miércoles, 13 de mayo de 2009

«Soy celosa con quien estoy en celo»

El voto de castidad es una extraña disciplina impuesta por la Iglesia Católica a sus curas y monjas.

Es bastante frecuente que nos enteremos de sacerdotes que transgreden ese compromiso teniendo relaciones sexuales, sin embargo es raro que se tenga noticia de una transgresión realizada por monjas.

Esto podría ser un hecho que justifica mi creencia en que los seres humanos somos animales que no tenemos un período de celo como los demás mamíferos pero que sin embargo también entre nosotros es la hembra la que propicia o no la relación sexual.

Los varones estamos en permanente oferta y son las mujeres las que, por algún motivo probablemente hormonal, se sienten interesadas en copular con alguno de nosotros.

A partir de ese impulso femenino a fornicar y por razones culturales, suceden varios eventos en los que aparentemente fue él quien la sedujo tomando la iniciativa.

Si aceptamos que siempre son las hembras de nuestra especie las que nos elijen y estimulan, es posible dar una explicación a que los sacerdotes transgreden más veces su voto de castidad.

Cuando una mujer desea a un sacerdote tendrá ciertas actitudes ante él que lo provocarán para tener relaciones sexuales con ella y es de buen cristiano tener la humildad de reconocer que no somos tan omnipotentes como para desobedecer las órdenes de la naturaleza.

Las monjas quizá estén menos expuestas a buscar un compañero sexual porque su propia sexualidad se aparta de lo normal desde el momento que tomaron los votos de castidad.

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21 comentarios:

Etelvina Colón dijo...

He deseado a muchos hombres que no han respondido que -según usted- debieron responder. O eran fallados o su teoría es errónea.

Ana Clara dijo...

Que la sexualidad de las monjas se aparte de lo normal no quiere decir que sean enfermas. Sólo son diferentes.

Irene Gonzaga dijo...

Aunque no me gusta esta igualación con el resto de la fauna, está interesante la observación que hace y la conclusión a la que llega.

Lorena dijo...

Soy fanática de los perfumes y ahora entiendo: como vivo en estado de celo y me faltan las glándulas esas que segregan feromonas, me pongo fragancias que atraigan a los varoncitos como moscas.

Me encanta atenderlos a todos y soy experta en no aceptar sin rechazar.

Sofi dijo...

A algunos no hay perfume que los atraiga, sobre todo si parten de la base de la irresponsabilidad.

Noelia Trápani dijo...

Los sacerdotes que quieren estar bien con dios y con el diablo, ahora resulta que son humildes. Ud está demasiado sarcástico Lic.!

Patricia Lemos dijo...

Ni todos los varones, ni todas las mujeres están en permanente oferta. Hay quienes se cotizan muy bien.

Andrea Genta dijo...

Me parece que el comportamiento humano es más unisex de lo que ud cree.

Mariana dijo...

Cualquiera que elija la castidad se aparta de lo normal, aunque tenga todo el derecho del mundo a hacerlo.

Sarita dijo...

¡Este señor usa el blog para pedir que se lo carguen!

la monja dijo...

Las mujeres siempre somos más solapadas.

Rolón dijo...

El voto de castidad es un mecanismo de defensa que la iglesia ofrece a algunos de sus fieles.

Selva Díaz dijo...

Que el ser humano no tenga período de celo no es una creencia suya, un poquito más de humildad por favor!!

Ethel dijo...

Yo también miro Animal Planet.

Jorge dijo...

Si ella están en celo, no la ponga celosa.

Marcela dijo...

Se necesita de un gran empuje hormonal para copular con algunos de ustedes.

Tertuliano dijo...

A veces nos seducen también hembras de otras especies.

Yoel dijo...

Los varones están en oferta y las mujeres están regaladas. Nadie quiere tener sexo.

Malena S. dijo...

Las mujeres preferimos que sea él quien nos seduzca, nosotras lo que hacemos es darle a entender que no le vamos a meter la plancha si nos gusta.

Mauro dijo...

A la mujer lo que le gusta es seducir haciéndose la difícil.

Fiorella Luongo dijo...

Los hombres como Mauro son los que te tratan de loca si decís que sí y de histérica cuando decís que no.