domingo, 2 de junio de 2013

Los ‘negrocios’ de Mariana




Mariana se crió entre niñeras y empleadas domésticas afro descendientes.

La madre no quería quedar embarazada pero una leve intoxicación alcohólica la hizo olvidar que su cuerpo monumental podría deformarse.

Seguramente el padre de Mariana fue alguno de los diplomáticos que asistieron a aquella fiesta en la embajada alemana de Uruguay.

La vida de la niña blanca, rubia y de ojos color celeste intenso se desarrolló en contacto permanente con las mujeres negras, una de las cuales la alimentó con sus senos durante más de ocho meses.

Tuvo fuertes peleas con los hijos de estas mujeres, lloró desconsoladamente por los agraviantes insultos con que los niños la despreciaban. Cuando la madre se intervino quirúrgicamente para mejorar la forma de sus senos Mariana fantaseó con que también podrían operarse esos colores corporales tan horribles que le habían tocado.

Como la madre decidió que estudiara en el Colegio Alemán la situación de la niña mejoró sensiblemente.

Desde los primeros años escolares demostró una precoz habilidad para negociar, no solo con sus compañeros sino también con los docentes y hasta con las autoridades del colegio.

A Mariana le gustaba un mundo de riqueza y con muchas personas africanas, sobre todo aquellas que sabían generar una música de tambores que le hacía vibrar el cuerpo.

El amante eterno de su niñera fue quien le mostró varios videos con las proezas futbolísticas del jugador brasilero Ronaldinho.

La jovencita de 19 años quedó fascinada y concentrada en profundas cavilaciones.

Comenzó a leer todo cuanto encontró sobre ese deportista. En cuatro meses se volvió experta en la vida y en la obra del increíble jugador, de quien a veces decía que era la única persona capaz de mentir con el cuerpo, aludiendo a los increíbles amagues que desconcertaban a quienes intentan quitarle la pelota.

Hoy Mariana tiene 39 años y puedo decir que cumplió su sueño de riqueza rodeada por músicos afro-uruguayos.

Tuvo la audacia de vincularse con el jugador y, mediante un dispositivo que se hizo instalar en la vagina, capturó el semen del muchacho que luego vendió por miles de dólares en pequeñas dosis, de las cuales algunas fertilizaron y otras no.

(Este es el Artículo Nº 1.916)

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