domingo, 12 de febrero de 2012

¡Cuántas calamidades! - (Artículo Nº 1.480)

— Mi esposo es un hombre muy inteligente que habla tres idiomas, es simpático y trabajador. (Se mira las uñas alejando las manos). Yo tuve una infancia muy triste porque mis padres no se vinculaban con nadie y nunca me festejaron un cumpleaños. Mis amigas nunca pudieron visitarme y ni siquiera tuve hermanos con quien jugar. (Se interrumpe para buscar algo en un bolso de cuero enorme, si tenemos en cuenta la pequeña estatura de ella). El asunto es que mi esposo se quedó sin trabajo cuando la crisis grande. Tuvimos que entregar la casa donde vivíamos y nos mudamos con muy poquitos muebles a la casa de mis suegros. (Se pasa un dedo por la comisura de los labios formando una letra O con la boca). Con mis padres no podía contar porque ellos no querían complicaciones. Siempre fueron igual. (Se detiene. Parece que pensara algo así como «Se lo digo o no se lo digo»). Después de estar viviendo de la caridad de mis suegros durante dos meses, Raúl consiguió un trabajo muy mal pagado, pero fue lo único que logramos. Para peor yo me enteré que estaba embarazada así que las cosas comenzaron a complicarse aún más. (Mira hacia la ventana, entrecerrando los ojos como para agudizar la visión). Mis intenciones de salir a trabajar naufragaron con esta mala noticia, así que nos arreglamos como pudimos. Para peor mi suegra cayó en cama con un dolor que la tuvo postrada, ¡pobre!, (hizo un gesto de dolor aunque parecido al asco) y yo tenía que hacerle todo, hasta higienizarla. Mi embarazo andaba más o menos bien (se tocó el vientre) pero ocurrió lo peor: a Raúl le dijeron que la única oportunidad que tenía de ganar un poquito más era viajando para la empresa, recorriendo exposiciones y no sé qué más. (Se acarició los brazos como si tuviera frío). Al poco tiempo mi pobre suegra no se despertó. Pasó de un sueño a otro, justo cuando Raúl acababa de irse por no sabía cuánto tiempo. El hecho es que mi suegro quedó muy abatido, (se mira las manos) entonces el hermano de Raúl trajo a su perro que lo estaba molestando en el apartamentito que alquilaba y a mi suegro eso lo animó un poco. (Hizo un gesto como si pensara en un sarcasmo). Lamentablemente a Miguelito se le ocurrió nacer dos días antes del regreso de Raúl así que tuvimos que andar mi suegro y yo para un lado y para otro. Mal que bien las cosas se acomodaron, nunca bien del todo, pero por lo menos ahora Raúl me manda dinero que hasta nos sobra para ir ahorrando. (Hizo un silencio para respirar deliberadamente).

— ¿... y cuál es el motivo por el cual pidió esta consulta con un psiquíatra?

— Pensé que ustedes eran un poquito más perspicaces (lo dijo en tono de burla), pero ya veo que tenemos que decírselo todo, ¡ja! No sé para qué estudian.

— Quizá usted quería consultar al adivino y entró en mi consultorio por error—, dijo el médico, mirando hacia otro lado para imitarla.

— No, está bien, disculpe (bajó la vista, volvió a dudar pero luego lo miró a los ojos). Quiero saber si es ético o no contarle a Raúl que estoy teniendo sexo con su padre.

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13 comentarios:

Carolina dijo...

Qué lindo relato Doc! Me gustó que el narrador fuera acotando entre paréntesis los gestos del personaje. Además a través de esos gestos es como que la estoy viendo a la muchacha! Sí, sí, tal cual!

Alicia dijo...

Esa chica esperaba que su terapeuta fuera un adivino!
A mí me pasa igual en los cumpleaños cuando empiezan con eso de ¨vos que sos psicóloga, quiero saber tu opinión...¨

Jorge dijo...

En cuanto a qué sería ético... y bueno! quién dijo que lo ético no duele!

Catalina dijo...

De acuerdo con Jorge, yo prefiero asumir el dolor de la verdad a sentirme burlada.

Roque dijo...

Yo le diría a la chiquilina que enmendara su conducta, que no se sintiera culpable porque de última el suegro también se sentirá aliviado al salirse de un lugar tan complicado, y que nadie les puede quitar lo bailado!... eso sí, claro, si ambos se callan la boca!

Florencia dijo...

Así que la que tiene que enmendarse es la chiquilina. El degenerado que traiciona a su propio hijo, no pasa nada, sólo que debe estar conflictuado... ay! pobre hombre!!

Osvaldo dijo...

Le cuenta su historia de vida y después resulta que le pide una reseta.
Para eso mejor que repita medicamentos.

Fabián dijo...

Ir al analista puede servir para casi todo, pero la responsabilidad por la decisiones que uno toma sigue estando en uno mismo.

Majo dijo...

Totalmente justificado el gesto de sarcasmo: evidentemente el perro no alcanzó para animarlo.

Blanca dijo...

La mina es una vividora! pero por otro lado, pobre chica, con su esposo lejos criando al bebé, y además con el suegro duelando...

Mercedes dijo...

El suegro no estaba duelando nada, ni esperó que se enfriara la cama!

Jorge dijo...

Para hacer el proceso de duelo hay que buscar la interacción social. El abuelo necesita comunicación humana y profunda.

Canducha dijo...

Si la mocosa no quiere destruir la relación entre padre e hijo, que se calle la boca, salga a laburar de lo que sea, y que se aparte de ambos.
Aunque tampoco vamos a decir que la relación entre este padre y este hijo pudiera ser muy buena, porque si el padre fue capaz de tal comportamiento...
Mire, en realidad no sé si vale la pena salvar una relación que ya estaba destruída. Además ¿tiene alguna garantía de que Raúl le está siendo fiel a la distancia?
La vida está tan complicada! Que la muchacha haga lo que quiera.