miércoles, 3 de julio de 2013

La antipatía equivale al asco



 
Cuando no queremos parecernos a alguien sentimos lo mismo que sentimos hacia los alimentos que nos provocan asco, aversión, repugnancia.

Dicen, (y yo lo creo), que cuando Tom Cruise filmó la película El color del dinero (The color of money), quedó tan impactado por Paul Newman que le costó muchos meses volver a ser el Tom Cruise que era antes de trabajar con el veterano actor.

Entiendo a Tom Cruise porque Paul Newman tenía una personalidad fantástica, como pocos actores la han tenido.

También lo entiendo porque a mí me pasa algo similar: cuando veo la actuación de algún gran actor, tengo que hacer un esfuerzo para no imitar sus gestos o la forma de hablar. Cuando era más joven no podía pero ahora que soy más viejo, sí puedo...no identificarme con la gente de cualquier sexo que me impresiona fuertemente.

La identificación es precisamente eso: igualarse a otro, durante unos instantes, durante bastante tiempo o definitivamente.

Nuestra personalidad es como es porque hemos copiado a quienes hemos ad-mirado. En nuestro afán de ser los mejores para ser los más amados, copiamos, imitamos, nos identificamos.

Hasta cierto punto la educación incluye el fenómeno de la identificación. Los alumnos suelen mirar a los docentes como modelos, como ejemplos a imitar. Como decía más arriba, la niñez y la juventud son etapas durante las cuales estamos particularmente sensibles a este fenómeno psicológico.

El proceso de identificación tiene alguna semejanza con la alimentación. Para copiar los rasgos de los personajes ad-mirados, «los comemos con los ojos».

Esta comparación con la comida es útil para entender el fenómeno opuesto.

También vemos a ciertas personas a las que nunca querríamos parecernos...de modo similar a que nunca comeríamos ciertos alimentos.

El rechazo, la discriminación, la antipatía, se entienden mejor si los llamamos asco, aversión, repugnancia.

(Este es el Artículo Nº 1.947)

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