martes, 2 de julio de 2013

Los servicios de salud nos enferman




La medicina pre-paga podría predisponernos a enfermarnos para no sentir que despilfarramos el dinero que pagamos por ella.

Probablemente exista una diferencia importante, aunque invisible, entre vivir en una vivienda propia y vivir en una vivienda alquilada.

Es muy visible la cantidad de dinero que se gasta todos los meses pagando la renta, pero la diferencia invisible refiere al estado de ánimo, a la filosofía familiar, a la actitud de los hijos frente a la vida.

Probablemente los humanos somos gente con instinto territorial, es decir: tratamos de apropiarnos de una parte del planeta para tener nuestra familia, criar a nuestros hijos, envejecer.

Ese espacio de uso exclusivo nos aporta un dato de la realidad que seguramente nos influye y crea una diferencia con la situación opuesta, esto es, la transitoriedad en el uso de ese lugar.

Psicológicamente no es lo mismo vivir en un lugar ajeno que vivir en un lugar propio. En el primero nuestra permanencia depende de una voluntad extraña y en el segundo tenemos la potestad de quedarnos o irnos con cierta libertad.

El esfuerzo económico que hacemos todos los meses para pagar la estadía por los treinta días siguientes nos obliga a tratar de aprovechar ese derecho en todo lo posible. Si no lo hiciéramos sentiríamos que estamos despilfarrando el dinero que tanto nos cuesta ganar. A veces tenemos la sensación de que no existen formas legales de disfrutar una vivienda alquilada.

En la mayoría de los países hispanoparlantes existen seguros de salud que compramos para obtener la tranquilidad de que seremos correctamente atendidos en caso de enfermarnos.

El precio de estos servicios también es elevado, pero para no sentir que estamos despilfarrando el dinero como si fuera un alquiler, inconscientemente podríamos tratar de enfermarnos.

En suma: los servicios de salud pre-pagos podrían enfermarnos.

(Este es el Artículo Nº 1.946)

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