Aunque las
condiciones de vida de los inmigrantes ilegales a los Estados Unidos fueran
condenables por toda la humanidad, los países que expulsan a esos ciudadanos
que tienen que emigrar merecerían un juicio aun más severo.
Es seguro que a los
norteamericanos les sirve recibir inmigrantes en condiciones precarias porque
estos, desde la clandestinidad, están dispuestos a realizar tareas que los
nativos de Estados Unidos prefieren no hacer.
Es un régimen de cruel
explotación y quizá pueda ser tipificado como trata de personas.
En esto podemos estar todos de
acuerdo, pero la pregunta que menos se hacen las víctimas y los familiares de
las víctimas que, desde los países de origen, despotrican contra el maltrato de
que son objeto los inmigrantes hispanos, la pregunta que nunca se formula es:
¿por qué tantos ciudadanos tienen que abandonar su país para vivir en pésimas
condiciones en otro país?
Suponiendo que el 99% de los
seres humanos somos medianamente inteligentes, debemos suponer que estos
emigrantes, que son maltratados en Estados Unidos, son peor tratados en los
países de los que emigran (o huyen).
Quizá todo esto sea un
comentario ocioso por excesivamente obvio, pero no lo encuentro expresado casi
en ningún lado.
Por lo tanto: sin dejar de
reconocer la humillación y maltrato de que son objeto los hispanos que ingresan
a los Estados Unidos en condiciones ilegales, el tema más importante acá es
determinar por qué los países latinoamericanos tratan a sus ciudadanos peor que
un país extranjero.
En otras palabras: a pesar de
todos los maltratos de que son objeto los inmigrantes hispanos a Estados
Unidos, en sus respectivos países los tratan aun peor: por eso tienen que irse,
por eso tienen que emigrar, porque el país donde nacieron es una mala madre que los expulsa para que los crie otra madre más humanitaria.
(Este es el Artículo Nº 2.181)
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