miércoles, 29 de febrero de 2012

La energía que nos suministran los enemigos - (Artículo Nº 1.497)

Para que existan cambios sociales se requiere la energía que generan los conflictos, la oposición, los enemigos.

No se han desarrollado aún vehículos que generen su propia energía. Todos tienen que ser aprovisionados de combustible de una fuente externa... como los animales que tenemos que comer alimentos que tomamos del ecosistema.

Se están haciendo intentos, como por ejemplo disminuir el consumo de nafta complementándolo con paneles solares, o aumentar el rendimiento de los acumuladores (baterías) aprovechando la energía cinética (inercia).

Donde más hemos avanzado es en disminuir al máximo los factores enlentecedores como son el aire (formas aerodinámicas), el rozamiento (lubricantes, rodamientos) o la ley de gravedad (materiales más livianos).

Los humanos encontramos dificultades para vivir porque la naturaleza no nos trae la comida a la boca, porque no nos provee de viviendas para guarecernos de los climas inhóspitos, ni nos indica cómo negociar con las necesidades, deseos y actitudes de nuestros semejantes.

¿Cómo hacemos para conseguir esa energía que necesitamos para resolver los problemas que por su magnitud requieren de la acumulación de muchas voluntades?

Según creo recurrimos al conflicto.

En otro artículo (1) decía que una buena técnica para estudiar los fenómenos sociales es dejar de lado los juicios de valor (bueno-malo, lindo-feo, democrático-despótico), porque este camino encierra a sus partidarios en una ideología hermética, carente de un pensamiento dinámico, reflexivo, cambiante.

Esta forma de estudiar la realidad social es eficaz sólo para eso, para estudiarla, para buscar alternativas, para encontrar hipótesis, pero no para ejecutarlas.

Los cambios sociales quizá utilicen el resultado (propuestas, ideas, razonamientos) de los análisis carentes de juicios de valor, pero para conseguir la energía requerida para provocar los cambios reales se necesitan la confrontación, la lucha, encontrar la suficiente resistencia que genere la suficiente energía.

En suma: sin oposición no hay cambios.

(1) La violencia es barata pero no rinde

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12 comentarios:

Magdalena dijo...

Indefectiblemente todo cambia, porque nosotros cambiamos aunque no lo busquemos.

Tiago dijo...

Creo que todo tiende a estabilizarse. Para cambiar algo hay que generar rupturas.

Ingrid dijo...

Muchas veces los cambios se producen de manera lenta e imperceptible, sin violencias y sin que podamos tener control de la situación.

Lautaro dijo...

La oposición puede llevar a que se radicalicen las propuestas.

Andrea dijo...

En todo grupo humano están los pensadores, los hombres de acción y los que combinan las dos capacidades, quienes a menudo se convierten en líderes.

Diana dijo...

Los líderes nunca pueden ser buenos pensadores porque ya han tomado partido.

Carolina dijo...

Es claro que la resistencia genera energía; siempre me acuerdo del ejemplo que pone usted de la represa.

Luis dijo...

La situación de competencia es una generadora de energía.

Verónica dijo...

La fuerza interior es energía propia, pero si bien proviene de nosotros mismos, nace a partir de nuestro encuentro con la vida y los otros.

Iñaqui dijo...

La energía que nos suministran los enemigos se llama estímulo; y en el peor de los casos, venganza.

Sandra39 dijo...

En general los filósofos se dedicaban a entender el mundo, hasta que apareció Marx y dijo: ¨ahora de lo que se trata es de cambiarlo¨.

Vladimir dijo...

Marx largó la consigna, pero los que se dedicaron a cambiarlo fueron otros.