lunes, 31 de marzo de 2014

Vigencia sexual postmenopausia


La fecundación resulta de la concurrencia de varios factores. Cuando alguno de estos está, transitoria o definitivamente, ausente, tal fecundación no puede ocurrir, pero otras funciones pueden mantenerse por el resto de la vida.

Es legítimo suponer que, sumando los saberes de la humanidad entera, no sabemos todo lo que tenemos para conocer.

Si observamos lo que ha ocurrido a lo largo de los siglos encontraremos que siempre tuvimos la sensación de que ya sabíamos lo necesario, aunque siglos después nos fuimos enterando de cuántos nuevos conocimientos surgieron y de cuántas rectificaciones tuvimos que hacer a lo que antes se consideraba verdad.

Quizá la reproducción humana ocurra por la fortuita coincidencia de varios factores, que no siempre están presentes.

Por ejemplo, algunos de esos factores son: la presencia de espermatozoides en las trompas de Falopio, la existencia de un óvulo maduro en condiciones de ser fecundado, la reciente formación del endometrio que permite el eventual anidamiento de un óvulo fecundado, la circulación de varias hormonas en el torrente sanguíneo de la futura madre y, probablemente, muchos otros factores más, conocidos y no conocidos por la ciencia actual.

Esa fortuita coincidencia de varios factores significaría que el azar determina la sincronicidad necesaria para que la fecundación ocurra, pero también nos permite suponer que esos factores participantes pueden estar siempre presente (por ejemplo, ciertas hormonas en el torrente sanguíneo de la mujer), así como también algunos pueden dejar de aparecer definitivamente, como por ejemplo la formación del endometrio en el útero.

El objetivo de este video y de este artículo es comentar que la creencia popular según la cual una mujer pierde su apetito sexual después de la menopausia podría ser falsa, en tanto las hormonas que se lo provocan, en algunas mujeres, tienen una presencia vitalicia.

Estas mujeres podrán dejar de fecundar porque les falta por lo menos un factor imprescindible, pero nunca dejarán de lubricarse vaginalmente ni dejarán de provocarle erecciones a su ocasional compañero sexual.

(Este es el Artículo Nº 2.183)


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