sábado, 22 de marzo de 2014

Pensar es un deporte

 VideoComentario

Quienes están determinados para estudiar y pensar son personas débiles, que  no hacen lo que quieren (libre albedrío), sino que están determinadas para ser como son.

Suelo comentar con ustedes algunas ideas que intentan fundamentar por qué el libre albedrío no existe, en tanto estamos 100% determinados por una cantidad enorme de estímulos que nos inducen a hacer o no hacer todo eso que hacemos o no hacemos. (1)

Esos estímulos son, por ejemplo: genéticos, ambientales, sociales, climáticos, históricos.

En este artículo y video me concentro en repetir la idea, pero agregando que la mayoría de los seres humanos ni piensa ni estudia y sin embargo viven.

Cuando digo la mayoría estoy sugiriendo, además, que es muy probable que sea correcto dejarse llevar por los factores que nos determinan pues, al creer en el libre albedrío y suponer que podemos tomar buenas decisiones pensando y estudiando mucho, estamos siendo llevados (determinados) por una creencia sin fundamento.

Sin embargo, si pudiéramos ser objetivos en la evaluación de estos asuntos, quizá llegaríamos a la conclusión que a los humanos no nos va igual en la vida estudiando y pensando que prescindiendo de esas actividades.

Por el contrario, quienes estudian y piensan asuntos referidos a la existencia y cómo administrarla, tienen vidas diferentes a las de quienes prescinden de esas ocupaciones.

Este hecho no necesariamente indica que es posible controlar la existencia, (como opinan los creyentes en el libre albedrío), sino que también puede significar que algunas personas están determinadas para hacer ciertas tareas (estudiar, pensar) y no otras.

¿Qué les ocurre a quienes estudian y piensan? Probablemente son más esclavos de eso que leen y piensan y, al ser más esclavos, son más previsibles, obedientes, sumisos, controlables, gobernables, gracias a lo cual reciben premios de los padres, maestros, gobernantes y la sociedad en su conjunto.

En otras palabras, no es que los estudiosos y pensadores sean mejores porque hacen eso, sino que estas particularidades suelen estar asociadas a personas sumisas, temerosas de transgredir las normas, muy dependientes de la opinión ajena. Esos rasgos de temperamento los convierten en ciudadanos escasamente problemáticos, por lo cual son premiados, mimados, cuidados.

Una persona estudiosa y que piensa quizá tenga buenos ingresos económicos porque consigue mejores trabajos, (porque tiene buen comportamiento en general), quizá tenga más poder porque este le es asignado a quien es poco probable que abuse de él, seguramente tenga amigos con un perfil similar al suyo («dime con quién andas y te diré quién eres»), gracias a lo cual quizá también así aumente su cuota de poder socialmente legitimado.

En suma: Quienes están determinados para estudiar y pensar son personas débiles, inseguras, sumisas, obedientes, que tienden a ser previsibles, probablemente honestas (por temor a los castigos), sinceras (por temor a la crítica), disciplinados (para recibir la aprobación de jefes y compañeros), solidarios (por temor a quedarse desprotegido). Es decir: no hacen lo que quieren (libre albedrío), sino que están determinados para ser como son.

(1) Los artículos sobre este tema se concentran en un blog titulado Libre albedrío y determinismo.

(Este es el Artículo Nº 2.174)

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