lunes, 12 de mayo de 2008

Detector de mentiras

Es difícil, muy difícil, detectar cuando una persona miente. Aun no se ha inventado nada confiable.

Pero el psicoanálisis le puede hacer un pequeño aporte que es mejor que nada. Al menos por ahora. Seguramente luego vendrán otros aportes más y más significativos. ¡Ténganle fe!

Más de la mitad de la población mundial no tolera la verdad (cuando es desagradable) y es adicta a la esperanza. Si dos personas se presentan ante un auditorio, uno dando buenas noticias (falsas) de manera coherente, serena y seductora mientras que el otro se presenta para dar malas noticias (verdaderas) de manera coherente, serena y seductora, el auditorio ovacionará y abucheará respectivamente.

La realidad es mucho más desagradable que la ficción, la verdad es mucho más antipática que la mentira piadosa. Decir una verdad desagradable es políticamente incorrecto.

Para detectar quién mintió entonces, lo que tenemos que hacer es ver quien obtuvo más votos en cualquier elección. Ése seguramente mintió, dijo lo políticamente correcto, fue demogogo, diplomático o hipócrita.

Esto es así y no tiene vueltas. Cabe precisar sin embargo, que alguien que gana una elección recurriendo a todas estas acciones poco santas, podrá ser tanto un excelente gobernante como un pésimo gobernante. Él supo llegar al poder porque supo cómo conseguir votos. Lo que luego haga con el poder es otro asunto que depende de otros factores diferentes a si fue sincero o mentiroso.

●●●

19 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué será que siempre pensamos que la persona mentirosa es totalmente mala?

Anónimo dijo...

Creo que hay personas que tiran el tarot que realmente aciertan y aunque me muero de curiosidad, creo que nunca juntaría el coraje suficiente como para que me digan lo que me va a pasar.

Anónimo dijo...

En los muchos años de vida que tengo, ya he podido cotejar los dichos de la campaña proselitista con el posterior cumplimiento de las promesas y veo que los políticos son como los vendedores de autos usados... y no estoy hablando mal de ninguno de los dos, reconozco que todos tenemos que comer y que también cada uno debe cuidarse de las mentiras como mejor pueda.

Anónimo dijo...

Mi caso es alrevés de la mayoría. Estoy casado con un santo y casto varón y por algo que nunca me imaginé que me fuera a pasar, tengo necesidad de tener amantes y nuestro matrimonio marcha más que bien. Por supuesto que tengo que estar mintiendo todo el tiempo, pero no puedo dejar de tener sexo con hombres diferentes mientras pienso en mi marido y tener sexo con mi marido mientras pienso en esos hombres preciosos que aún no he podido conquistar. Y les repito, estamos felizmente casados!

Anónimo dijo...

Esto es más o menos como otros artículos que salieron sobre los estafados: hay que ver hasta qué punto existen los mentirosos y hasta qué punto existen los que prohíben escuchar ciertas verdades.

El caso de los estafados era que muchas veces son personas que se vieron tentadas a caer en una trampa porque tuvieron el ánimo de perjudicar al que luego apareció como estafador.

Anónimo dijo...

La vida es tan aburrida que hay que darle color. A mi me gusta mentir, me sale bien, pero no lo hago por molestar sino por alegrar. Es como preparar una comida alimenticia que además está bien presentada.

Anónimo dijo...

Está bueno el razonamiento del post. Nunca se me había ocurrido.

Anónimo dijo...

Pagaría hasta lo que no tengo por saber la verdad sobre ciertas cosas.

Anónimo dijo...

¿Cómo sería el mundo si la medicina erradicara la mentira? Estoy seguro que hoy ya existen una cantidad de cosas inventadas que no pueden aplicarse porque hay intereses económicos o políticos que lo impiden. Por ejemplo pueden haber sustitutos del petróleo o de otras fuentes de energía.

Anónimo dijo...

El día que los políticos digan la verdad, nadie va a poder creerle.

Anónimo dijo...

Que hay verdades que son mucho más desagradables que la ficción, no hay duda, pero lo que me parece importante es que la mayoría de las veces saber la verdad solo sirve para amargarse la existencia porque lo que se puede hacer para modificar lo mal que está todo es mínimo (por no decir nada).

Anónimo dijo...

ME GUSTA QUE ME ENGAÑEN Y MI DIVERSION PREDILECTA ES LOS MAGOS QUE HACEN DESAPARECER COSAS.

Anónimo dijo...

La famosa frase "¿por qué no te callas?" que le dijo el rey de España al presidente de Venezuela, puede ser el lema de quienes no quieren (queremos) saber todo.

Estoy harto de las personas que responden preguntas que nadie que yo sepa le hicieron.

Cuando una persona responde a una pregunta inexistente, más que decir, vomita.

Anónimo dijo...

Alguien puede pensar acaso que las farc o la eta pueden decir toda la verdad de lo que piensan, hacen, hicieron y sobre todo, van a hacer? No se puede hablar de más.

Anónimo dijo...

El famoso tema de si uno quiere que el médico le diga todo o no quiere está relacionado con la mentira que uno necesita.

Anónimo dijo...

La mentira es oficial también para los organismos recaudadores que tienen los gobiernos. Yo tengo una empresa que factura muchos miles de dólares por año y tengo todo organizado para pagar menos de lo que debería si me ajustara fielmente a la letra de las reglamentaciones porque también es cierto que éstas están redactadas para que exista un cierto grado de evasión de impuestos que el Estado no espera recibir.

Anónimo dijo...

Miren qué mentira tan elegante y fantasiosa: Los vehículos más modernos y de precios más altos, vienen con un poderoso motor que, por supuesto, consumen mucho petróleo pero además tienen tanta potencia que la velocidad está electrónicamente limitada. ¿No es raro?

Anónimo dijo...

Al psicoanálisis no le interesa la verdad porque se preocupa de los dichos del analizante pero no si estos responden a una realidad material, porque lo único importante es la realidad psíquica que queda expuesta por los dichos, por las palabras usadas, por los tonos de voz, por los silencios significativos.

Anónimo dijo...

Se que todo es como acá se dice pero igual, a mi no me gusta que me mientan y tampoco me gusta mentir. Mis mayor sufrimientos y desilusiones los he padecido porque alguien me traicionó y no me dijo la verdad y de lo que más me arrepiento siempre es cuando la falta de coraje me ha llevado a mentir.