viernes, 12 de julio de 2013

La convivencia fríamente controlada



 
Las plataformas informáticas de las Redes Sociales expulsan, con fría justicia, a los usuarios menos agradables para la mayoría.

Algo que podemos decir con espíritu descriptivo, aunque no calificativo, es que los jóvenes en general siempre han padecido un fuerte interés por «parecerse a» y mucho miedo a perder amigos por ser demasiado diferentes.

Una respuesta básica a esta característica es que la adolescencia es la conflictiva etapa en la que nuestra niñez comienza a expulsarnos, obligándonos a tomar actitudes adultas, agradables y desagradables.

Nos entusiasma poder tomar decisiones, pasear sin la compañía obligatoria de tutores, intervenir en las conversaciones de los adultos. Nos desagrada perder los privilegios de la niñez: vivir sin trabajar, poseer el derecho de jugar, recibir muchos regalos.

Las redes sociales (Facebook, Twitter, Myspace) ofrecen una mensajería instantánea que les permite a los usuarios saber al instante qué están haciendo, pensando o leyendo los amigos para poder hacer lo mismo.

Para que esto funcione con la participación de millones de usuarios simultáneamente es preciso que la plataforma informática reaccione de manera automática como si se tratara de un gobierno centralizado.

Los administradores humanos de cada Red informan por escrito sobre qué está expresamente prohibido hacer, pero esta lista no es exhaustiva pues la conducta socialmente inconveniente de los humanos genera un listado de prohibiciones amplísimo, mayor a los diez mandamientos bíblicos.

Por lo tanto esa plataforma contiene controladores (algoritmos) que sólo pueden ser deducidos por cómo se producen advertencias, suspensiones, bloqueos o cancelación en las cuentas de los usuarios, provocados por algo que, según la programación gobernante, debe ser impedido o sancionado.

Esta zona oscura del «gobernante cibernético» genera una cierta paranoia pero a la postre lo que logra es que permanezcan operativos aquellos usuarios cuyo comportamiento espontáneo genera menos molestias en la colectividad virtual.

(Este es el Artículo Nº 1.956)

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