lunes, 20 de febrero de 2012

La sinceridad nos expone a ser explotados - (Artículo Nº 1.488)

Mentimos para no cometer el mismo error que cometen las personas que por ser sinceras terminan siendo explotadas por quienes mentimos.

En varios artículos me he referido a la mentira (1).

Este fenómeno, que entorpece profundamente la convivencia, está provocado inconscientemente por quienes tratamos de evitarlo.

Está vinculado también con una fuente inagotable de angustia, tal como es nuestro deseo y el deseo de los demás.

Esa poderosa energía (deseo) no solamente nos moviliza contra nuestra voluntad sino que también nos expone a ser manipulados por otros seres humanos.

En una obra de teatro escrita hace 23 siglos (Asinaria), su autor (Tito Macio Plauto), dice: «Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro». (2)

En otros artículos (3) decía que los seres vivos gastamos la menor cantidad de energía posible. Esta es una de las razones por las que tratamos de hacer lo menos posible e intentamos que los demás nos ayuden, nos donen, se dejen explotar por nosotros.

El deseo es una forma de energía de la que todos disponemos en mayor o menor medida.

Por lo tanto el deseo es un recurso energético. Motivar a las personas es generarles el deseo de hacer algo que nos interesa. Es imprescindible conocer el deseo de alguien para poder motivarlo a partir de esa fuente de energía que tiene.

Como cada uno de nosotros intenta averiguar el deseo de los otros (padres, hermanos, amigos, compañeros de trabajo, empleados) para motivarlos en nuestro beneficio, sabemos que publicar nuestros deseos (hablar sinceramente) seguramente terminará perjudicándonos, así como nosotros intentamos perjudicar a los demás.

Para no ser explotados como nosotros intentamos explotar a los demás, mentimos para que los demás no nos perjudiquen tanto como nosotros desearíamos perjudicar.

(1) Detector de mentiras

La apreciable realidad psíquica 

Revaloricemos la mentira

(2) El hombre es un lobo para el hombre

(3) Sobre la indolencia universal 

Quien paga decide, quien cobra obedece

Los mejores gobernantes son los peores

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14 comentarios:

Enrique dijo...

Del deseo a la acción hay la misma distancia que del dicho al hecho.

Margarita dijo...

No sabía que esa frase del hombre lobo del hombre era tan antigua. Qué interesante.

Olga dijo...

La verdad que el tema propuesto en el artículo de hoy es algo que nunca me planteo, no es un tema en el que piense, aunque de una forma u otra siempre está presente.

Daniela dijo...

Por sentido común diríamos que nadie va a poner más cuidado en no perjudicarnos que nosotros mismos, pero a veces no es así.

Cecilia dijo...

Me sucede sí, pero no me ocurre creo yo, con demasiada frecuencia, eso de tener que mentir para que no abusen.

Esteban dijo...

A mí sí que me pasa. Te cuento una, si digo que estoy de licencia, ya tengo a toda la familia haciendo cola para que les vaya a arreglar algo; como soy el 7oficios...

Osvaldo dijo...

Más a menudo se ve uno en la necesidad de ocultar que de mentir.

Laura dijo...

En el vínculo entre padres e hijos y en el vínculo de pareja, lo deseable sería que la mentira quedara lo más excluída que fuese posible. En los vínculos importantes es necesaria la confianza.

Mª Eugenia dijo...

¿A qué se refiere cuando habla de explotar a los demás? Es un tema muy amplio, el de la explotación...

Leticia dijo...

Cuando hacen demasiado esfuerzo por motivarme, me desmotivan.

Cindy dijo...

Me pregunto si tiene algún sentido elegir al hombre más mentiroso para ser sincera.

Javier dijo...

Una cosa es decir la verdad y otra vomitar nuestros deseos.

Evaristo dijo...

Hay que cuidarse de las personas manipuladoras, pero es un error creer que todas lo son.

Lola dijo...

Difícil que puedan abusar de mí, sin mi consentimiento. Aunque claro, no me cuesta mucho dar el consentimiento.