La ventaja de observar detenidamente la conducta de
los demás consiste en darnos cuenta que no son tan malos como solemos creer,
que siempre hacen lo mejor que pueden y que, en todo caso, tenemos dificultades
para entenderlos.
Existen personas que afirman
adivinar el pensamiento, sin embargo quizá no adivinen nada sino que sean un
poco más observadoras que la mayoría.
En el video les comento cómo
existen gestos, posturas y formas de hablar que comunican mucho más de lo que
solemos captar.
Somos verdaderos discursos: se
expresan nuestros gestos, la postura, el tono de voz, el encadenamiento de las
palabras, la fonética de las palabras, los silencios, los movimientos de las
manos, el parpadeo, lo que hacen nuestros pies cuando no caminan.
Existen muchas historias
limítrofes con lo mágico, en las que se cuentan sobre la capacidad de
observación y el poder deductivo de algunas personas.
Cuando Freud inventó el
psicoanálisis, hacían furor las aventuras del detective Sherlock Holmes. No me
extrañaría que este investigador de ficción, con su mente sagaz, inquisidora,
perspicaz, bastante desconfiada de las obviedades, haya impregnado las neuronas
inquietas del primer psicoanalista.
En el video les sugiero que no
intenten modificar los gestos espontáneos guiados por el afán de obtener
mejores resultados sociales. No me canso de repetir que la consigna
voluntarista “Querer es poder”, es una verdadera trampa para ingenuos o tontos.
Existe un público ávido de
recetas que les permitan manipular a los demás. Es el vicio de conseguir poder,
sea como sea. El poder es magnético, apasionante, dulce, hipnótico, pero casi
irreal. El 99% de quienes nos fascinan con el poder que tienen son personajes
de ficción o personajes reales que maquillan sus biografías para aparentar lo
que en realidad no tienen (el poder).
Dejando de lado ese afán de
gobernar a los demás, es divertido entender y entenderse; simplemente
comprender. Si esto ocurre, si logramos darnos cuenta por qué todas las
personas hacen lo mejor que pueden, aunque la mayoría de las veces no logremos
comprenderlos, ahí encontraremos nuestro beneficio: tener una mejor opinión de
los demás ejemplares de la especie.
(Este es el Artículo Nº 2.178)
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