Es posible comparar la esterilidad reproductiva de los homosexuales con la ausencia de nuevas ideas entre quienes piensan lo mismo.
Los animales tenemos un “piloto automático» que nos guía para aceptar todo lo que nos gusta y rechazar todo lo que nos disgusta.
Este criterio es muy bueno, pero puede ser mejorado.
El «animal humano» lo mejora porque a veces desconecta el «piloto automático» y se hace cargo de manejar el timón por un cierto trecho de su vida.
Si salud mental es conservar un cierto bienestar personal sin perjudicar a nadie, habría que decir que estas desconexiones del “piloto automático» deberían ser lo más esporádicas posible porque si permanentemente estamos descalificando lo que sabe nuestro instinto de evolución milenaria, algo estaríamos haciendo mal.
Por ejemplo:
Es cómodo plantar las semillas sin agacharme (“piloto automático»), pero si después de varias cosechas muy escasas alguien me comenta que cuando me voy del campo sembrado las semillas son devoradas por los pájaros, entonces tendré que desconectar el “piloto automático» y comenzar a agacharme, hacer un pozo en la tierra, introducir la semilla y tapar el pozo. Si la cosecha posterior a este procedimiento es mejor que las anteriores, podría suponer que para sembrar es mejor evitar la comodidad que me provee el «piloto automático».
¿Con quién es más agradable dialogar, con alguien que piensa igual que nosotros o con alguien que piensa diferente?
La respuesta del «piloto automático» también es «automática»: lo más agradable es dialogar con alguien que piensa igual que nosotros.
Esta respuesta equivale al sembrador que, por comodidad, no protege la semilla que planta.
Efectivamente, los diálogos entre dos personas que piensan lo mismo son tan estériles como una pareja homosexual.
El diálogo entre quienes piensan lo mismo es placentero porque nunca discuten, pero no podrán «fecundar» ideas nuevas.
(Este es el Artículo Nº 1.495)
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13 comentarios:
Creo que la vida nos exige desconectarnos del piloto automático más veces de las que resultaría recomendable.
Durante todo el día nos pasamos haciendo cosas que nos resultan molestas, así que cuando tenemos una posibilidad de optar por la comodidad, no nos quedan dudas.
Lo difícil entre quienes piensan distinto es llegar al diálogo. Si se logra el diálogo, el intercambio puede ser fructífero.
Dialogar con quien piensa igual que nosotros es bastante aburrido.
La mayor parte de nuestros diálogos tienen como único fin, romper el silencio.
A veces quisiera hacer un pozo en la tierra, introducirme en él y tapar el pozo. Pero no soy semilla, y ya no espero de mí, ningún renacimiento.
Uno nunca sabe que consecuencias puede traer eso de fecundar ideas nuevas...
Podemos hablar durante horas, incluso durante años, sin arriesgar ni un sólo pensamiento propio.
Ud es un buen hombre. Otro, si le dicen que los pájaros le comen las semillas, es capaz de matar a todos los pájaros.
Al principio pensé que su definición de salud mental era muy amable (había puesto hospitalaria pero lo borré para evitar confusiones), pero después pensé un poquito más y resulta que ud tampoco nos la hace fácil!
Me rechina la incoherencia de los que se esfuerzan por tener un pensamiento propio, pero desean crear una escuela con muchos seguidores.
Tengo toda la disposición para fecuendar ideas nuevas, pero no encuentro tierra fértil.
No se preocupe Javier, no es frecuente fecundar, pero al menos uno deja la semilla...
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