Reconociendo la
naturalidad de nuestra fecundación que tanto dramatizamos, el diccionario asume
que el amor es un engaño.
Cuando hablamos de una «historia de amor»
deberíamos tener en cuenta que la palabra «historia» (1) tiene varios
significados, de los cuales me interesa compartir con ustedes los siguientes:
1) Narración y exposición de los
acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados.
2) Conjunto de los acontecimientos
ocurridos a alguien a lo largo de su vida o en un período de ella.
3) Narración inventada.
4) Mentira o pretexto.
Si en un mismo vocablo podemos
agrupar todos estos significados, quedamos autorizados para pensar que todos
ellos son válidos.
En caso de aceptar este
razonamiento podemos sustituir la palabra «historia» por sus respectivos significados, con lo cual
obtendremos:
1) «Podría narrarles los
acontecimientos pasados vividos con mi ser amado y esa sería mi ‘historia de
amor’»;
2) «Mientras estuvimos amándonos hicimos muchas cosas juntos y esa sería
mi ‘historia de amor’»
3) «Con ella creímos
estar enamorados; inventamos y compartimos una narración romántica y esa sería
mi ‘historia de amor’»;
4) «¡Cuánto engaño! ¡Cuánta falsedad! Esa sería mi ‘historia de amor’».
Según creo, es decir, me parece, no estoy seguro, pero nuestro cerebro
no puede acceder a niveles de verdad muy elevados, la Naturaleza nos provoca
reacciones para que los ejemplares de diferente sexo nos fecundemos.
Quizá algo similar ocurre con los pájaros y los insectos que trasladan
sin querer las semillas de un vegetal a otro para fecundarlo. Los mamíferos
depositamos nuestras semillas mediante el coito, a lo que los mamíferos humanos
le agregamos fuertes sensaciones subjetivas que dramatizan algo tan básico,
elemental y Natural.
Contemplando la naturalidad de nuestra fecundación a pesar de los dramas
que imaginamos, el diccionario nos dice que el amor es un engaño.
(1) Definición
de «historia» según el D.R.A.E.
(Este es el Artículo Nº 1.904)
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