siete de la mañana porque se desvelaron los dos.
Cincuenta y tres años después él muere; ella le acaricia el cuerpo que
se enfría y se pone rígido.
(Este es el Artículo Nº 1.937)
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2 comentarios:
Muy "natural": radio, auriculares, sombrilla, pelota, celular, cine....Notable !
Muy "natural": radio, auriculares, sombrilla, pelota, celular, cine....Notable !
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