martes, 7 de mayo de 2013

La crisis de las mujeres admirables




Las mujeres logran excitar sexualmente al varón elegido cuando lo admiran y lo desestimulan si las admirables son ellas.

En 1959 se publicó en español un libro muy exitoso titulado El arte de amar. Fue escrito por el sociólogo, psicólogo, filósofo y marxista judío alemán Erich Fromm. Para muchos ese texto les marcó la existencia.

Aunque en sus páginas algo podemos encontrar sería un gran libro otro que se llamara El arte de inspirar amor.

No me refiero precisamente a las técnicas de seducción para conseguir un cónyuge, sino algo más genérico sobre cómo lograr una buena inserción social.

En otro artículo (1) les hice un comentario sobre una técnica sociológica aplicada a la construcción y comercialización de complejos habitacionales, según la cual es bueno dejar algunas «imperfecciones programadas» en la construcción para que los nuevos habitantes hagan el reclamo correspondiente y se sientan co-protagonistas en el terminado de sus propias viviendas.

Algunas mujeres son capaces de generar erecciones mágicas y duraderas en sus compañeros sexuales. Otras no.

Aquellas mujeres son cada vez más escasas porque las ereccionadoras son personas que admiran a su ocasional compañero, él se siente inflamado por el orgullo y junto con la inflamación general, también ve inflamado su adorado genital (el pene).

Estas mujeres son cada vez más escasas porque avanzan en sus estudios, superan a los varones que podrían ser padres de sus hijos y desaparece el motivo real de admiración al varón. Este no tiene motivos para estar orgulloso de su pobreza intelectual y junto con su desinflamación general, también ve desinflamado su adorado genital.

En suma: La pareja humana ve debilitado el vínculo sexual, excepto que la mujer tenga la suerte de interpretar la pobreza del varón deseado como una «imperfección programada» y logre perfeccionarlo para convertirlo en admirable para ella.

 

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