lunes, 13 de mayo de 2013

La normal irregularidad de las relaciones sexuales



 
Los deseos o necesidades sexuales no son rutinarios. Tienen un ritmo claramente irregular como tantos otros deseos y necesidades humanos.

A ver lector, venga para acá que su psicoanalista de confianza lo va a interrogar para después decirle si está haciendo sus tareas domiciliarias como corresponde o se está equivocando.

1) ¿Cuántas veces tiene relaciones sexuales con su cónyuge?;
2) ¿Ambos alcanzan el orgasmo al mismo tiempo?;
3) ¿Decoran la habitación, utilizan sahumerios eróticos, comen alimentación afrodisíaca, utilizan luces color violeta de intensidad variable?

Ya se habrá dado cuenta que «su psicoanalista de confianza está loco».

Lo más importante de este artículo se lo digo ahora: los deseos o necesidades sexuales no responden a ninguna frecuencia preestablecida; la coincidencia en el orgasmo es algo que puede ocurrir pero que no tiene ninguna importancia y cuando tiene que hacer muchos preparativos para hacer el amor está claro que realmente tienen muy pocas ganas.

Se lo digo de otro modo:

En una pareja existen deseos y necesidades que justifican una rutina: comer, dormir, higienizar, mantener la temperatura ambiente, pero la sexualidad no tiene nada que ver con deseos o necesidades rutinarios.

Los deseos o necesidades sexuales se parecen más a otras ocurrencias, como son pintar la casa, ir al cine, visitar amigos, hacer un crucero, retapizar un sofá, cambiar el vehículo, concurrir a las fiestas del colegio de los hijos y tareas por el estilo.

¿Por qué esto es así?

Porque los deseos o necesidades sexuales ocurren cuando el cuerpo de la mujer así lo manifiesta, no solo por la ovulación sino también por el estado de ánimo propicio para fecundar más hijos.

Claro que esto último casi nunca se cumple porque la planificación familiar cuenta con técnicas anticonceptivas que autorizan responder al eventual pedido de la Naturaleza pero sin fecundar realmente.

(Este es el Artículo Nº 1.896)

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